En el Estado de México 1.2 millones de hogares los lidera una mujer y se constituyen como la única fuente de ingresos para su familia, por lo que Gilberto Sauza Martínez, presidente del Consejo de Cámaras de Asociaciones Empresariales del Estado de México (Concaem) planteó la urgencia de respaldarlas.
A nivel nacional el 82 % de los emprendimientos generados por una mujer nacen en el ámbito de la informalidad, por lo que es indispensable establecer una política pública que permita transformarlos en proyectos más productivos, duraderos y con un esquema de seguridad social y financiera para ellas y sus familias.
En un contexto de incertidumbre laboral y ante condiciones complejas para el establecimiento de nuevas unidades económicas, explicó Sauza Martínez, el emprendimiento es uno de los esquemas que aplican las mujeres con mayor frecuencia al crear su propio negocio, para atender su vida económica y familiar.
El presidente de Concaem refirió que la pandemia evidenció el impacto económico que significa ese tipo de emprendimiento, como el único mecanismo para que las mujeres -en su gran mayoria, madres de familia- pudieran salir adelante, añadió que ese tipo de negocios -si estuvieran en un esquema de formalidad- podrían generar hasta 250 % más ingresos que operando en la informalidad, como lo hace la mayoría.
Sauza Martínez explicó que, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en México las mujeres que emprenden tienen en promedio entre 25 y 44 años y un ingreso que ronda los 3 mil 707 pesos mensuales, pero si se aplicará un esquema de financiamiento, capacitación, apertura de espacios de comercio estandarizados (físicos y digitales), entre otras medidas, podrían aumentar sus ingresos a más de 9 mil 500 pesos mensualmente.
“Lo que proponemos es la creación de un régimen fiscal qué haga más sencilla la incorporación a la formalidad, que ofrezca los beneficios y la información sobre las ventajas de la formalidad y permita un registro eficiente de las unidades económicas que ya generan valor, para potenciar sus ganancias y prolongar el emprendimiento”.
Sauza Martínez detalló que, en ese sentido, se propone crear bazares estandarizados, con un registro simple y garantías de crecimiento, para las unidades económicas, y que asegure la calidad en el servicio para quienes compran.
Refirió que la formalidad podría abrirle oportunidades a estas emprendedoras que se reflejarían en ingresos de hasta 2.5 veces mayores a sus ingresos actuales, impactando, además, en otros aspectos cruciales para el desarrollo social, educativo y de seguridad, así como en el acceso a servicios de salud.
Al momento, concluyó Sauza, mientras el 55 % de los hombres tienen un registro ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la cifra disminuye ocho puntos porcentuales para las mujeres, que apenas alcanzan el 47 %, por lo que apoyar a las mujeres emprendedoras jefas de familia, es uno de los retos principales en materia de bienestar social, pues impacta directamente a los dependientes económicos, en este caso a los hijos de las mujeres e incluso a sus padres.