Los sismos de septiembre pasado y la caída de la producción petrolera cimbraron la actividad industrial en entidades como Oaxaca, Ciudad de México, Campeche, Tabasco y Chiapas durante dicho mes.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indicó que Chiapas y Oaxaca reportaron caídas anuales en su producción industrial de 26 y 7 por ciento, en ese orden, durante septiembre de 2017, periodo cuando se registró un temblor de 8.2 grados, el más fuerte de los últimos 100 años en la historia del país.
La producción fabril en el capital del país cayó casi 7 por ciento anual durante el noveno mes del año pasado, según el instituto. En dicho periodo se suspendieron las actividades productivas por casi dos semanas tras el sismo de 7.1 grados del día 19, que dejó 228 personas muertas, así como 38 edificios colapsados
Morelos, otra entidad afectada por el sismo (con el segundo mayor número de víctimas: 74 muertos), registró una caída en su producción industrial a tasa anual de más de 8 por ciento, lo que representó su mayor descalabro desde el -12 por ciento de marzo de 2016.
De acuerdo con el propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, los dos terremotos dejaron una pérdida económica superior a los 38 mil millones de pesos.
Al respecto, Gabriela Siller, analista de Banco Base, explica que el impacto económico de los terremotos de septiembre pasado contribuyó a que la economía del país registrara una caída de 0.3 por ciento del segundo al tercer trimestre de 2017.
Aunque apuntó que en un balance global, la afectación fue menor por el proceso de reconstrucción que implicó.
Sin embargo, el efecto inmediato en efecto, fue negativo.
Cabe mencionar que en el tercer trimestre de 2017, las actividades secundarias (sector industrial), cayeron 0.6 por ciento en el país, con relación al periodo anterior.
En este sentido, estimaciones de la institución Banco Base, el costo en el crecimiento económico de los sismos se estima en aproximadamente 0.2 por ciento del PIB.
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INEGI agregó que la menor producción petrolera que enfrenta el país sigue golpeando a las entidades federativas altamente vinculadas a dicho sector.
En septiembre pasado, la actividad industrial en Campeche se desplomó poco más de 21 por ciento. En Veracruz cayó 12 por ciento, mientras que Tabasco se contrajo 10 por ciento.
Se estima que en esas tres entidades del país se concentra más del 96 por ciento de la producción petrolera del país. En julio pasado, México produjo menos de dos millones de barriles diarios de petróleo, el dato más bajo desde 1980.
Lo anterior se reflejó en los números negativos que reporta la minería y los sectores industriales vinculados al petróleo.