/ jueves 23 de septiembre de 2021

Alarmante la violencia de género hacia mujeres en los partidos

María Marcela Lagarde expresó que no puede haber democracia si hay desigualdad de género, pues se requieren igualdad y  paridad.

Las mujeres de diferentes edades y movimientos viven una alarmante violencia de género en los distintos partidos políticos, pues son víctimas de acoso, hostigamiento y de procesos violentos, al grado que el Congreso mexicano debió legislar para incorporar los tipos y modalidades de violencia.

La política, académica, antropóloga e investigadora mexicana, María Marcela Lagarde advirtió lo anterior al impartir la conferencia "Liderazgos con Perspectiva de Género", organizada por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y añadió que el concepto feminista actualmente está estigmatizado.

Dijo que aún cuando se ha construído la paridad a nivel jurídico, falta aterrizarla, lograr que se cumpla, asumirla como un legado que se debe defender, ampliar, fortalecer y se requieren lideresas empoderadas, empoderar los procesos en los que participan, tener redes de apoyo civil, institucional, gubernamental, de organismos internacionales que vigilen los procesos en México y el cumplimiento de la paridad.

Enfatizó que no puede haber democracia si hay desigualdad de género, pues se requieren igualdad y paridad.

Refirió que los últimos 50 años han estado marcados por el recorrido de la "voz género" para ir solidificando la conciencia social, y ha sido una confrontación ideológica, donde fuerzas conservadoras, reaccionarias, muy misóginas, machistas y patriarcales han descalificado al feminismo.

La palabra feminismo, dijo, se llena de valor político, ideológico, y permite a mujeres actuar aún en minoría, en desigualdad de género, aún víctimas de procesos violentos, como los que suceden día tras día a muchas participantes en política en México.

Lo más contradictorio, señaló, es lo que les pasa a las feministas, quienes al mismo tiempo que hacen activismo de cualquier tipo: teórico, o manifestante y propuestas, lo hacen con confrontación a ellas, con resistencias severas y con simulación, pues construyen democracia sin tener todavía lograda la igualdad y la equidad entre mujeres y hombres.

La investigadora ejemplificó algunos casos de mujeres que han luchado por el feminismo en zonas indígenas, destacó su contribución a la causa, casos de múltiple violencia con tortura, en zonas indígenas y expuso la necesidad de eliminar el territorio minado y las condiciones que favorecen la violencia política.

También señaló la necesidad de participar y no dejar solas a las lideresas, pues la política requiere el apoyo de otras mujeres para cuidarse, protegerse y actuar, con seguridad.

Ahora, precisó, los liderazgos no son por ser la flor más bella del ejido, sino personales, colectivos y de organizaciones, fundamentales para el avance, pero se necesitan organizaciones y dinero para hacer política y propaganda en el país.

Recientemente, señaló, fue la elección más numerosa de México, y ya con el principio de paridad hubo una mayor participación de mujeres, como resultado de un largo trayecto por la igualdad, iniciado hace muchísimos años.

Añadió que se necesitan lideresas que conozcan el lenguaje de perspectiva de género, que hablen, para que difundan y hay bases suficientes, pues existen millones de mujeres escolarizadas, universitarias, profesionistas diversas que tienen las características para enfrentar los procesos políticos de innovación, con disciplina.

Lagarde consideró que se debe sumar a más mujeres, asumir la cultura feminista, reconocer la historia del feminismo, pues también hay liderazgos misóginos que tratan de obstaculizar el avance de las mujeres.

Llamó a sintonizar y advirtió que se requieren mujeres capaces de comportarse con una auto estima firme, de respetar la dignidad, que piensen distinto, actúen políticamente diferente, con un mínimos de sintonía con todas.

Las lideresas, dijo, deben reconocer a sus bases, fortalecer sus procesos, el beneficio inmediato en la agenda política, la construcción inmediata de alternativas, ir a los terrenos de otras lideresas que convocan, en sororidad; ser liderazgos ejemplares, de coherencia, de lo que promueven, dicen y hacen en la vida cotidiana.

