Miguel Ángel Mondragón y "Los Mexicanisimos", como le nombraron a su mariachi, fueron los que llegaron primero a la parroquia de San Pedro y San Pablo para la misa. Al frente fue su hijo con la imagen de Santa Cecilia y ellos entonando detrás Las Mañanitas hasta que llegaron al atrio.
Es 22 de noviembre, el día de Santa Cecilia y también del músico, pero aún se siente la ausencia y la zozobra que provoca de forma natural la pandemia.
"Estábamos entre si hacíamos algo o no", cuenta Miguel Ángel, el líder de Los Mexicanisimos.
"Al final sí tendremos el festejo", se refiere a la comelona y el convivio entre los mariachis y las sillas y mesas que ya están desplegando en un patio de la vecindad donde vive Miguel Ángel.
UNA MANDA
En la sala de Miguel están los instrumentos y en las paredes unos cuadros con fotos del mariachi que se formó hace 12 años. A la imagen de Santa Cecilia le cambiaron las flores, le pusieron unas rosas en la base y la sacaron al patio para que esté al frente de la mesa donde se tiene planeada la comida.
“Nunca le fallamos, es como una manda”, explica Miguel Ángel. Y es que Santa Cecilia puede estar en todas las canciones, en los eventos que los trasnochan, en los ensayos del siguiente día de tocar sin parar.
Mientras el hijo de Miguel acomoda los manteles, los demás integrantes van llegando y comienzan a calentar boquilla para soltar el pulmón, también afinan las cuerdas de la mandolina y la guitarra, porque quieren ir tocando hasta la iglesia.
Es un festín de chistes, carcajadas y los mariachis lucen elegantes y pulcros. Es su sello, al igual que el de no fallarle a Santa Cecilia.
UN CARNAVAL
En el atrio de la parroquia de San Pedro y San Pablo, el atrio se asemeja a un carnaval de canciones y flores. Frente al portón se formaron hileras con las imágenes de Santa Cecilia para entrar en orden.
“Desde chiquita empecé”, dice Tere, integrante del mariachi Ángeles de Calimaya, al recordar que el año pasado debieron improvisar la misa en una cancha de fútbol.
Por eso, este lunes en el atrio de la parroquia de Calimaya hubo estrechones de mano y abrazos, pese al temor aún de los contagios. Hubo algarabía y pareciera que era día de carnaval por poder celebrar bien a Santa Cecilia su día.