Las universidades y escuelas de nivel medio superior y superior no sólo deben tomar previsiones cuando sus alumnos salen a realizar prácticas de campo, sino que deben firmar convenios con las policías estatales y municipales para garantizar la integridad física, mental y emocional de sus alumnos.
Entrevistada respecto a la desaparición de cinco estudiantes de Cine en Guadalajara, la maestra en Criminología y Criminalística, Gabriela Lucila Estrada San Juan, consideró que la ola de violencia en el país ya no reconoce grupos sociales, y por tanto, atenta indiscriminadamente contra todos los sectores por igual, pues todos representan un ingreso económico o una forma de cumplir sus objetivos.
Indicó que ya muchas universidades, con el apoyo de autoridades estatales o municipales, integran un equipo de policías y paramédicos cuando se realizan actividades a campo abierto, porque reconocen que la delincuencia ya no respeta perfiles de edad, socioeconómicos o de preparación académica.
Perfiladora criminológica en el Centro de Prevención y Reinserción Social de Santiaguito, Gabriela Lucila Estrada, también señaló que hasta el momento la autoridad no ha sido capaz de frenar el crecimiento de los grupos delincuenciales, en parte porque ha podido reducir los niveles de pobreza.
Eso se sigue reflejando en la falta de empleo, por la falta de educación y, principalmente, por las “familias rotas”, lo cual hace que los jóvenes salgan a la calle a buscar en las pandillas el afecto, el cariño y el reconocimiento que no tienen en sus casas.
Además, esto hace que cada día más menores de edad ya estén delinquiendo porque buscan dinero e ingreso fácil, incluso en las zonas rurales o urbanas marginadas muchos niños ya te dicen que cuando ellos sean mayores lo que quieren es ser narcos o sicarios.
Por otra recordó, que hasta el momento no se ha sabido que se ha pedido rescate por los estudiantes de cine de Guadalajara, por lo que se trata no de un secuestro sino de privación ilegal de la libertad y las autoridades deberían investigar si se trata algún ajuste de cuenta, algún un problema con la familia o el que alguno de los jóvenes haya tenido conflictos con delincuentes o por drogas, concluyó.