El ruido de la ciudad atrofia los oídos deGilberta. Cierra los ojos para imaginarse en su pueblo Tlalcilalcalpan. Unos segundos después retorna a su realidad, porque está a mitad de otra movilización: “Ya son diecinueve marchas”,dice la anciana.
Permanece sentada en una d ellas letras de adorno de la plaza de Los Mártires, mientras otro grupo de pobladores se mantienen en fila y gritando consignas.
“Queremos que nuestro pueblo sea municipio, porque no llega la ayuda, y San Francisco ya está grande”, explica Gilberta.
Enel megáfono repiten que se han cumplido 19 manifestaciones para pedir que San Francisco Tlalcilalcalpan, se independice de Almoloya de Juárez y sea el 126 municipio del estado.
“Yano es imposible”, dice Gilberta. Sigue sentada sobre una de las letras. Al igual que la mayoría de los pobladores intenta protegerse un poco de lo duro del sol.
“Unas cinco horas dura esto, ya después nos regresamos”, comenta. A sus casi 83 años, se le mira entera, paciente en el hablar y reflexiva.
Suelta una sonrisa al recordar. “Soy madre de nueve hijos, quince nietos y diez bisnietos”, en lista doña Gilberta con orgullo. Se le refleja en su semblante canoso y de piel surcada por las arrugas del tiempo.