Tlalnepantla, México.- La desigualdad en el ingreso, la falta de acceso a los servicios de vivienda y salud, y el mal funcionamiento de las instituciones públicas provocaron el descenso en la esperanza de vida de la población en México a 75 años, cinco menos que el promedio en el resto de los países desarrollados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), alertó la doctora Carmen Zúñiga Trejo.
Los mexicanos presentan graves problemáticas en materia de violencia y salud derivadas de las condiciones de inequidad social, lo que ha disminuido de manera significativa la calidad de vida por el clima de inseguridad, sumado a una etapa de transición epidemiológica mixta, afirmó .
En 2017 a nivel nacional se registró la tasa más alta de homicidios, 25 por cada cien mil habitantes, desatando los índices de mortalidad evitable y prematura; en particular las agresiones son la principal causa de decesos en hombres de entre 20 a 35 años de edad, quienes conformarían el grupo con mayor riesgo a morir prematuramente, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) subrayó que el país atraviesa por una delicada situación por la prevalencia y el incremento de la presencia de enfermedades características de la pobreza: obesidad, diabetes, cáncer o enfermedades isquémicas.
Señaló que la esperanza de vida en México es una de las más bajas de la OCDE, por los limitados recursos disponibles para el tema de la salud, con los consecuentes impactos en el acceso y la calidad de la atención.
México tiene 2.4 médicos por cada 1000 habitantes, en relación con 3.4 en promedio de la OCDE, y cuenta con menos de un tercio del número de enfermeros/as y camas de hospital por cada 1000 habitantes que el promedio de la OCDE y los gastos de las familias en salud son los segundos más altos de este organismo internacional.
El programa Seguro Popular ha sido un ejemplo exitoso de la ampliación de la cobertura de atención en salud para los mexicanos no afiliados al sistema de seguridad social, afirma la investigadora universitaria.
Desde su puesta en marcha en 2004, el programa ha extendido la cobertura de seguro de salud a 50 millones de personas más. En consecuencia, el gasto de bolsillo como porcentaje del gasto en salud ha bajado.