El socorrista ha evolucionado y dado paso al Técnico en Urgencias Médicas, esto quiere decir que antes era sólo cargar y llevar al paciente, pero ahora ya se le puede inclusive atender, coincidieron paramédicos, quienes agregaron que hoy día además de la emergencia, se tienen que enfrentar a la indiferencia de la gente y a veces hasta la agresión.
En el marco del Día del Socorrista, que sólo es festejado por la Cruz Roja, varios técnicos en urgencias médicas que vivieron esa formación, platicaron sobre los pro y los contras a los que se tienen que enfrentar al acudir a prestar un auxilio por cualquier emergencia.
“Años atrás quienes estaban a bordo de una ambulancia, sólo tenían la función de levantar heridos y trasladarlos al hospital. En pocas palabras era cargar y llevar al paciente, no más”, mencionó Eladio Briano.
Sin embargo, dijo, después de pasar el tiempo el llamado socorrista evolucionó y se convirtió en paramédico para llegar hoy día a técnico en urgencias médicas con diversos grados, lo que les permite poder laborar incluso con el paciente a bordo de la ambulancia.
De hecho, indicaron que la misma tecnología ha propiciado un cambio en la atención de los pacientes en cualquiera de las emergencias. Y esto, mencionaron tiene que ver tanto en el actuar como en la misma operatividad.
“Antes llegaba la ambulancia y cargaban al paciente para trasladarlo al hospital, hoy todas las ambulancias deben cumplir con normas oficiales que exigen ciertos requerimientos”, comentó.
El mismo protocolo de actuación, manifestó, se ha modificado ya que ahora depende mucho del evento de emergencia al que se asiste, pues nunca las condiciones son las mismas.
En el caso de los pacientes, expresaron, siguen siendo los mismos, sólo que las circunstancias se modifican, y ello también incluye el tratamiento, ya que cada vez existe más tecnología en beneficio de los pacientes.
“Tan sólo en el área de trauma, años atrás los vehículos eran de lámina y pudiera pensarse que eran más seguros para sus tripulantes, pero no es así, ahora aunque los autos se destruyen, los conductores y pasajeros están más protegidos”, agregó, Alberto Briano.
Establecieron que tiempo atrás los tripulantes de un auto que sufrían un accidente morían por el llamado “síndrome del latigazo”, de ahí que le pusieron cabecera a los asientos y posteriormente surgieron los cinturones de seguridad y ahora las bolsas de aire.
“Si te das cuenta, en la actualidad durante los accidentes de tránsito hay vehículos que quedan desechos debido a la gran velocidad que alcanzan, pero gracias a las medidas de seguridad existentes, los tripulantes en ocasiones logran salir ilesos”, aseveró Jorge Ramírez.
Asimismo al ser cuestionado sobre el comportamiento de la ciudadanía en hechos de emergencia, los técnicos en urgencias médicas, no dudaron en señalar que lamentablemente se ha pedido no sólo la sensibilidad sino el sentimiento de ayuda.
“Antes ibas a un accidente y todos los vecinos que llegaban al lugar te querían ayudar, ahora vas y al momento de la atención, quieren hasta brincar al paciente. Hay mucha indiferencia, lamentablemente”, expresó
El fenómeno de indiferencia social también afecta la labor del paramédico de la actualidad, pues incluso en la mayoría de casos no sólo rechazan ayudar sino que en ocasiones los agreden y se enojan.
“A nosotros nos pasó en un choque sobre la carretera Toluca-Zitacuaro. Estábamos laborando paramédicos de Cruz Roja, SUEM y de Protección Civil y cuando trabajábamos con un paciente, el conductor de una camioneta se pasó y nos insultó”, finalizó Enrique Pérez.