Javi y su hermano Óscar chiflan a mitad del carril para "jalar"clientes. En cada rojo, por lo menos un coche les deja una moneda. Deben mover todo el tiempo sus manos en el semáforo de la López Portillo, si quieren sacar lo del día.
"Empezamos a las diez", dice Javi. Sonríe apenado. Su hermano Óscar es más tímido y sólo repite lo que dice el otro, aunque los dos son diestros y experimentados en limpiar parabrisas.
¿Supieron del niño que murió limpiando coches?, se les pregunta.
"Sí", contestan ambos, "salió en el periódico", reiteran. Es el caso de Miguelín, niño de 13 años que limpiaba parabrisas como ellos en el Bulevar. Pero es lo único que saben. Ignoran que no trabajar es su derecho.
En el semáforo de la avenida José López Portillo, esquina con Francisco Villa de Toluca, laboran al menos nueve niños y niñas en el oficio de limpiaparabrisas, aunque el DIF estatal no tiene una cifra clara de cuántos menores están en la misma condición.
Javi bosteza a mitad del carril con las manos en la bolsa del pantalón mientras recorre el asfalto. Trae puesta su playera de los Pumas y un pants azul. Este día se le olvidó su gorra y el sol le pega de lleno, aunque el semáforo hoy luce un poco nublado.
A los dos hermanos, de 12 y 15 años, los acompaña Ismael, un limpiaparabrisas experimentado. Los tres viajan una hora y media en autobús desde Ixtlahuaca para llegar al semáforo.
"Son compañeros que nos conocimos aquí", explica Ismael, "los chavos también vienen de San Pedro", reitera el ambulante. Es quien "jala" más coches.
Los carros avanzan en el cruce y por fin llega un breve descanso, pueden recargarse un poco en un poste.
"Entre más clientes mejor para irnos pronto", agrega Javi. Unas cuantas monedas para el pasaje y repartir con sus padres.
Javi acaba de salir del sexto de primaria y Óscar entrará a tercero de secundaria, si no deserta. Los dos vuelven a bostezar. Ya lucen aburridos aunque no pasa ni el mediodía.
CORRER POR MONEDAS
Al otro extremo de la ciudad, en el cruce de Pino Suárez y Las Torres, un automovilista le chifla a un pequeño. Éste corre burlando los autos con dos pelotas en ambas manos, se estira y recoge las monedas que le da el automovilista.
Luego vuelve a sortear los coches, con cierta habilidad, y echa su cuerpo fuera del asfalto. Lleva puesta una gorra azul, una camisa floreada y unos tenis. Antes del verde del semáforo, su acto consistió en hacer unos malabares cargado a los hombros de su madre.
El pequeño trabajador, al igual que el resto, realiza su labor sin ningún protocolo de seguridad.
En una escena no muy distinta, sobre el Bulevar Aeropuerto, al costado de un poste, Max recarga sus manos para descansar un poco. Trae dos pelotas en las manos con las que no juega. Pierde su mirada en la vialidad, pensando quizás en estar en otro lugar. Pero en su trabajo no hay horarios, ni recreos. Debe sacar lo suficiente para poder dejar el cruce.
Por ello cada vez que mira el semáforo en alto, vuelve a andar sus pasos a buscar realizar su acto.
A unos dos kilómetros de allí, en el cruce de Bulevar con Tollocan este día no hubo niños limpiando parabrisas. Un día antes en ese sitio murió de forma extraña Miguelito.
"Nadie vino hoy", dice un vendedor. En el lugar donde quedó el cuerpo del niño nadie colocó una veladora. Todo luce normal, pero sin limpiaparabrisas.
Al otro extremo del cruce se alcanza a observar una familia con dos pequeños que llenan bolsas con tunas que sacan de un huacal de madera. Pero son los únicos.
La escena de los pequeños cuerpecillos que saltan a los coches y se suben al cofre con su botellón de jabón y el secador, se repite. Incluso han incrementado por el periodo de vacaciones.
TRABAJO INFANTIL
El 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de 2.5 millones de niños y niñas trabajan en México.
De esta cifra el 88% (2.2 millones) lo hacen en condiciones no permitidas por las leyes que protegen a los menores.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) permite el trabajo de jóvenes de al menos 15 años que no desarrollen actividades peligrosas o que vulneren sus derechos a la educación, protección, salud y esparcimiento.
De los 2.5 millones de niños que trabajan en el país, casi 9 de cada 10 lo hace en condiciones que tanto Save the Children como la OIT lo prohíben.
“Jornadas extensas, trabajos peligrosos, no remuneración y deserción escolar son algunas de las características de la labor que ejercen estos 2.2 millones de niños y niñas en nuestro país sin que las autoridades a la fecha hayan puesto la atención que requiere esta problemática”, declaró Nancy Ramírez, Directora de Incidencia Política de Save the Children.
CRUCE | NO. NIÑOS |
Torres y Pino Suárez | Unos 20 |
Torres y Díaz Mirón | Unos 5 |
Torres y Clouthier | Unos 6 |
Tollocan y Bulevar | Unos 10 |
López Portillo y Francisco Villa | Unos 9 |
Tollocan y Colón | Unos 5 niños |
