Es uno de los 300 líderes más influyentes de México en el año 2020, es oriundo de Metepec, se define a sí mismo como mexiquense, empresario, emprendedor desde los 15 años y hombre de familia: su nombre es Fernando Flores Fernández.
La primera empresa que fundo, a los 15 años de edad, fue Cifo Technologies, dedicada a la programación de software, la cual es la base del corporativo que aún dirige y que abarca una serie de servicios dedicados tanto a la administración pública como a la iniciativa privada.
A 32 años de distancia de ese primer logro, Flores Fernández basa su éxito en una visión empresarial de cinco puntos, la cual empieza con tener un sueño, pues está convencido de que “el hombre que sueña casi siempre supera sus sueños”.
El segundo punto es pasar de ese sueño o de esa idea, a la acción, pues uno de los grandes problemas del ser humano es que se queda soñando; la idea es arriesgarse a tomar la decisión, pues empieza ahí empieza la transformación de alguien que quiere ser algo de su vida, convertirse en un hacedor.
La tercera parte de esta visión empresarial es generar un plan, tener un objetivo preestablecido al corto, mediano y largo plazo, para saber a dónde me encuentro y hacia dónde quiero caminar, cómo lo voy a hacer, qué voy a necesitar, qué quiero conseguir y en qué tiempo lo voy a alcanzar.
Crear una marca es súper importante, no en vano nos dicen “crea fama y échate a dormir”, cuando tú creas una marca personal o de un producto estás construyendo empresa, pero esa marca hay que cuidarla, defenderla, porque cuando logras posicionarla en el mercado te genera empresa y prestigio.
El quinto punto para quien quiere crear empresa es nunca aceptar un No como respuesta; por eso el 85% de las empresas familiares fracasan en su primer año, porque en México tenemos mucho miedo a la frustración y esa es mentalidad no ayuda, si alguien te dice no, toca 30 puertas más, alguna de ellas se va a abrir para ti.
Si al fracaso le cambiamos el nombre por experiencia, y con ellos formamos pequeños bloques de experiencias podemos ir construyendo el éxito, con lo cual podemos formar una metodología sencilla y practica que puede ser la diferencia entre un negocio exitoso y un negocio no exitoso, subrayó.
Debemos saber aprovechar las oportunidades sin esperar a encontrar un capital de riesgo como respaldo, por ejemplo, los jóvenes dedicados a las ventas antes de la pandemia por Covid-19 aprovecharon la coyuntura para no quedarse sin ingresos y hoy venden con éxito cubrebocas y sanitizantes, por ejemplo.
Cifo Technologies
A partir de la primera compañía, del mismo nombre, Fernando Flores Fernández, se ha dedicada a la creación de software para abatir la corrupción, cuenta con sistemas GRP para gobiernos municipales y estatales, los cuales permiten digitalizar todos los trámites y servicios.
En los años 90 la empresa empezó a tener mucho trabajo en la industria, pues se requerían programadores para ese sector y ya en 1998 se creó el primer sistema de digitalización de documentos y el primer software para recaudación de impuestos.
En los años 2000, la empresa también elabora cajeros automáticos y cajeros multiservicios donde se puede obtener un acta de nacimiento o cualquier otro documento de identidad oficial en tan sólo dos minutos.
También se puede pagar impuestos o servicios y realizar todos los trámites gubernamentales susceptibles de digitalización para que el ciudadano no tenga necesidad de formar parte de una cadena de corrupción o ser víctima del coyotaje.
“La premisa de venta que hemos tenido desde que fundé la compañía es que la paga de un trámite o de un servicio no dependa de un servidor público”, comentó.
Tenemos también sistemas para el transporte público masivo, donde la gente puede sacar, cargar, recargar sus tarjetas de prepago que ya operan en muchas ciudades del país y del extranjero, afirmó.
Además de incursionar en medios de comunicación, Fernando Flores desarrolla proyectos tecnológicos en el sector salud,con un ventilador 100% mexicano y una cabina sanitizante con base en el ozono, con las cuales enfrentar la crisis sanitaria que atraviesa el país.
Su vida personal
“Nací el 31 de agosto de 1973 en la Ciudad de México, aunque soy originario de Metepec, pero en esa época no teníamos hospital en Metepec; tengo 47 años, soy hijo de don Héctor Flores Rico –también empresario– y de Irma Fernández Tinoco, ama de casa. Soy el más chico de siete hermanos”, comenta.
Más que consentido, me tocó ser el embudo en la familia, pues todos los hermanos me transmitían información, yo tuve una familia muy grande con la que disfruté una infancia muy bonita, muy divertida, llena de buenos recuerdos.
Empecé a trabajar a los 11 años lavando coches; después lavaba coches en lotes de autos y luego trabajé en un supermercado como “cerillito” empacando mercancías.
Fue una infancia con muchos deseos, con muchos sueños de ser empresario, de querer cambiar las cosas, de querer tener una empresa de tecnología y cuando cumplí 15 años cumplí mi sueño al fundar mi primera empresa de tecnología que se llamó Cifo Technologies.
Flores Fernández dejó los estudios formales para cursar la preparatoria, los estudios técnicos y la licenciatura en Sistemas Computacionales, en el sistema abierto, porque –dice, se dedicó a trabajar.
“Soy un hombre de relaciones largas, conservo amigos que conocí desde los ocho años, con mi esposa tengo ya 32 años, pues estamos juntos desde que nos hicimos novios, teníamos 15 años y seguimos juntos”.
Con su esposa, Iraí Albarrán, que es la directora de Finanzas del grupo Cifo Technologies, tiene una hija, María Fernanda, de 20 años que estudia la licenciatura en comunicación en la Universidad Iberoamericana; ellas son mi familia e intento ser congruente entre lo que digo y lo que hago, la cuido porque es de donde nace la fuerza para todo lo que hago, concluyó.
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