/ martes 12 de noviembre de 2024

Eduardo Miguel y su legado como integrante de la primer generación de paramédicos del SUEM

Eduardo Miguel González Segundo falleció este fin de semana a los 70 años, dejando una gran trayectoria en el área de los servicios de emergencia

El 2 de abril del año 1977 fueron reclutados varios elementos que pasaron a integrar la primera generación del Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM), entre ellos Eduardo Miguel González Segundo, quien falleció este fin de semana a los 70 años.

La pérdida cimbró a quienes conforman esa institución, quienes le rindieron un homenaje póstumo en sus instalaciones en Toluca, Estado de México.

El Sol de Toluca tuvo la oportunidad de entrevista a Eduardo González el 17 de julio de este año; el veterano narró los procesos de reclutamiento y capacitación de la primera generación de paramédicos del SUEM, así como la manera en que tuvieron que ingeniárselas al momento de responder a los llamados de la ciudadanía.

Entrevista

ER: ¿Cuáles fueron sus inicios en el SUEM?

EMGS: Tuve el honor de ser de los iniciadores del SUEM junto con el compañero Alejandro Guerrero, el reclutamiento fue el 2 de abril de 1977. Yo me enteré de que estaban reclutando para formar a la institución en el Deportivo Agustín Millán, porque ahí asistía a juntas que pertenecían a un grupo de rescate de montaña, pero yo únicamente iba para conocer algo sobre el tema, porque no sabía nada.

Fue ahí cuando llegaron unas personas a decirnos que los que supieran sobre montaña, primeros auxilios, natación, que se presentaran en las oficinas que estaban en Lerdo, porque se iba a hacer un nuevo grupo de rescate y se necesitaba personal.

En el Auditorio de Servicios Coordinados de Salud del Estado de México fue donde el doctor Wilfrido Palma Sacramento nos dijo de qué se trataba y se nos dijo que nos presentáramos al siguiente día para hacer los grupos y comenzar a cubrir servicios.

Supe que surgió la idea de crear al SUEM luego de un accidente muy fuerte en Río Hondito, uno o dos autobuses estuvieron involucrados y muchísima gente murió ahí, el doctor Jorge Jiménez Cantú, que posteriormente fue gobernador del Estado de México se quedó en el lugar, porque iba y venía a la Ciudad de México, entonces como vio que pasó mucho tiempo y no llegaba una ambulancia, con el tiempo, ya una vez siendo gobernador, tenía la inquietud de tener un cuerpo de urgencias y que no tardara tanto la atención cuando ocurrían accidentes.

ER: ¿Cuántos conformaron el primer equipo y cuáles fueron sus herramientas de trabajo iniciales?, porque se sabe que los primeros paramédicos tuvieron que improvisar las férulas, las camillas, entre otros.

EMGS: Éramos entre 30 y 40 personas, de entre 18 a 25 años, ahí empezamos a conocernos, yo tenía 23 años y era neófito en la materia, recuerdo que una ocasión a la edad de trece años me intoxiqué por alimentos y me llevaron al hospital Adolfo López Mateos, en donde, por cierto, estaba el personal de Cruz Roja. Tenía sed y me desmayé, un paramédico fue el que me alcanzó a levantar y en ese primer encuentro con los servicios prehospitalarios me nació el querer saber y aprender a atender a las personas.

Cuando se dio la oportunidad con el reclutamiento del personal los principales retos fueron el aprender a atender a un paciente, había compañeros que ya tenían conocimiento sobre esto, pero otros como yo no sabíamos nada del tema. Tuve la fortuna de integrar el equipo donde estaban Luis Valadez Ruiz y Raymundo Velázquez, ya tenían nociones sobre el tema.

Después ya nos dieron clases en el hospital López Mateos, incluso íbamos a hacer guardias para ir aprendiendo, nos daban clases en la Facultad de Medicina, en el Hospital de la Mujer, y ahí empezamos muchos a aprender sobre la atención de los pacientes.

ER: ¿Cuál fue el primer servicio que atendió?

EMGS: Salimos hacia Villa Victoria con el compañero Raymundo Velázquez Magallón, llegamos al Centro de Salud, en realidad se trató de un traslado de ahí al Hospital López Mateos, pero se trataba de una persona herida por arma blanca, ahí fue donde tuve que ingeniarmelas para ver cómo se tenía que subir a un paciente a la ambulancia, en ese momento traíamos una camionetita Chevrolet que era nuestra ambulancia.

ER: ¿Solamente tenían una ambulancia en ese momento?

EMGS: Eran dos, la camionetita Chevrolet que era la número 7, y por cierto, fue su único servicio porque la chocamos, además de una combi.

ER: ¿Por qué chocaron?

