Encabeza Toluca lista de divorcios a nivel nacional

Carecen de una preparación para vivir en pareja: Guillermo Fernández Orozco, vicario de la capital mexiquense

Rodrigo Miranda | El Sol de Toluca

  · lunes 4 de noviembre de 2019

Foto: Cortesía | Cuartoscuro

La nula educación en familia y con ello la carente preparación de las parejas para una vida en pareja, ha provocado que Toluca ocupe el primer lugar a nivel nacional en rompimientos matrimoniales, pues sólo duran de uno a cinco años, señaló el vicario general de la diócesis de Toluca, monseñor Guillermo Fernández Orozco.

Explicó que se engloban los matrimonios religiosos, civiles e inclusive la figura de unión libre.

Esto es un indicativo, dijo, de que no hay una preparación de las personas para vivir un estilo de vida de este tipo y en ese fenómeno están incluidas todas las instituciones religiosas y no religiosas.

Recalcó que esta situación, en el funcionamiento de parejas, habla de la crisis de valores, incluyendo el respeto mismo que se debe de tener como personas, ya que hoy día se vive una situación violenta, donde pasa cualquier cosa y de inmediato viene la agresión verbal o hasta física.

La iniciativa pretende reconocer y garantizar los derechos fundamentales y sustanciales de la comunidad LGBT+. Foto: ilustrativa/archoivo | El Sol de Toluca

“Hoy hablamos de violencia intrafamiliar, pero no nos preocupamos por una educación en familia y el mismo civismo que tiene que vivirse dentro de la sociedad, no es posible que con una cartilla moral se solucione el problema”, añadió.

En este sentido, subrayó monseñor Fernández Orozco que mientras no haya una educación en familia, que se traduzca en familias educadas y valores, se disparará el fenómeno antes mencionado.

“Lo que no se enseña en familia ya no se podrá aprender en la escuela, ya que en las aulas sólo se trabaja lo que se aprendió en el hogar”, aseveró el vicario general de la diócesis de Toluca.

Finalmente, la autoridad eclesiástica consideró que debe enseñarse en las escuelas el civismo que, a final de cuentas, se traduce en convivencia, y eso debe de enseñarse desde niños, ya que es muy difícil cultivar esos valores en personas mayores.