Lorena Gutíerrez grita consignas en el portón de la Legislatura del Estado de México, luego Leocadia Matilde le sigue y complementa sus frases. Gritan fuerte y reprochan con las palabras que solo se pueden decir después de un feminicidio.
Ambas son madres de niñas asesinadas en la entidad y quienes piden que haya dignidad en el programa “Valentina” y otros diseñados por el Gobierno para paliar la muerte de sus hijas.
“Que les tenemos que justificar el 77 por ciento con un ticket de lo que nos dan como despensa alimentaria”, reprochó Lorena Gutiérrez tras manifestarse con otro grupo de madres de víctimas de feminicidio afuera de la Legislatura.
VIVIR DE AIRE
El grupo de madres, compuesto por Lorena Gutiérrez, madre de Fátima; Leocadia Matilde, madre de Maicha Pamela; y Luciana Telésforo, madre de Jalix, convocaron a medios de comunicación para acudir al palacio del Gobierno estatal, a la Legislatura y luego a la Secretaría de la Mujer para reprochar que una familia, luego de un feminicidio, pareciera que “vive de aire”, por la omisión del Estado.
El programa Valentina y otros que se activaron hace un par de año en apoyo a las familias de mujeres víctimas de feminicidio en el Estado de México, solo otorga un apoyo menor a mil 500 pesos mensuales para las madres e hijos de las menores.
En 2021 se ejercieron 47 millones de pesos desde la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México, de los cuales, 30 millones fueron para la atención de niños y adolescentes huérfanos, mediante el programa Valentina y 15 millones para canastas alimentarias, según datos del CEAVEM.
Por eso, allí frente al acceso del Congreso, Lorena le grita a una diputada que salió a dar citas. Le pide dar una ecuación que permita entender que mil 500 pesos alcanzan a una familia desplazada.
“Ni siquiera los lentes, las blusas que ustedes se ponen, las bolsas o los zapatos cuestan los mil quinientos que ustedes nos dan para sobrevivir un mes”, acusó Lorena Gutiérrez.
Es como vivir de aire, le contestaron las madres a la diputada y le reclamaron que los legisladores gastan en la comida de un restaurante en un día, lo que dejan de presupuesto mensual a las víctimas de feminicidio.
SOMOS DESPLAZADOS
También habló Leocadia, quien desde el feminicidio de Maicha, su hija, fue desplazada a vivir hacinada y con miedo.
“Somos desplazados y vivimos en un cuarto que se inunda, allí estoy con mi hijo, donde no hay ni agua, duramos quince días sin bañarnos porque no había ni para la tasa del baño”, reclama Leocadia.
Luciana, la madre de Jalix, ni siquiera sabía que debía estar inscrita en este tipo de programas para recibir apoyo económico. Pero no deja de desplazarse para manifestarse y exigir que la Fiscalía le entregue al menos una copia de la carpeta de investigación.
Fatima Varinia, de 12 años de edad, fue asesinada el 5 de febrero de 2015 en la comunidad La Lupita Casas Viejas, Lerma. Maicha Pamela, de 16 años de edad, fue asesinada el 9 de mayo de 2020 al interior de su casa en la comunidad de San Pedro Arriba, Temoaya. Mientras que Jalix, de 17 años de edad, fue asesinada el 26 de marzo de 2022 al interior de su casa en la comunidad de San Pedro Abajo, Temoaya.
.jpeg "images (45).jpeg")