Toluca, México.- Los cementerios virtuales nacen de la necesidad de generar nuevos modos de imaginar la muerte en la era digital. La popularidad de los dispositivos móviles y, sobre todo, la redes sociales cuestionan la idea que la muerte sea un asunto privado.
El investigador Israel Márquez señala que en las sociedades tradicionales, “los muertos permanecían presentes en la vida social de los vivos”; en las actuales la muerte es sólo “el final de la vida individual”, incluso que se trata de postergar a toda costa. Ahora -como escribía el sociólogo Norbet Elias- toda nuestra cultura es higiénica: su objetivo es expurgar a la vida de la muerte.
Tradicionalmente, el duelo por las personas fallecidas no sólo afectaba a sus familiares, sino a toda una comunidad, con el paso del tiempo cambió hasta convertir el ceremonial luctoso en algo “privado”, pero las nuevas tecnologías digitales parecen estar cambiando esto.
En el año 2009, Facebook creó un tipo especial de cuentas conocidas como "in memoriam" o "conmemorativas", pensadas para que los familiares y amigos del difunto puedan seguir dejándole mensajes tras haber muerto.
La compañía dirigida por Mark Zuckerberg creo una nueva forma de duelo; buscaba "homenajear" la vida de las personas fallecidas por medio de perfiles conmemorativos en los que se pueden guardar y compartir recuerdos, relatos y experiencias de las personas que han fallecido.
El hecho de que la cuenta siga activa produce un sentimiento de presencia de la persona difunta que nos incita a comunicarnos con ella, algo que no sucede igual en una tumba por ejemplo.
El muerto, de alguna forma, sigue "estando ahí", bajo la forma de una imagen de perfil y una "biografía".
Facebook pueden entenderse, por tanto, como "espacios tecnoespirituales en los que las identidades de los fallecidos son producidas intersubjetivamente a partir de las contribuciones de los amigos", apunta Israel Márquez.