/ domingo 20 de mayo de 2018

#Especial || Disminuyen partos tradicionales en Edomex

La necesidad llevo a mujeres a atender partos tradicionales


Las cesáreas realizadas en hospitales públicos y privados con el paso de los años han desplazado a las parteras tradicionales, mujeres que por necesidad incurrieron en esta práctica en su propia casa sin utilizar medicamentos, ni utensilios quirúrgicos.

La necesidad para llevarles alimentos a sus hijos, orilló a Regina Marín, integrante de voluntarias rurales que colaboran con el programa Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mazahua de Loma de Juárez del municipio de Villa de Allende, a atender su primer parto a una gestante procedente de la Ciudad de México, la cual ya presentaba contracciones y a la que preparó en instantes para dar a luz.

“Realice el primer parto en mi casa casa, haciendo uso de una cama individual y sábanas blancas, donde se acostó la mujer de 25 años, abierta de piernas para poder lograr que el cuello uterino abriera para comenzar a pujar” relató Regina

Conforme han pasado 37 años la partera tradicional ha aprendido a revisar, a identificar la postura del bebé, a realizar el tacto y detectar complicaciones, tal es el caso, cuando llegó una gestante con una hemorragia fuerte a quien sin pensarlo la llevó a un hospital para poder dar a luz debido a que la placenta quedó al interior del útero.

Aunque son pocas las mujeres que recurren a la parteras, doña Regina revisa que desde que comienza a tratar a la gestante no tenga dolor de cabeza, zumbido de oídos, vista nublada, manos y pies hinchados, que ya haya tomado ácido fólico, le suministren sus vacunas, checando el carnet para evitar cualquier riesgo, cuya experiencia su atención ha generado ingresos para ella y su familia, pues comenzó cobrando 150 pesos y ahora el costo del parto es de 800 pesos.

Una manera de evitar la mortalidad materna y neonatal, las mujeres dedicadas a esta actividad, han sido capacitadas por instituciones de salud pública por lo que han ido encontrándole el gusto el traer pequeños al mundo, sin embargo asegura que este método ha mermado por las cesáreas aplicadas por los médicos.


Hierba conocida el sacamuchachos, fue utilizada por las parteras

Asimismo, Juana Silverio Mondragón, mujer oriunda de Agua Zarca en Villa Victoria, recuerda que desde hace 27 años atendió su primer parto gemelar en su nuera, arriesgándose a traer al mundo a sus nietos, la cual fue descubierta por los galenos del IMSS a quien unieron al grupo de parteras.

“Tendíamos un tapete donde la senté para que pujara hasta que expulso al primer bebe, pero me cayó de extraño por que su vientre volvió a inflarse, por lo que le dije que se sentara nuevamente, mi primer nieto nació a las 22:00 horas y tres horas después como a la 2:00 de la mañana salió el segundo, pero ella no creía” dijo doña Juana

Ante la satisfacción y alegría doña Juana corto la placenta y el cordón de ambos bebés para limpiarlos y envolverlos con las cobijas, para dárselos a su nuera, por lo que durante una visita al médico, su familiar explicó al doctor el apoyo recibido, quien la motivó a dedicarse a realizar partos.

Sus ganas de aprender, la llevaron a identificar a bebés atravesados, sentados, parados que desde hace años las parteras tradicionales han implementado el acomodo del bebé en su postura correcta para ser expulsados.

“Hace muchos años, no se usaban medicamentos, pues se daba de beber un té hecho a base de hierbas conocidas como saca muchachos, togo o carne de tlacuache que ayudaban a abrir el cuello uterino para facilitar el alumbramiento”, comentó doña Juana.

Una vez caído el bebé junto con la placenta, se coloca un fajero en el vientre para evitar que la frialdad entre al útero y provocar que expulse todo el sangrado y no quede algún tipo de residuo que exponga la salud de la madre.


La llegada de mi hija se lo debo a un partera

Beatriz Cruz de 28 años, originaria de Villa del Carbón, espero nueve meses para ver a su bebé por primera vez, cuando al momento de que se encontraba planchando en su casa de manera repentina sintió un dolor en el vientre, que ocasionó que caminara hasta la casa de sus familiares para avisar lo ocurrido.

