Toluca, México.- Cambiar las sedes de las dependencias federales implicaría inconvenientes -tiempos y costos- para quienes quieran desahogar algún asunto, aseguró el dirigente de Coparmex, Arturo Beteta del Río.
El también empresario apuntó que coincide con la visión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador; pero no está de acuerdo con este cambio, pues a decir de ellos es improbable que en un sexenio se logren mudar las dependencias federales.
“El proceso de traslado, la preparación de los espacios adecuados para la prestación de los servicios gubernamentales y la llegada del personal de base, respetando sus derechos, podría tardar más de seis años”, consideró.
Puso como ejemplo el caso del INEGI cuando se trasladó a Zacatecas; proceso que duró cuatro años. El presidente de la Coparmex Metropolitana mencionó que se debe analizar con responsabilidad los costos de construir o arrendar nuevos espacios y, sobre todo, los costos emergentes de operación que implicaría para el gobierno federal la dispersión de sus actividades.
Advirtió que de realizarse, la reubicación de secretarías y otras importantes dependencias federales, se volvería uno de los proyectos más onerosos en la historia de la administración pública del país, que no se traduce en infraestructura estratégica como carreteras, escuelas, puertos y hospitales, sino en edificios para el gobierno.
“Hemos dicho con claridad que apoyaremos decididamente las medidas de austeridad republicana que ha postulado el presidente electo y que en su gran mayoría son pertinentes”, afirma el líder empresarial.
Mencionó -por último- que de acuerdo el portafolio del Instituto Nacional de Administración y Avalúos de los Bienes Nacionales, (Inadaabin), existen 116 inmuebles federales distribuidos en 25 estados que se encuentran desocupados.