Al momento, en el Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Toluca no se han presentado solicitudes de atención de pacientes por consumo de fentanilo, informó el director general de esa institución, Juan Carlos Cruz Miguel.
El grueso de las y los pacientes que buscan rehabilitarse en su mayoría es por consumo de alcohol que es una droga legal y de las ilegales son las de tipo químico, comentó a El Sol de Toluca.
Es de mencionar que el fentanilo es considerada una droga de las peligrosas en la actualidad y que ha sido de interés para algunos sectores de la población.
El grueso de las personas que desea recibir tratamiento para rehabilitación es por el consumo de sustancias tóxicas ilegales, expuso.
“Las principales sustancias son metanfetaminas, en particular cristal y en menor frecuencia marihuana”.
Al ser cuestionado sobre si el CIJ ha registrado pacientes por ingesta de fentanilo lo descartó.
“No, ninguno incluso hemos tenido casos de antecedentes de consumo principalmente en personas que tienen la condición de migrantes y estuvieran en la frontera y llegaron a probarlo”.
En ese sentido, ante la nulidad de pacientes por el consumo de esa droga, opinó tal vez es por la información en los daños en cuerpo humano o porque no hay acceso a él.
En el caso de la cannabis lamentó que erróneamente algunas de las personas consumidoras creen que sus efectos a la salud son menores y no es así, porque genera daños al organismo y sociales.
Apuntó que la conclusión del tratamiento o rehabilitación depende de cada paciente sobre todo, si acude a terapia por convicción o de manera voluntaria, son más del 80%.
“Cuando es por decisión propia el porcentaje es alto más del 80% y cuando vienen condicionados por padres, escuelas, por el Poder Judicial generalmente es entre el 50 y 60%, que pudiera ser menor, pero el personal está capacitado en estratégicas en el ramo”.
En ese sentido, precisó que se despliegan acciones motivacionales para que tengan un cambio en el consumo tal vez no en dejarlo, pero sí lo reducen.
Recomendó a las personas en general informarse de los daños en el organismo de esas sustancias y a los padres hablar directamente con sus hijos sobre ese tema.