Un baño de flores, sobre todo margaritas amarillas, aplausos y tonadas, en especial el corrido a Gabino Barrera, recibieron el féretro de Félix Alberto Linares, en la plaza municipal de Ocuilan. El corrido sonó dos veces.
"¡Adiós, mi Gabino Barrera!", exclamó su hija frente al ataúd, con una mueca acompañada de lágrimas. Quizás por lo enamorado a la vida que era el doctor.
Fue un crudo adiós al alcalde de Ocuilan, Félix Alberto Linares González, quien falleció el sábado en un aparente accidente de aeroplano en el estado de Morelos.
EL PILOTO DE OCUILAN
Al centro de la carpa y colgado sobre el techo, llama la atención un avioncito en color amarillo. También otro que se puso encima del ataúd del edil.
Los de Ocuilan cuentan que Felix era amante de los cielos y de los aeroplanos. Y así se le fue la vida, a bordo de un aeroplano. Por eso "el avioncito" amarillo colgado de la carpa y el otro sobre la caja.
También se dice que en su oficina había una colección de aeroplanos a control remoto, incluso este lunes surcaron los cielos de Ocuilan dos avionetas para despedirlo.
Le decían "el piloto de Ocuilan". Por eso su esposa leyó la oración al piloto en el homenaje. "Descansa en paz, amor mío", le dijo en su mensaje.
EL CORRIDO
Antes del sepulcro, de tocar la puerta al panteón, tocaron los mariachis, la banda y el norteño. Sí, al doctor le gustaba la música popular y del corrido de Gabino Barrera, la canción a la que su hija se refirió para decirle a su padre: "Adiós mi Gabino Barrera".
Quizás haya una historia detrás que por el momento no sabremos. Le siguieron las tonadas de El Rey, Angel Mío y otro corrido: "El Jefe de Jefes".
Al tiempo que sonaron las canciones, también estrecharon las palmas los aplausos, que tenían eco y se desgastaban por ratos.
EL DOCTOR
El Rey estaba de tonada al fondo con el mariachi cuando las consignas al Doctor se escucharon.
Una mujer llegaba en muletas con un sombrero tipo bombín, le pesaban unos 70 años a la espalda. Se abrió paso para llegar al centro donde se encontraba el féretro.
En sus manos llevaba una ramo de crisantemos blancos. Su nombre es Paula y fue una paciente del doctor. La curó de la vesícula, dijo.
"Estuve enferma mucho tiempo pero fui a ver al doctor y me ayudó, por eso hoy vengo a despedirlo", contó Paula.
Antes de ser político Félix Alberto Linares era el doctor del pueblo. Por eso ganó fama y cariño para ser candidato. Su consultorio hoy es un clínica que donó a Ocuilan.
"Hay un centro de salud, pero uno prefería al Doctor Félix", repite Paula.
Lágrimas, sí, hubo lágrimas entre los asistentes. Una mujer que llevaba en brazos a un pequeño con la mirada perdida, lloraba entre la gente. Brotaban sus gotas saladas en medio del calor recio de este lunes.
Intentaba acercarse a la caja que tenía los restos del Doctor.
GUARDIAS
La comunidad tlahuica también estuvo en la guardia de honor y le dieron su mensaje en su lengua, porque a las comunidades originarias también el Doctor las ayudó.
Le siguieron en su guardia los líderes políticos de su partido y los líderes sindicales.
Algunos presidentes municipales se dieron cita y escucharon el pase de lista por última vez dirigido al edil Linares.
Porque Félix Alberto Linares era líder político y encabezada causas como la defensa de los bosques contra la tala en Ocuilan. Eso lo llevó a que el año pasado balearan su camioneta con ráfagas de metralla.
Un hombre anciano, elegante, todo vestido de negro, tiene la cabeza baja y las manos anudadas a la espalda, el semblante triste mientras escucha al maestro de ceremonia. Hace su guardia desde un rincón.
Los pobladores también le dieron su adiós. con velas, flores y rezos, de la única manera en que saben. El homenaje se extendió desde el mediodía, hasta la tarde de este lunes.
Le vitorearon al edil, al doctor, al piloto, al activista defensor de los bosques, al padre de sus hijos y al "Gabino Barrera", sí, a sus tantas facetas.