Acompaña de su madre y hermana, salieron a visitar a la señora Emma partera tradicional del poblado, quien al verla le tocó el vientre y con premura la envió a su casa para que colocara un petate, cobijas y sabanas sobre el piso.

Doña Emma, tocó la postura del bebé, las contracciones que Beatriz presentaba, pidiendo que se colocara en medio de las cobijas en cuclillas, apoyada en un mueble que mientras la dilatación avanzaba le pedía pujar, mientras la partera colocaba su antebrazo entre el pecho para evitar que durante el parto subiera el producto.

Beatriz, recuerda que durante las labores de parto, el bebé asomaba su cabeza sin calcular el tiempo en el que se esforzaba, pues su anhelo era ver a su pequeño sano y salvo, donde minutos después le dijo que era una nena, a la cual le cortaron el cordón umbilical para ser bañada por la abuela y la tía.

La partera limpio a Beatriz, con una trapo húmedo para acostarla en la cama y descansara por el esfuerzo que hizo por que “Valeria” naciera, una vez cambiada fue puesta en el regazo de Beatriz quien con lágrimas en los ojos, de felicidad inexplicable, le dio un beso en la frente.


Chiapas la entidad con mayor número de parteras

En el país 7 mil 31 parteras voluntarias rurales colaboran con el programa IMSS-PROSPERA que comprenden los códigos culturales basados en el manejo de la lengua, tradiciones, mitos y costumbres en comunidades rurales, que las convierte en agentes naturales de salud, al vigilar la salud del binomio madre-hijo hasta llegar a buen término

Cerca de 29 mujeres conforman el equipo de Parteras Rurales del IMSS en el Estado de México, se ha enfrentado a complicaciones derivadas de la atención a mujeres embarazadas; sin embargo, a través de redes sociales o con una simple llamada a ginecólogos del IMSS, logran controlar la situación.

La edad promedio de las parteras voluntarias es de 60 años; el 62 por ciento son indígenas y pertenecen a 43 pueblos indígenas del país. Con su apoyo se constituyen como uno de los principales recursos con que cuenta IMSS-PROSPERA para la atención de la población indígena.

Cada año atienden nueve mil partos en promedio; es decir 9 de cada 10 en domicilio, por lo que Chiapas es la entidad con el mayor número de parteras: dos mil 700; le siguen Veracruz, Puebla, Oaxaca e Hidalgo.


Capacitación de médicos a parteras

De acuerdo con el IMSS son capacitadas de manera permanente para la atención de la salud reproductiva con enfoque intercultural, especialmente en las comunidades indígenas y alejadas de los servicios de salud, en donde comparten información sobre prevención del embarazo de alto riesgo, control prenatal, derivación oportuna a unidad médica y métodos de planificación familiar.

Salvador Martínez Vira, médico de Agua Zarca en Villa Victoria lleva 8 años en la comunidad, coordinándose con las mujeres parteras quienes con sus conocimientos las manejan de esa manera y los galenos médicamente para evitar índices de mortalidad materna y neonatal.

“Una paciente que atendió en la madrugada doña Juanita se acercó por que la mujer que tenía restos placentarios y fue estabilizada, por lo que muchas mujeres actualmente piden ser enviadas a unidades médicas para darles certeza”, mencionó el doctor.

De acuerdo con el médico, las mujeres que prefieren dar a luz con las parteras por el acompañamiento de familiares y por la confianza que les tienen, lo que implica que su entorno y su cultura son importantes para ellas y por el arraigo de sus creencias, por lo que el sector público promueve la “sala amigable” es decir partos tradicionales con menos riesgo de complicaciones.

La situación de los doctores, familiares impiden que por cuestiones de respeto no se han atendidos las mujeres que dan a luz por médicos hombres, que no permiten que sean tocadas o vistas por ellos, por costumbres del padre o el esposo, sin embargo se respeta el derecho de ellas para ser atendidas por doctoras.

En la clínicas del IMSS hay las “salas amigables” donde se hace la promoción de los partos tradicionales, pues se ha demostrado que tienen menos riesgos de complicación y las pacientes sufren menos en su estado emocional.