Incluso, recomendó a quienes no se dicen feministas dar "pasitos" cada un día, un poco más.

Las mujeres de diferentes edades y movimientos viven una alarmante violencia de género en los distintos partidos políticos, pues son víctimas de acoso, hostigamiento y de procesos violentos, al grado que el Congreso mexicano debió legislar para incorporar los tipos y modalidades de violencia.

La política, académica, antropóloga e investigadora mexicana, María Marcela Lagarde advirtió lo anterior al impartir la conferencia "Liderazgos con Perspectiva de Género", organizada por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y añadió que el concepto feminista actualmente está estigmatizado.

Dijo que aún cuando se ha construído la paridad a nivel jurídico, falta aterrizarla, lograr que se cumpla, asumirla como un legado que se debe defender, ampliar, fortalecer y se requieren lideresas empoderadas, empoderar los procesos en los que participan, tener redes de apoyo civil, institucional, gubernamental, de organismos internacionales que vigilen los procesos en México y el cumplimiento de la paridad.

Enfatizó que no puede haber democracia si hay desigualdad de género, pues se requieren igualdad y paridad.

Refirió que los últimos 50 años han estado marcados por el recorrido de la "voz género" para ir solidificando la conciencia social, y ha sido una confrontación ideológica, donde fuerzas conservadoras, reaccionarias, muy misóginas, machistas y patriarcales han descalificado al feminismo.

La palabra feminismo, dijo, se llena de valor político, ideológico, y permite a mujeres actuar aún en minoría, en desigualdad de género, aún víctimas de procesos violentos, como los que suceden día tras día a muchas participantes en política en México.

Lo más contradictorio, señaló, es lo que les pasa a las feministas, quienes al mismo tiempo que hacen activismo de cualquier tipo: teórico, o manifestante y propuestas, lo hacen con confrontación a ellas, con resistencias severas y con simulación, pues construyen democracia sin tener todavía lograda la igualdad y la equidad entre mujeres y hombres.

La investigadora ejemplificó algunos casos de mujeres que han luchado por el feminismo en zonas indígenas, destacó su contribución a la causa, casos de múltiple violencia con tortura, en zonas indígenas y expuso la necesidad de eliminar el territorio minado y las condiciones que favorecen la violencia política.

También señaló la necesidad de participar y no dejar solas a las lideresas, pues la política requiere el apoyo de otras mujeres para cuidarse, protegerse y actuar, con seguridad.

Ahora, precisó, los liderazgos no son por ser la flor más bella del ejido, sino personales, colectivos y de organizaciones, fundamentales para el avance, pero se necesitan organizaciones y dinero para hacer política y propaganda en el país.

Recientemente, señaló, fue la elección más numerosa de México, y ya con el principio de paridad hubo una mayor participación de mujeres, como resultado de un largo trayecto por la igualdad, iniciado hace muchísimos años.

Añadió que se necesitan lideresas que conozcan el lenguaje de perspectiva de género, que hablen, para que difundan y hay bases suficientes, pues existen millones de mujeres escolarizadas, universitarias, profesionistas diversas que tienen las características para enfrentar los procesos políticos de innovación, con disciplina.

Lagarde consideró que se debe sumar a más mujeres, asumir la cultura feminista, reconocer la historia del feminismo, pues también hay liderazgos misóginos que tratan de obstaculizar el avance de las mujeres.

Llamó a sintonizar y advirtió que se requieren mujeres capaces de comportarse con una auto estima firme, de respetar la dignidad, que piensen distinto, actúen políticamente diferente, con un mínimos de sintonía con todas.

Las lideresas, dijo, deben reconocer a sus bases, fortalecer sus procesos, el beneficio inmediato en la agenda política, la construcción inmediata de alternativas, ir a los terrenos de otras lideresas que convocan, en sororidad; ser liderazgos ejemplares, de coherencia, de lo que promueven, dicen y hacen en la vida cotidiana.

Incluso, recomendó a quienes no se dicen feministas dar "pasitos" cada un día, un poco más.

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