EMGS: Toda esa semana habíamos estado pendientes, pero enviaron a Raymundo Velázquez a un operativo, pero él para querer avanzar dijo que nos íbamos en ese momento, que ya era de noche y nos dirigíamos hasta Chalma, ahí en la carretera que va hacia Santiago Tianguistenco, donde está la ex hacienda de Atenco, se le atravesó una mula y chocamos, la camioneta se partió en dos, ese fue el primer accidente que hubo de una ambulancia del SUEM.

ER: ¿En dónde cubrieron el primer accidente?, ¿también me puede hablar sobre la cobertura que más lo marcó en su paso por el SUEM?

EMGS: No recuerdo exactamente el primero, pero seguido estábamos en la México-Toluca. Lo que sí es que el accidente que más me marcó fue el de un niño atropellado, tenía exposición de masa encefálica regada en la carretera y luego el tener que recoger la masa encefálica y ponerla ahí, también me marcó, ese no era mi trabajo, pero la mamá me pidió que por favor recogiera los sesitos de su hijo, ya con un guante se los puse ahí en su ropita.

Pero a la vez, yo era muy de desahogar mis impresiones echando mucho relajo, reía fuerte, me he analizado yo por qué no me llegué a enfermar de diabetes o emocionalmente, pero creo que era porque gritaba mucho, me desahogaba, así fue.

El accidente fue en la carretera de Santiago Tianguistenco a Tenango, de una casita salió el niñito y lo atropelló una camioneta que se dio a la fuga, lo asimilé rápido, pero el recuerdo de ese servicio me lo voy a llevar hasta mis últimos días.

ER: ¿Cuántos años estuvo en servicio?

EMGS: Estuve más o menos diez años, ya después como también estaba estudiando radiología, terminé y ya me fui al Hospital López Mateos a trabajar, incluso en el Mónica Pretelini también trabajé como radiólogo.

En el SUEM también me tocó cubrir rescates en el Nevado de Toluca), íbamos muy improvisados, aunque sí había compañeros que ya le sabían al asunto, como Alejandro Guerrero, Julio Vallarino, Pablo Chipolini y Arturo Jaimes, posteriormente llegó Arturo Pastén, Vicente Ruiz, José Luis Villegas, que incluso ya tenían sus botas de montaña y nosotros no, así nos íbamos, con nuestro suetercito o chamarrita a hacer el servicio.

ER: ¿Qué le dejó el SUEM?

EMGS: Me quedo con el buen sabor de boca de decir que fuimos parte importante en la construcción de la respetable institución que es hoy en día, ojalá que las nuevas generaciones que están sepan aprovechar y honrar la hermosa labor de servir a los demás.

El 2 de abril del año 1977 fueron reclutados varios elementos que pasaron a integrar la primera generación del Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM), entre ellos Eduardo Miguel González Segundo, quien falleció este fin de semana a los 70 años.

La pérdida cimbró a quienes conforman esa institución, quienes le rindieron un homenaje póstumo en sus instalaciones en Toluca, Estado de México.

El Sol de Toluca tuvo la oportunidad de entrevista a Eduardo González el 17 de julio de este año; el veterano narró los procesos de reclutamiento y capacitación de la primera generación de paramédicos del SUEM, así como la manera en que tuvieron que ingeniárselas al momento de responder a los llamados de la ciudadanía.

Entrevista

ER: ¿Cuáles fueron sus inicios en el SUEM?

EMGS: Tuve el honor de ser de los iniciadores del SUEM junto con el compañero Alejandro Guerrero, el reclutamiento fue el 2 de abril de 1977. Yo me enteré de que estaban reclutando para formar a la institución en el Deportivo Agustín Millán, porque ahí asistía a juntas que pertenecían a un grupo de rescate de montaña, pero yo únicamente iba para conocer algo sobre el tema, porque no sabía nada.

Fue ahí cuando llegaron unas personas a decirnos que los que supieran sobre montaña, primeros auxilios, natación, que se presentaran en las oficinas que estaban en Lerdo, porque se iba a hacer un nuevo grupo de rescate y se necesitaba personal.

En el Auditorio de Servicios Coordinados de Salud del Estado de México fue donde el doctor Wilfrido Palma Sacramento nos dijo de qué se trataba y se nos dijo que nos presentáramos al siguiente día para hacer los grupos y comenzar a cubrir servicios.

Supe que surgió la idea de crear al SUEM luego de un accidente muy fuerte en Río Hondito, uno o dos autobuses estuvieron involucrados y muchísima gente murió ahí, el doctor Jorge Jiménez Cantú, que posteriormente fue gobernador del Estado de México se quedó en el lugar, porque iba y venía a la Ciudad de México, entonces como vio que pasó mucho tiempo y no llegaba una ambulancia, con el tiempo, ya una vez siendo gobernador, tenía la inquietud de tener un cuerpo de urgencias y que no tardara tanto la atención cuando ocurrían accidentes.