Las cesáreas realizadas en hospitales públicos y privados con el paso de los años han desplazado a las parteras tradicionales, mujeres que por necesidad incurrieron en esta práctica en su propia casa sin utilizar medicamentos, ni utensilios quirúrgicos.

La necesidad para llevarles alimentos a sus hijos, orilló a Regina Marín, integrante de voluntarias rurales que colaboran con el programa Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mazahua de Loma de Juárez del municipio de Villa de Allende, a atender su primer parto a una gestante procedente de la Ciudad de México, la cual ya presentaba contracciones y a la que preparó en instantes para dar a luz.

“Realice el primer parto en mi casa casa, haciendo uso de una cama individual y sábanas blancas, donde se acostó la mujer de 25 años, abierta de piernas para poder lograr que el cuello uterino abriera para comenzar a pujar” relató Regina

Conforme han pasado 37 años la partera tradicional ha aprendido a revisar, a identificar la postura del bebé, a realizar el tacto y detectar complicaciones, tal es el caso, cuando llegó una gestante con una hemorragia fuerte a quien sin pensarlo la llevó a un hospital para poder dar a luz debido a que la placenta quedó al interior del útero.

Aunque son pocas las mujeres que recurren a la parteras, doña Regina revisa que desde que comienza a tratar a la gestante no tenga dolor de cabeza, zumbido de oídos, vista nublada, manos y pies hinchados, que ya haya tomado ácido fólico, le suministren sus vacunas, checando el carnet para evitar cualquier riesgo, cuya experiencia su atención ha generado ingresos para ella y su familia, pues comenzó cobrando 150 pesos y ahora el costo del parto es de 800 pesos.

Una manera de evitar la mortalidad materna y neonatal, las mujeres dedicadas a esta actividad, han sido capacitadas por instituciones de salud pública por lo que han ido encontrándole el gusto el traer pequeños al mundo, sin embargo asegura que este método ha mermado por las cesáreas aplicadas por los médicos.


Hierba conocida el sacamuchachos, fue utilizada por las parteras

Asimismo, Juana Silverio Mondragón, mujer oriunda de Agua Zarca en Villa Victoria, recuerda que desde hace 27 años atendió su primer parto gemelar en su nuera, arriesgándose a traer al mundo a sus nietos, la cual fue descubierta por los galenos del IMSS a quien unieron al grupo de parteras.

“Tendíamos un tapete donde la senté para que pujara hasta que expulso al primer bebe, pero me cayó de extraño por que su vientre volvió a inflarse, por lo que le dije que se sentara nuevamente, mi primer nieto nació a las 22:00 horas y tres horas después como a la 2:00 de la mañana salió el segundo, pero ella no creía” dijo doña Juana

Ante la satisfacción y alegría doña Juana corto la placenta y el cordón de ambos bebés para limpiarlos y envolverlos con las cobijas, para dárselos a su nuera, por lo que durante una visita al médico, su familiar explicó al doctor el apoyo recibido, quien la motivó a dedicarse a realizar partos.

Sus ganas de aprender, la llevaron a identificar a bebés atravesados, sentados, parados que desde hace años las parteras tradicionales han implementado el acomodo del bebé en su postura correcta para ser expulsados.

“Hace muchos años, no se usaban medicamentos, pues se daba de beber un té hecho a base de hierbas conocidas como saca muchachos, togo o carne de tlacuache que ayudaban a abrir el cuello uterino para facilitar el alumbramiento”, comentó doña Juana.

Una vez caído el bebé junto con la placenta, se coloca un fajero en el vientre para evitar que la frialdad entre al útero y provocar que expulse todo el sangrado y no quede algún tipo de residuo que exponga la salud de la madre.


La llegada de mi hija se lo debo a un partera

Beatriz Cruz de 28 años, originaria de Villa del Carbón, espero nueve meses para ver a su bebé por primera vez, cuando al momento de que se encontraba planchando en su casa de manera repentina sintió un dolor en el vientre, que ocasionó que caminara hasta la casa de sus familiares para avisar lo ocurrido.

