Para superar el estrés que genera el encierro de la contingencia sanitaria por el COVID 19 y las consecuencias económicas para los pequeños negocios están surgiendo opciones de quienes necesitan ingresos para sobrevivir, mediante la promoción de vales electrónicos canjeables por bienes y servicios al término de la contingencia.
Yazmín Escobar Tapia, maestra en Psicología y en Criminología y Criminalista e investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), recordó que negocios como las estéticas, sastrerías, carpinterías, etc., son la fuente de financiamiento de familias completas a través de los ingresos diarios, por lo cual el cerrar sus puertas les provoca grandes problemas económicos, psicológicos y emocionales.
Puso el ejemplo de un negocio donde se colocan uñas postizas, el cual no es considerado prioritario y, por lo tanto, no tiene permitido abrir sus puertas, por lo que a través de las redes sociales su propietaria ha vendido vales con descuento para ser canjeables por el servicio en cuanto se levante la jornada de aislamiento y distancia social.
Indicó que apoyar el mercado local es una gran estrategia para recuperar la cotidianeidad en la comunidad cuando se levante la contingencia y elogió que están surgiendo estas redes de apoyo a los pequeños establecimientos para que puedan sobrevivir al pandemia y a las consecuencias económicas que trae consigo.
Yazmín Escobar Tapia hizo un llamado a las personas que tienen un salario seguro y saben que van a acabar haciendo ese tipo de gastos cuando pase la contingencia, aprovechen a comprar un vale que le traerá el beneficio de un descuento, pero que al dueño del negocio le permitirá tener ingresos para comprar víveres u otros artículos de primera necesidad.
Consideró que esta pandemia también es una oportunidad para poner en práctica otras capacidades y habilidades de los seres humanos, pues si bien se ha privilegiado la inteligencia matemática y lingüística en el mercado laboral y tecnológico, hay otras inteligencias como la auditiva, la kinestésica, la espiritual que pueden aprovecharse para hacer más llevadera la jornada de aislamiento y distancia social.
Dijo que sin importar la estabilidad y prosperidad económica, cada persona puede dedicar una hora de su tiempo a realizar alguna actividad creativa aprovechando las ventajas de la internet y las redes sociales y aprender desde a dibujar, a pintar, a diseñar, a tocar algún instrumento musical o tejer, pero también actividades kinestésicas como el bailar, pues genera sustancias en el cerebro que provocan sensación de bienestar y felicidad.
Esto es particularmente benéfico para quienes ya están acostumbrados a hacer ejercicio y hoy no pueden acudir a los gimnasios, pues les ayuda a no tener sentimientos de ansiedad porque su cuerpo extraña ejercitarse y para hacer ejercicios en casa existe un sinnúmero de tutoriales que les ayudarán a mantener equilibradas las sustancias químicas que genera la actividad en su cuerpo y en su cerebro, concluyó.