Durante la temporada de estiaje de este año, la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) realizó el desazolve en más de 424 kilómetros de redes de drenaje naturales y artificiales, con la finalidad de minimizar el riesgo de inundaciones en los 125 municipios mexiquenses, principalmente los de la zona metropolitana del valle de México y del valle de Toluca.
Este desazolve es superior al registrado durante la temporada de estiaje de 2020, en que se limpió más de 370 kilómetros de redes de drenaje en la entidad.
Además, fueron retiradas más de 2 mil 900 toneladas de basura de cauces y ríos, entre los que había muebles, llantas, aparatos electrodomésticos, ropa y zapatos, así como objetos de plástico como bolsas, garrafones y botellas.
En el marco del programa permanente de prevención de la CAEM y con el desazolve en redes de alcantarillado fueron beneficiados 104 municipios mexiquenses, mientras en el desazolve en drenes a cielo abierto se beneficiaron al menos 30 municipios más.
De acuerdo con reportes del Atlas de Inundaciones de este año, con el desazolve en cárcamos un total de 29 municipios mexiquenses fueron beneficiados y, por el desazolve en fosas sépticas se apoyó en 85 municipios.
El documento señala que las principales causas de encharcamientos e inundaciones en la entidad durante la temporada de lluvias de 2020 fue la infraestructura hidráulica insuficiente (48%), seguido por el desbordamiento de cauces (14%) y la falta de mantenimiento en las redes de drenaje (12%).
A las anteriores se suman las bajadas de aguas broncas de laderas (12%), los hundimientos diferenciales de terrenos (8%), las granizadas (3%) y otros factores (3%).
En este contexto, la CAEM exhortó a la ciudadanía a no tirar basura en ríos y drenes a cielo abierto, así como en la vía pública, pues ésta es la principal causante de encharcamientos e inundaciones durante el periodo de lluvias año con año.
Es importante mencionar que la temporada de lluvias de este año inició oficialmente el 16 de mayo, sin embargo, el domingo 9 de mayo se registró la primera precipitación importante acompañada de una granizada en territorio mexiquense, la cual dejó diversas afectaciones tanto en el valle de México como en el valle de Toluca.