/ lunes 1 de mayo de 2023

Bienestar integral de las y los colaboradores

En el transcurso de la semana que recién concluyó, fue muy comentada la noticia que surgió desde la Cámara de Diputados, dónde, la Comisión de Puntos Constitucionales aprobó el dictamen que reforma el Artículo 123 Constitucional, para que las y los colaboradores por cada cinco días de trabajo, tengan dos días de descanso cuando menos.

Sin embargo, pese a los beneficios que pudieran establecerse por esta medida, actualmente en pausa, son más las afectaciones que los puntos positivos de esta decisión unilateral en la que no se consideraron el punto de vista y las observaciones del sector económico.

Por ello, en diversos espacios las y los integrantes del sector económico hemos señalado como cruciales los meses posteriores a la implementación de esta reforma al Artículo 123 Constitucional, ya que será cuando se visualicen los impactos reales de dichas decisiones sobre el costo de vida de la población y los niveles de productividad de las empresas.

Si bien, las y los trabajadores contarán con un día más de descanso, se presentará una afectación directa en materia de inflación; ya que, será necesario costear servicios extraordinarios y/o la contratación de un nuevo colaborador que cubra estos horarios para ser capaces de cubrir con la demanda de producción del bien o servicio. Esta acción, provocará un encarecimiento y un impacto directo al consumidor final, el cual deberá pagar este coste final, dado que resultará imposible para cualquier unidad económica vender por debajo del valor real de producción.

Desde el sector productivo mexiquense, hemos sido empáticos con las demandas y necesidades de nuestros colaboradores con el objetivo de mejorar su calidad de vida y promoviendo oportunidades de desarrollo; a partir de esto, se han alcanzado acuerdos como el aumento al salario mínimo y ampliaciones en lo que al periodo vacacional se refiere.


Todos estos avances que se han alcanzado, han sido gracias a la apertura y al diálogo que se ha entablado entre los diferentes sectores involucrados. Por eso, hoy nos llama la atención que el sector económico no haya sido invitado o consultado sobre la propuesta de reducción de la jornada laboral; la ley establece que somos órganos obligados de consulta y las implicaciones operativas y económicas recaen sobre las empresas, es decir, las decisiones sobre el sector productivo deben ser consensuadas con el sector empresarial.

Ante un panorama de recuperación económica requerimos de acciones que promuevan la eficiencia productiva, ya que, de acuerdo con datos de la OCDE, México es el país con menor eficiencia en la productividad laboral; mientras que la tasa de crecimiento de la productividad laboral en el último trimestre de 2022, según el observatorio económico México ¿cómo vamos?, muestra una disminución de 0.8 por ciento.

En el transcurso de la semana que recién concluyó, fue muy comentada la noticia que surgió desde la Cámara de Diputados, dónde, la Comisión de Puntos Constitucionales aprobó el dictamen que reforma el Artículo 123 Constitucional, para que las y los colaboradores por cada cinco días de trabajo, tengan dos días de descanso cuando menos.

Sin embargo, pese a los beneficios que pudieran establecerse por esta medida, actualmente en pausa, son más las afectaciones que los puntos positivos de esta decisión unilateral en la que no se consideraron el punto de vista y las observaciones del sector económico.

Por ello, en diversos espacios las y los integrantes del sector económico hemos señalado como cruciales los meses posteriores a la implementación de esta reforma al Artículo 123 Constitucional, ya que será cuando se visualicen los impactos reales de dichas decisiones sobre el costo de vida de la población y los niveles de productividad de las empresas.

Si bien, las y los trabajadores contarán con un día más de descanso, se presentará una afectación directa en materia de inflación; ya que, será necesario costear servicios extraordinarios y/o la contratación de un nuevo colaborador que cubra estos horarios para ser capaces de cubrir con la demanda de producción del bien o servicio. Esta acción, provocará un encarecimiento y un impacto directo al consumidor final, el cual deberá pagar este coste final, dado que resultará imposible para cualquier unidad económica vender por debajo del valor real de producción.

Desde el sector productivo mexiquense, hemos sido empáticos con las demandas y necesidades de nuestros colaboradores con el objetivo de mejorar su calidad de vida y promoviendo oportunidades de desarrollo; a partir de esto, se han alcanzado acuerdos como el aumento al salario mínimo y ampliaciones en lo que al periodo vacacional se refiere.


Todos estos avances que se han alcanzado, han sido gracias a la apertura y al diálogo que se ha entablado entre los diferentes sectores involucrados. Por eso, hoy nos llama la atención que el sector económico no haya sido invitado o consultado sobre la propuesta de reducción de la jornada laboral; la ley establece que somos órganos obligados de consulta y las implicaciones operativas y económicas recaen sobre las empresas, es decir, las decisiones sobre el sector productivo deben ser consensuadas con el sector empresarial.

Ante un panorama de recuperación económica requerimos de acciones que promuevan la eficiencia productiva, ya que, de acuerdo con datos de la OCDE, México es el país con menor eficiencia en la productividad laboral; mientras que la tasa de crecimiento de la productividad laboral en el último trimestre de 2022, según el observatorio económico México ¿cómo vamos?, muestra una disminución de 0.8 por ciento.

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