/ martes 7 de julio de 2020

El Gran Bosque del Agua perdió a un férreo defensor

Greenpeace advierte que esa región se encuentra severamente amenazada y está desapareciendo rápidamente, al igual que la mayoría de los bosques de nuestro país


El Gran Bosque del Agua abarca las sierras de las Cruces, del Ajusco, del Chichinautzin, de Zempoala y el sistema Cadera y alberga casi el 2% de la biodiversidad mundial con enormes beneficios para el mundo como: ayudar a regular el clima y la calidad del aire de la región, la producción de alimentos y otros bienes.

Ese espacio proporciona casi tres cuartas partes del agua que se consume en la ciudad de México y abastece de agua a dos de los ríos más importantes del país: el Lerma y el Balsa, de acuerdo con una publicación de Greenpeace, pero desde hace años sufre un grave deterioro por la tala ilegal y corre el riesgo de perderse.

La zona, en el municipio de Ocuilan, estado de México, ha sido defendida desde hace más de 20 años por el defensor de los bosques, IIdefonso Zamora Baldomero. En esa lucha perdió a su hijo Aldo y su otro hijo, Misael, también ambientalista, fue acusado de supuesta tala.

El Gran Bosque del Agua también fue defendido por el ex alcalde de Ocuilan, Félix Alberto Linares, quien falleció en enero de este año, en un accidente, al desplomarse una avioneta. El año pasado fue víctima de un atentado y continuamente denunció la tala ilegal en la zona y pidió la presencia de la guardia nacional para proteger los bosques.

A través de un artículo sobre la importancia de ese bosque, Greenpeace advierte que esa región se encuentra severamente amenazada y está desapareciendo rápidamente, al igual que la mayoría de los bosques de nuestro país, pues datos del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México señalan que cada año se pierden 2 mil 400 hectáreas de ese bosque, lo que equivale a destruir una superficie de 9 campos de fútbol por día.

"De seguir a este ritmo, este gran bosque de agua podría desaparecer en los próximos 50 años, comprometiendo seriamente la viabilidad de los principales núcleos urbanos del centro del país", señala la organización.

También precisa que una de las zonas del gran bosque de agua más afectadas por la tala clandestina es el Parque Nacional Lagunas de Zempoala, ubicado en el límite de los estados de México y Morelos y de los municipios de Ocuilan y Huitzilac, el cual ha sufrido las consecuencias de la falta de claridad en los límites estatales y el conflicto agrario entre comunidades.

"Especialmente grave resulta el caso del paraje El Jaral, ubicado dentro del parque nacional Lagunas de Zempoala. Esta colina, que se encuentra en las tierras de la comunidad de San Juan Atzingo, Estado de México, estaba cubierta hasta hace pocos años por un denso bosque de oyamel. Talamontes de otras comunidades cortaron los árboles para vender la madera en los mercados de Morelos y el Distrito Federal, deforestando casi por completo más de 90 hectáreas, prendiéndole fuego y abandonando más de 7 mil metros cúbicos de madera en rollo. Pese a los esfuerzos de la comunidad de San Juan Atzingo este paraje no se ha podido recuperar y la tala continúa en la zona", alerta Greenpeace en su publicación.

De acuerdo con el libro Pueblos indígenas del México contemporáneo, San Juan Atzingo, ubicado comunidad de Ocuilan, la tierra del ambientalista IIdefonso Zamora, está enclavado dentro del complejo de sierras que rodean y dividen la cuenca de México y el valle de Toluca y cuenta con bosques de abies (oyamel) en la zona de las lagunas de Zempoala y bosque mixto (pino y encino) en los cerros que las circundan.



El Gran Bosque del Agua abarca las sierras de las Cruces, del Ajusco, del Chichinautzin, de Zempoala y el sistema Cadera y alberga casi el 2% de la biodiversidad mundial con enormes beneficios para el mundo como: ayudar a regular el clima y la calidad del aire de la región, la producción de alimentos y otros bienes.

Ese espacio proporciona casi tres cuartas partes del agua que se consume en la ciudad de México y abastece de agua a dos de los ríos más importantes del país: el Lerma y el Balsa, de acuerdo con una publicación de Greenpeace, pero desde hace años sufre un grave deterioro por la tala ilegal y corre el riesgo de perderse.

