Toluca, México.- El Palacio de Justicia en Toluca está de luto. “Solovino”, la mascota canina del recinto que alberga al Poder Judicial, dejó de existir esta mañana, lo cual causó pesar y conmoción en el personal del edificio que durante años se encargó de darle amor, brindarle cuidado y ofrecerle alimento.
Considerado el perro más influyente del Estado de México por su “amistad” con magistrados y empleados judiciales, “Solovino” hizo honor a su nombre: llegó sólo al edificio sede del más alto tribunal mexiquense, hace aproximadamente 15 años.
Su sola presencia en la puerta posterior del edificio, la de acceso al estacionamiento, despertó la compasión de empleados y magistrados, quienes al decidir adoptarlo, también se hicieron cargo de alimentarlo, bañarlo e incluso llevarlo a consulta con el veterinario para que fuera desparasitado y vacunado.
Todos los días el perro de color negro, como la toga de los magistrados, hacía “guardia” en la puerta de acceso del personal y con el paso de los años se ganó la simpatía y el afecto de los trabajadores pues les miraba pasar apresurados para llegar a sus escritorios y oficinas como diciendo: “que tengas un buen día”.
A cambio, “Solovino” visitaba periódicamente al veterinario gracias a la solidaridad de sus “compañeros” del Poder Judicial, a los que únicamente abandonaba para dar largos paseos por Los Portales en donde, de vez en vez, podía comer unos deliciosos tacos que -a decir de algunos empleados- eran su platillo favorito.
Hace aproximadamente cinco años, el perro sufrió un accidente al ser atropellado por algún empleado que circulaba a bordo de una camioneta, considerado desde entonces a la fecha como “un prófugo de la justicia”, pues no se hizo cargo de los gastos médicos.
Fue entonces cuando la solidaridad de empleados y magistrados se hizo más evidente ya que, a través de “cooperachas”, procuraron a “Solovino” la mejor atención médico veterinaria y hospitalización debido a las dos cirugías que se le practicaron, así como sus medicamentos correspondientes y hasta una prótesis, pues requirió de un collarín para superar las numerosas lesiones que recibió.
En aquella ocasión una empleada comentó a este medio de comunicación que se invirtieron más de 20 mil pesos para que “Solovino” pudiera recuperar la salud, lo consiguieron pero no del todo debido a que a partir de entonces dejó su práctica de vagabundear por Los Portales y las calles aledañas al Palacio de Justicia para hacer una vida más “casera y reposada”.
Pese a los cuidados, el afecto y la atención, “Solovino” sucumbió al tiempo y este miércoles 12 de diciembre, día en el cual se conmemora a Nuestra Señora de Guadalupe, partió al paraíso de los canes.