ER: ¿Cuántos conformaron el primer equipo y cuáles fueron sus herramientas de trabajo iniciales?, porque se sabe que los primeros paramédicos tuvieron que improvisar las férulas, las camillas, entre otros.

EMGS: Éramos entre 30 y 40 personas, de entre 18 a 25 años, ahí empezamos a conocernos, yo tenía 23 años y era neófito en la materia, recuerdo que una ocasión a la edad de trece años me intoxiqué por alimentos y me llevaron al hospital Adolfo López Mateos, en donde, por cierto, estaba el personal de Cruz Roja. Tenía sed y me desmayé, un paramédico fue el que me alcanzó a levantar y en ese primer encuentro con los servicios prehospitalarios me nació el querer saber y aprender a atender a las personas.

Cuando se dio la oportunidad con el reclutamiento del personal los principales retos fueron el aprender a atender a un paciente, había compañeros que ya tenían conocimiento sobre esto, pero otros como yo no sabíamos nada del tema. Tuve la fortuna de integrar el equipo donde estaban Luis Valadez Ruiz y Raymundo Velázquez, ya tenían nociones sobre el tema.

Después ya nos dieron clases en el hospital López Mateos, incluso íbamos a hacer guardias para ir aprendiendo, nos daban clases en la Facultad de Medicina, en el Hospital de la Mujer, y ahí empezamos muchos a aprender sobre la atención de los pacientes.

ER: ¿Cuál fue el primer servicio que atendió?

EMGS: Salimos hacia Villa Victoria con el compañero Raymundo Velázquez Magallón, llegamos al Centro de Salud, en realidad se trató de un traslado de ahí al Hospital López Mateos, pero se trataba de una persona herida por arma blanca, ahí fue donde tuve que ingeniarmelas para ver cómo se tenía que subir a un paciente a la ambulancia, en ese momento traíamos una camionetita Chevrolet que era nuestra ambulancia.

ER: ¿Solamente tenían una ambulancia en ese momento?

EMGS: Eran dos, la camionetita Chevrolet que era la número 7, y por cierto, fue su único servicio porque la chocamos, además de una combi.

ER: ¿Por qué chocaron?

EMGS: Toda esa semana habíamos estado pendientes, pero enviaron a Raymundo Velázquez a un operativo, pero él para querer avanzar dijo que nos íbamos en ese momento, que ya era de noche y nos dirigíamos hasta Chalma, ahí en la carretera que va hacia Santiago Tianguistenco, donde está la ex hacienda de Atenco, se le atravesó una mula y chocamos, la camioneta se partió en dos, ese fue el primer accidente que hubo de una ambulancia del SUEM.

ER: ¿En dónde cubrieron el primer accidente?, ¿también me puede hablar sobre la cobertura que más lo marcó en su paso por el SUEM?

EMGS: No recuerdo exactamente el primero, pero seguido estábamos en la México-Toluca. Lo que sí es que el accidente que más me marcó fue el de un niño atropellado, tenía exposición de masa encefálica regada en la carretera y luego el tener que recoger la masa encefálica y ponerla ahí, también me marcó, ese no era mi trabajo, pero la mamá me pidió que por favor recogiera los sesitos de su hijo, ya con un guante se los puse ahí en su ropita.

Pero a la vez, yo era muy de desahogar mis impresiones echando mucho relajo, reía fuerte, me he analizado yo por qué no me llegué a enfermar de diabetes o emocionalmente, pero creo que era porque gritaba mucho, me desahogaba, así fue.

El accidente fue en la carretera de Santiago Tianguistenco a Tenango, de una casita salió el niñito y lo atropelló una camioneta que se dio a la fuga, lo asimilé rápido, pero el recuerdo de ese servicio me lo voy a llevar hasta mis últimos días.

ER: ¿Cuántos años estuvo en servicio?

EMGS: Estuve más o menos diez años, ya después como también estaba estudiando radiología, terminé y ya me fui al Hospital López Mateos a trabajar, incluso en el Mónica Pretelini también trabajé como radiólogo.

En el SUEM también me tocó cubrir rescates en el Nevado de Toluca), íbamos muy improvisados, aunque sí había compañeros que ya le sabían al asunto, como Alejandro Guerrero, Julio Vallarino, Pablo Chipolini y Arturo Jaimes, posteriormente llegó Arturo Pastén, Vicente Ruiz, José Luis Villegas, que incluso ya tenían sus botas de montaña y nosotros no, así nos íbamos, con nuestro suetercito o chamarrita a hacer el servicio.

ER: ¿Qué le dejó el SUEM?

EMGS: Me quedo con el buen sabor de boca de decir que fuimos parte importante en la construcción de la respetable institución que es hoy en día, ojalá que las nuevas generaciones que están sepan aprovechar y honrar la hermosa labor de servir a los demás.

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