El árbol de navidad, la posada, la piñata, buena música y una cena deliciosa son algo que no puede faltar en estas fiestas decembrinas. Con todo eso listo, ¿qué puede salir mal?
Parece que todo. O al menos esto puede asegurar Majo Pérez, Luis Rodríguez Guana e Iván Carbajal, quienes como parte del elenco de La obra que sale mal recuerdan algunas de sus peores experiencias en estas fechas.
La peor Navidad para Luis Rodríguez ocurrió “cuando se fue mi papá”, bromea antes de confesar una experiencia que dejó marcada a su familia… o por lo menos a su hermana menor. “Le quemé el brazo con unas mechitas que vendían”, dice antes de encogerse con un poco de pena en un sillón del salón de ensayos del Teatro Aldama, donde se presenta el montaje.
“Eran como unas mechitas de pirotecnia que salían volando. Fue justo en Navidad, estábamos rompiendo la piñata con los primos y traíamos esta onda de lanzar cosas. Mi hermana me retó con que ‘a que no me avientas una, a que no me avientas una’ y pues se la aventé y le quedó atorada… y así tiene su bracito, con una marca porque se lo quemé”, recuerda provocando las carcajadas y curiosidad de sus compañeros.
“¿Y el regaño?”, le preguntan. “No me acuerdo cómo estuvo, no sé si se me olvidó por la edad o por la madrina que me pusieron ese día. Lo bloqueé. Yo tenía como cuarenta y tantos años… no, no es cierto. Tenía ocho y mi hermana cinco”, dice entre risas.
En menor escala, Majo Pérez recuerda una “catastrófica” Navidad cuando la gripe se apoderó de ella. “Horrible. Me acuerdo es estar sumamente enferma, de esas veces que te la pasas mal, que te duele la cabeza, tienes mocos y la cena deliciosísima no sabe a nada. Es terrible, porque en casos así sólo quieres estar en cama viendo películas y con un té calientito, pero no se puede”, dice.
Los regalos tampoco son siempre son los mejores, menos cuando se trata de un intercambio, como le ocurrió en una reunión entre amigos a Iván Carbajal. “Yo soy cero dulcero, ¡cero! Y una vez en un intercambio, donde además el presupuesto no era nada malo, me llevaron unas galletas rellenas, pero no era un paquete, era una charola enorme. Creo que hice una cara horrible. Obvio las galletas las abrí, la gente agarró y se quedaron en la casa. Terrible”.
En esas experiencias de intercambios, Guana tampoco tiene buena fama. “Creo que fue el primer intercambio que hicimos en la familia y me tocó una prima, pero se me olvidó por completo comprarle el regalo hasta el mero día que alguien me recordó. Pues me fui corriendo a un mercadito a comprar un estuche como de pinceles para maquillarse; la cara de mi prima fue de ‘Ah… gracias’, fue el regalo más horrible que le pudo tocar”.
“¡Ay, no, yo odio a esas personas”, le reclama Majo Pérez. “Me ha tocado esos intercambios donde el regalo que me roca es terrible: desde unos calcetines, una cartita, una caja de dulces… De esos donde dices, ‘Ay, gracias’ y en tu cabeza piensas ‘yo quería algo de ropa o de accesorios’”.
Pero el karma se la cobró a Luis Rodríguez Guana, porque en alguna ocasión le tocó celebrar Navidad y su cumpleaños –que cae precisamente el 25 de diciembre– solo y sin cena.
“Fue hace dos años y me la pasé en uno de estos bares que están en las albercas de los hoteles, donde sólo hay salchichas y hamburguesas frías. Estaba trabajando en un show en Cancún y estuve ahí, todos se fueron de antro y me quedé; yo solito me hice una feliz Navidad y feliz cumpleaños. Sí que he tenido experiencias en estas fechas, pero ya la llevo bien, ya estoy en terapia no se preocupen”, ríe.
Esta Navidad será diferente para todos ellos, pues lo celebrarán realizando algunas funciones como parte del maratón navideño que La obra que sale mal ofrecerá hasta el 5 de enero próximo, con funciones todos los días en el Teatro Aldama, donde recién iniciaron temporada hace unos días.