Acompaña de su madre y hermana, salieron a visitar a la señora Emma partera tradicional del poblado, quien al verla le tocó el vientre y con premura la envió a su casa para que colocara un petate, cobijas y sabanas sobre el piso.

Doña Emma, tocó la postura del bebé, las contracciones que Beatriz presentaba, pidiendo que se colocara en medio de las cobijas en cuclillas, apoyada en un mueble que mientras la dilatación avanzaba le pedía pujar, mientras la partera colocaba su antebrazo entre el pecho para evitar que durante el parto subiera el producto.

Beatriz, recuerda que durante las labores de parto, el bebé asomaba su cabeza sin calcular el tiempo en el que se esforzaba, pues su anhelo era ver a su pequeño sano y salvo, donde minutos después le dijo que era una nena, a la cual le cortaron el cordón umbilical para ser bañada por la abuela y la tía.

La partera limpio a Beatriz, con una trapo húmedo para acostarla en la cama y descansara por el esfuerzo que hizo por que “Valeria” naciera, una vez cambiada fue puesta en el regazo de Beatriz quien con lágrimas en los ojos, de felicidad inexplicable, le dio un beso en la frente.


Chiapas la entidad con mayor número de parteras

En el país 7 mil 31 parteras voluntarias rurales colaboran con el programa IMSS-PROSPERA que comprenden los códigos culturales basados en el manejo de la lengua, tradiciones, mitos y costumbres en comunidades rurales, que las convierte en agentes naturales de salud, al vigilar la salud del binomio madre-hijo hasta llegar a buen término

Cerca de 29 mujeres conforman el equipo de Parteras Rurales del IMSS en el Estado de México, se ha enfrentado a complicaciones derivadas de la atención a mujeres embarazadas; sin embargo, a través de redes sociales o con una simple llamada a ginecólogos del IMSS, logran controlar la situación.

La edad promedio de las parteras voluntarias es de 60 años; el 62 por ciento son indígenas y pertenecen a 43 pueblos indígenas del país. Con su apoyo se constituyen como uno de los principales recursos con que cuenta IMSS-PROSPERA para la atención de la población indígena.

Cada año atienden nueve mil partos en promedio; es decir 9 de cada 10 en domicilio, por lo que Chiapas es la entidad con el mayor número de parteras: dos mil 700; le siguen Veracruz, Puebla, Oaxaca e Hidalgo.


Capacitación de médicos a parteras

De acuerdo con el IMSS son capacitadas de manera permanente para la atención de la salud reproductiva con enfoque intercultural, especialmente en las comunidades indígenas y alejadas de los servicios de salud, en donde comparten información sobre prevención del embarazo de alto riesgo, control prenatal, derivación oportuna a unidad médica y métodos de planificación familiar.

Salvador Martínez Vira, médico de Agua Zarca en Villa Victoria lleva 8 años en la comunidad, coordinándose con las mujeres parteras quienes con sus conocimientos las manejan de esa manera y los galenos médicamente para evitar índices de mortalidad materna y neonatal.

“Una paciente que atendió en la madrugada doña Juanita se acercó por que la mujer que tenía restos placentarios y fue estabilizada, por lo que muchas mujeres actualmente piden ser enviadas a unidades médicas para darles certeza”, mencionó el doctor.

De acuerdo con el médico, las mujeres que prefieren dar a luz con las parteras por el acompañamiento de familiares y por la confianza que les tienen, lo que implica que su entorno y su cultura son importantes para ellas y por el arraigo de sus creencias, por lo que el sector público promueve la “sala amigable” es decir partos tradicionales con menos riesgo de complicaciones.

La situación de los doctores, familiares impiden que por cuestiones de respeto no se han atendidos las mujeres que dan a luz por médicos hombres, que no permiten que sean tocadas o vistas por ellos, por costumbres del padre o el esposo, sin embargo se respeta el derecho de ellas para ser atendidas por doctoras.

En la clínicas del IMSS hay las “salas amigables” donde se hace la promoción de los partos tradicionales, pues se ha demostrado que tienen menos riesgos de complicación y las pacientes sufren menos en su estado emocional.

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