El Covid-19, enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, no sólo está amenazando la salud física y la vida de muchas personas sino que también está afectando a todos en el campo social y emocional.
Desde su llegada poco a poco diversos países han implantado el distanciamiento social como medida preventiva para evitar el contagio sin embargo, pese a que esta medida nos ayuda a disminuir la posibilidad de extender la propagación del virus también puede provocar soledad y aislamiento, poniendo en riesgo nuestra salud mental.
Como resultado de esto y según un estudio publicado en el Reino Unido por el University College de Londres sobre el bienestar y la salud mental durante la epidemia de coronavirus, el estrés relacionado con el posible contagio con Covid-19 es más alto entre los adultos de entre 30 y 59 años, aunque los jóvenes son los que peor llevan la cuarentena.
"Desde que se introdujeron las medidas de encierro, hemos visto un cambio en lo que preocupa a la mayoría de la gente. Alentadoramente, los factores de estrés relacionados con las finanzas y los alimentos han disminuido en los últimos quince días, pero el factor de estrés más alto actual parece ser la preocupación por el contagio de Covid-19 o por enfermarse gravemente por su causa", señala Daisy Fancourt, profesora asociada de Epidemiología del University College de Londres.
En cuanto a los más jóvenes, los menores de 25 años conforman uno de los grupos más vulnerables a los efectos psicosociales negativos del confinamiento, con una mayor irritabilidad y apatía.
A pesar de que el estudio fue realizado en el reino unido diversos especialistas aseguran que las conclusiones pueden ser totalmente adaptables a cualquier país del mundo.
“Entre los efectos psicosociales observados se incluyen la irritabilidad, la ansiedad, los problemas para la adaptación a la situación y el aumento de hábitos nocivos para la salud”, afirmó la coordinadora del estudio y neuropsicóloga, María Guallart.
¿Seguridad, sinónimo de infelicidad?
Otro de los aspectos a rescatar fue que los investigadores descubrieron que, hasta antes del confinamiento obligatorio, la gente estaba más preocupada por contagiarse de Covid-19 pero con las medidas de distanciamiento y aislamiento social esto ha disminuido, lo que sugiere que las medidas están ayudando a que las personas se sientan más seguras.
En cuanto al nivel de satisfacción con la vida, los mayores de 60 años han informado de los niveles más altos, con un índice entre 6 y 6,5 en una escala donde 10 es lo máximo, mientras que las personas entre 18 y 24 años reportaron los niveles más bajos, entre 4 y 4,5. Contrario a esto y con base en una encuesta similar hecha durante 2019, el nivel de satisfacción media con la vida era de 7,5, mientras que ahora no se llega al 6.
Dichas cifras, en palabras de Neuroscience News, revelan que los niveles de soledad son más altos entre los adultos más jóvenes, los que viven solos, aquellos con ingresos bajos y las personas con una condición de salud mental diagnosticada. Por si esto fuera poco dichos sectores de la población son más propensos a presentar más pensamientos autodestructivos y tendentes hacia el suicidio.
“En personas ya diagnosticadas con ansiedad (que es una mala gestión del miedo) y de depresión (que es una mala gestión de la tristeza), situaciones como la que vivimos agravan por lo general los síntomas”, confirmó Juan Castilla, psicólogo clínico y experto en inteligencia emocional durante una conferencia virtual dada por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam).
Millennials, los más afectados
Aunque en la actualidad tenemos el foco puesto en los niños y los adultos mayores, los jóvenes también están sufriendo los irremediables efectos secundarios que el Covid-19 traerá a nuestros días: aquellos con edades comprendidas entre 18 y 29 años presentan más ansiedad, depresión y soledad que las personas mayores de 60.
Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid y Grupo 5 en el cual se investigó sobre el impacto psicológico y la resistencia de la población española al coronavirus. La muestra de esta primera evaluación se realizó con un total de 3.473 personas de todas las edades en donde el 60% de los entrevistados indicaron sentir apatía o poco interés en hacer cosas, además de que habían experimentado frecuentemente depresión, decaimiento o falta de esperanza. El 15% ha tenido esa sensación más de la mitad de los días, según informa 'Europa Press'.
