La Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) trabaja en una serie de proyectos para lograr captar agua e infiltrarla a los acuíferos de la entidad, entre ellos la construcción de un vaso regulador para el Río Verdiguel en el Valle de Toluca y la construcción de presas de gavión en el Valle de México.
De acuerdo con el encargado de la Vocalía Ejecutiva de la CAEM, Francisco Núñez Escudero, la actual administración trabaja en la construcción de presas gavión, principalmente en la zona oriente de la entidad, que además de evitar el azolvamiento de los cuerpos de agua y drenajes abajo, promueve la conservación de suelos y favorecen la infiltración de agua y la recarga de acuíferos.
Si bien son pocas presas de éste tipo construidas al momento, la intensión es incrementar su número tanto para infiltrar agua como para evitar que ésta no afecte a las zonas urbanas.
“Buscamos que el agua al almacenarse en los gaviones se vaya infiltrando hacia al subsuelo, estos procedimientos particularmente los tenemos en municipios de la zona oriente del Valle de México. Realmente tenemos pocas, en el último año se hicieron siete presas de este tipo”.
Por su parte para el Valle de Toluca, la CAEM está en el proceso de búsqueda de un terreno para la construcción de un vaso regulador para el Río Verdiguel, que también tenga la función de absorción y recarga de acuíferos, detalló el encargado de la Vocalía Ejecutiva del organismo de agua estatal.
Éste proyecto no necesariamente debe estar en una zona baja, pues al haber escurrimientos provenientes del Volcán Xinantécatl, la idea es que se construya en una zona estratégica antes de la zona urbana para la interceptación del flujo de agua y se canalice a dicho vaso regulador.
Sin embargo, debido al problema de sobreexplotación que enfrentan seis de los nueve acuíferos de la entidad, éstas acciones no son más que “pequeños suspiros”, debido a que no solucionan el conflicto, declaró el encargado de la Vocalía Ejecutiva de la CAEM.
“Estamos haciendo acciones para fortalecer que pueda hacerse la absorción del agua, pero realmente no ayuda mucho comparado con el impacto que tienen las ciudades en la disminución del suelo y la conservación”, indicó.
Según estadísticas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en México existen aproximadamente 653 acuíferos, de los cuales, 101 están sobreexplotados y de esos, dos pertenecen al Estado de México, entre ellos el del Valle de Toluca.
De acuerdo con el Plan de Desarrollo vigente, de los nueve acuíferos que hay en la entidad seis presentan sobreexplotación.
Los nueve acuíferos son el Valle de Toluca, Ixtlahuaca-Atlacomulco, Polotitlán, Tenancingo, Villa Victoria-Valle de Bravo, Chalco-Amecameca, Texcoco, Cuautitlán-Pachuca y el Temascaltepec.
Por ello, cualquier método que contribuya en la infiltración del agua a los acuíferos de la entidad es positivo, pese a que en sí no resuelvan el problema.
“Eso es una gotita de agua comparado con el impacto que tiene el que a lo largo de los años, terrenos que anteriormente eran de cultivo hoy son casas. Anteriormente había zonas de absorción que hoy está convertido en cemento, lo que complica el proceso de infiltración de agua”, declaró el funcionario estatal.
Buscan promover captación pluvial
Sin embargo, para contribuir en la infiltración de agua a los acuíferos mexiquenses la CAEM promueve la captación de agua de lluvia, no sólo en viviendas, sino en edificios públicos y del sector privado, pues con la modernización de las redes hídricas éste sistema quedó en el olvido.
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“Tenemos algunos procesos piloto que estamos evaluando su desempeño porque estamos buscando que en el mediano plazo, podamos regresar a las épocas donde cada quien hacía una captación de agua de lluvia. Por ejemplo, la arquitectura de hace 50 años, en todas las casas, edificios, hospitales y demás hacían captaciones de agua y hoy prácticamente está extinta esta modalidad".
Francisco Núñez explicó que a través de los programas de Cultura del Agua de la CAEM se pretende concientizar a la población del problema de escasez de agua que podría enfrentar a corto plazo, si no actúa en favor de la disminución de la demanda del vital líquido y su correcto aprovechamiento.
