Santos Dionicio llegó a la avenida Adolfo López Mateos cargando bultos de banderas, sobreros, listones, cojines en forma de chile verde y también de buenas vibras para que su producto patrio salga este año. El Covid-19 no ha sido bueno para ningún comerciante y espera que no castigue tanto a los banderilleros.
“Poco a poco hay va saliendo y si no, lo guardamos y seguimos”, dice el comerciante con actitud positiva, pese a las bajas ventas en esa vialidad a la que llega desde el 27 de agosto y sigue visitando hasta el 15 de septiembre.
“Venimos de Santa Ana Jilotzingo, de ahí somos todos los banderilleros”, explica Santos Dionicio. Se refiere a un pequeño poblado de unos 5 mil habitantes ubicado en la zona alta del municipio de Otzolotepec, donde la fabricación de banderas, es como cultivar maíz.
“A estas alturas el pueblo ya está solito, como si fuera pueblo fantasma, porque todos salen a vender”, reveló Santos.
Junto con su esposa, llevan un par de semanas intentando recuperar lo invertido en banderas, sombreros, listones, rebozos, vestidos, charritos, cojines, medallones rehiletes y accesorios para coche.
Ambos se paran a vender los carriles de baja de la avenida Adolfo López Mateos, donde extienden la mercancía sobre el toldo de su coche. Mientras ella vende cubrebocas, Santos ofrece todo lo relacionado al 15 de septiembre. Así es la jornada cada año.
“Nos instalamos en Metepec el año pasado, pero ahora no nos dieron el permiso, por eso andamos así de un lado a otro”, argumenta el comerciante.
En la misma avenida, metros adelante otras familias artesanas de banderas ofrecen lo mismo y están en la misma condición.
“Se invierte poco, pero es todo lo que tenemos”, precisó Santos Dionicio.
