Pese a que es obligatorio el uso de cubrebocas o caretas al abordar unidades de plataformas como Uber, hasta un 30 por ciento de los usuarios son renuentes para acatar las medidas de seguridad e higiene ante el Covid-19.
De acuerdo con Leonardo David, conductor de esta plataforma, los usuarios que incumplen con ésta disposición no reciben el servicio, ya que los choferes están autorizados a cancelar el viaje sin necesidad comenzarlo.
"Es simple seguridad y protección para todos, tanto para mí como para el o los usuarios, si no hay cubrebocas, no hay viaje", aseguró el conductor.
Cabe mencionar que las aplicaciones de plataformas digitales de transporte como Uber y DiDi, constantemente recomiendan a sus usuarios hacer uso de cubrebocas o caretas durante su trayecto, pues de lo contrario se corre el riesgo de que el viaje sea cancelado.
Además, se recomienda que los usuarios utilicen gel antibacterial de forma constante cuando se está a bordo de la unidad transportista, y de ser posible, permitir la ventilación de tal manera que el aire circule constantemente.
Demanda se servicio comienza a regularizarse
El socio conductor reconoció que la demanda del servicio comenzó a regularizarse, pues ésta cayó al 10% durante abril, mayo y junio.
“Nos las vimos muy duro porque a partir del confinamiento la demanda de los usuarios comenzó a caer en picada, a tal punto en que llegamos a tener el 10% de la que veníamos manejando. Ahorita ya hay más movimiento, yo creo que estamos al 70% de la demanda que veníamos manejando antes de la pandemia”, precisó el conductor.
No resistirán un posible regreso a semáforo rojo
Ante el panorama de regresar al color rojo en el semáforo epidemiológico derivado del rebrote del Covid-19, el conductor de DiDi, Jorge Luis, aseguró que no podría resistirlo.
“Yo trabajo para alguien más, es decir, el carro no es mío. Tengo que pagar una cuenta y aparte debo sacar lo de la gas, y si de por sí la demanda todavía no se ha regularizado y a veces se saca poco, si nos vuelven a meter a confinamiento total definitivamente no voy a poder”, reconoció el conductor.
El padre de familia de una niña de tres años y cinco meses de edad, expresó que los gastos cotidianos en su hogar muchas veces rebasan los ingresos que puede obtener en su quehacer como conductor, motivo por el cual su esposa le ayuda a solventar los gastos.
“Mi esposa es enfermera y para sacar adelante los gastos, tenemos debemos trabajar los dos. Yo antes de la pandemia trabajaba en una empresa como repartidor de lunes a viernes, sin embargo hubo recorte y me quedé sin empleo. Ahora ayudo con lo que puedo; pero definitivamente no es lo mismo”, agregó.
Los dos conductores entrevistados por El Sol de Toluca afirmaron que el miedo de contagiarse de Covid-19 durante su jornada laboral, que en algunas ocasiones rebasa las ocho horas, sigue latente; pese a ello, aseguraron que toman todas las medidas de seguridad "muy en serio", para evitar sorpresas.