Además, un 70% de los participantes reconocieron haberse sentido durante algunos días nerviosos, angustiados y tensos e incluso más de la mitad indicaron "no ser capaces de controlar la preocupación". De todos ellos, los mayores de 60 años fueron los que se sintieron más tranquilos y reconocieron que podían controlar mejor sus emociones, a pesar de sentir cierta discriminación por su edad ante la enfermedad, con respecto a los jóvenes.
De acuerdo con el estudio los jóvenes también son los que parecen sentirse más solos de toda la muestra ya que un 45% de los encuestados aseguró sentir que le faltaba compañía y el 25% se ha sentido excluido o discriminado por sus vecinos en alguna ocasión. Ante una situación de crisis, como la provocada actualmente por el Covid-19, el 96% intenta regular sus emociones pero sólo el 60% lo consigue la mayoría de las veces.
En contraparte, las personas que tienen relaciones sociales más satisfactorias afirman dormir mejor que antes, por lo que podrían estar aprovechando este tiempo para descansar más siendo capaces de retirar las preocupaciones a la hora de conciliar el sueño.
Algunas de las medidas llevadas a cabo por los sujetos que cumplen estas características, podrían ser de utilidad para iniciar medidas de cuidado que puedan mitigar el impacto a nivel psicosocial y que podrían perdurar meses e incluso años, según varios estudios consultados, lo que parece probable dada la incertidumbre respecto al final del aislamiento.
Aunado a esto, tres de cada cuatro encuestados dicen poder hablar de sus problemas con su familia y amistades obteniendo apoyo cuando lo necesitan. En este sentido, las personas casadas o con pareja reportan los mayores niveles de apoyo social percibido. Además, el estudio refleja que casi el 90% de las personas encuestadas se siente en paz consigo mismo, tres de cada cuatro sigue creyendo que su vida tiene pleno sentido y más de la mitad mantienen un sentimiento de armonía interior.
Tecnología, aliada perfecta
Durante esta etapa de aislamiento social para evitar la propagación del Covid-19 la tecnología se ha convertido en una aliada indispensable para la realización de múltiples actividades.
Según la psicóloga italiana Elena Perozzim, de la Orden de los Psicólogos de Lacio en una entrevista escrita a Sputnik, lo que afecta más a la gente en estos días es “el hecho de cerrarse, aislarse, alejarse de los demás sin ninguna excepción, dado que los otros podrían ser percibidos como un peligro mortal”.
Por tal motivo sugiere que todos aquellos jóvenes que viven solos deberían evitar tener la televisión encendida todo el día para no sobrecargarse de noticias sobre la emergencia solitaria, así como estar constantemente en las redes sociales y leer todas las noticias que llegan.
Como sugerencia a esta etapa de aislamiento recomendó realizar alguna actividad física o, en su defecto, entablar conversaciones con amigos y familiares a través de videollamadas las cuales pueden dar un alivio en más de una ocasión durante las duras condiciones de la cuarentena.
Aunado a esto, Elizabeth Dorrance Hall, directora del Laboratorio de Comunicación y Relaciones Familiares, señaló que la ventaja es que ahora estamos más equipados que nunca para mantener relaciones sociales a distancia, debido a que la tecnología ayuda a las personas a mantenerse cercanas incluso en épocas de distanciamiento físico.
Asimismo, recomendó las videollamadas ya que son una gran herramienta para mantenernos conectados y sentirnos cercanos a pesar del distanciamiento puesto que el video nos permite poder ver los comportamientos no verbales de la otra persona, gestos que por chat o mensaje de voz no se podrían percibir.
Dicho de otra forma, las videollamadas nos ayudan a entender mejor el estado de ánimo de la otra persona y establecer una comunicación más clara y efectiva debido a que aspectos como el tono de voz, gestos peculiares, expresiones y mirada, son varios de los elementos que ayudan a tener una mejor conexión más cercana con otros, que por mensaje de texto no podríamos tener.
Finalmente y a pesar de que la tecnología nos puede ayudar a mantener la comunicación con seres queridos en tiempos de distanciamiento social, la incertidumbre y ansiedad que provoca el aislamiento prolongado puede deteriorar y tensar las relaciones familiares de aquellos que viven la cuarentena en familia. Por lo que es necesario crear estrategias para mantener relaciones de calidad en tiempos de distanciamiento social.