La zona, en el municipio de Ocuilan, estado de México, ha sido defendida desde hace más de 20 años por el defensor de los bosques, IIdefonso Zamora Baldomero. En esa lucha perdió a su hijo Aldo y su otro hijo, Misael, también ambientalista, fue acusado de supuesta tala.

El Gran Bosque del Agua también fue defendido por el ex alcalde de Ocuilan, Félix Alberto Linares, quien falleció en enero de este año, en un accidente, al desplomarse una avioneta. El año pasado fue víctima de un atentado y continuamente denunció la tala ilegal en la zona y pidió la presencia de la guardia nacional para proteger los bosques.

A través de un artículo sobre la importancia de ese bosque, Greenpeace advierte que esa región se encuentra severamente amenazada y está desapareciendo rápidamente, al igual que la mayoría de los bosques de nuestro país, pues datos del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México señalan que cada año se pierden 2 mil 400 hectáreas de ese bosque, lo que equivale a destruir una superficie de 9 campos de fútbol por día.

"De seguir a este ritmo, este gran bosque de agua podría desaparecer en los próximos 50 años, comprometiendo seriamente la viabilidad de los principales núcleos urbanos del centro del país", señala la organización.

También precisa que una de las zonas del gran bosque de agua más afectadas por la tala clandestina es el Parque Nacional Lagunas de Zempoala, ubicado en el límite de los estados de México y Morelos y de los municipios de Ocuilan y Huitzilac, el cual ha sufrido las consecuencias de la falta de claridad en los límites estatales y el conflicto agrario entre comunidades.

"Especialmente grave resulta el caso del paraje El Jaral, ubicado dentro del parque nacional Lagunas de Zempoala. Esta colina, que se encuentra en las tierras de la comunidad de San Juan Atzingo, Estado de México, estaba cubierta hasta hace pocos años por un denso bosque de oyamel. Talamontes de otras comunidades cortaron los árboles para vender la madera en los mercados de Morelos y el Distrito Federal, deforestando casi por completo más de 90 hectáreas, prendiéndole fuego y abandonando más de 7 mil metros cúbicos de madera en rollo. Pese a los esfuerzos de la comunidad de San Juan Atzingo este paraje no se ha podido recuperar y la tala continúa en la zona", alerta Greenpeace en su publicación.

De acuerdo con el libro Pueblos indígenas del México contemporáneo, San Juan Atzingo, ubicado comunidad de Ocuilan, la tierra del ambientalista IIdefonso Zamora, está enclavado dentro del complejo de sierras que rodean y dividen la cuenca de México y el valle de Toluca y cuenta con bosques de abies (oyamel) en la zona de las lagunas de Zempoala y bosque mixto (pino y encino) en los cerros que las circundan.


Local

Consulta el cierre de calles en el centro de Toluca por Semana Santa

El Ayuntamiento implementará un operativo vial, el cual contempla la participación de 80 policías

Local

¿Ya pagaste el refrendo de tu vehículo en Edomex? El plazo vence en unos días

Pueden realizar el pago en los más de 3 mil puntos de pago, así como los Módulos Integrales de Recaudación ubicados en plazas comerciales.

Finanzas

Si sales de viaje no olvides tu licencia; en Edomex la multa por no llevarla golpearía tu bolsillo

Según el reglamento de tránsito del Edomex, para este 2024 las sanciones tuvieron una ligera modificación

Local

¿Cuántos incendios forestales se han registrado en Edomex durante 2024?

Hay más de cinco mil hectáreas afectadas en el presente año; vendrán dos meses de sequía

Local

Fiscalía del Edomex apelará cambio de medida cautelar en favor del ex alcalde de Toluca

Hace unos días un juez ordenó que Raymundo N continúe su proceso por el delito de secuestro exprés fuera de prisión

Policiaca

Aseguran dos inmuebles en Toluca relacionados con supuestas extorsiones contra polleros

Algunos comerciantes minoristas eran obligados a comprar pollo en estos lugares y pagar una cuota de 48 pesos por kilo a cambio de no hacerles daño