/ lunes 30 de mayo de 2022

Fe sobrevive a la adversidad en medio de la pandemia del Covid-19

"El Escapulario", uno de los negocios de artículos religiosos más longevos de Toluca con 122 años de vida

Pese a ser considerado no esencial, durante la pandemia de Covid-19 "El Escapulario", uno de los negocios de artículos religiosos más longevos de Toluca, logró mantener su clientela con pedidos vía telefónica y WhatsApp.

De esta manera, con 122 años de vida, este local sigue en pie, a pesar de los embates que causó la contingencia sanitaria.

Sin embargo, David Pichardo Gómez, propietario del local, aseguró que durante la Jornada Nacional de Sana Distancia, en marzo de 2020, se pasó por un periodo complicado debido a las restricciones.

En ese periodo, aseguró, sus ventas cayeron hasta un 70%, pero a raíz de la reapertura económica, estas se han ido recuperando poco a poco.

Por otro lado, David señaló que durante la emergencia sanitaria creció la demanda de mortajas y cirios, debido a los fallecimientos de los pacientes de la Covid-19.

“Algo que nos mantuvo económicamente estables durante la pandemia, desafortunadamente fue la venta de mortajas, ceras y cruces”, lamentó.

Ejemplificó que durante ese periodo vendía en promedio cinco cruces por día, cuando antes de la pandemia era sólo una.

Obras

Sumado a ese contexto de emergencia sanitaria, David explicó que también influyeron en las bajas ventas las obras de intervención del Centro Histórico de Toluca, en particular la edificación del Planetario y del Parque de la Ciencia Fundadores, pues era complicado el acceso a las avenidas de Santos Degollado y Plaza España, donde está ubicado su local.

“Se cerraron calles y negocios, se afectó todo el comercio en Toluca, fueron dos años que nos pegó bastante duro”, externó David.

Fe desde casa

En “El Escapulario” la venta central la llevan los objetos religiosos, pero estos no representaron un aliciente durante la pandemia para que los creyentes salieran de su hogar a comprar cirios, imágenes u otros, pues el temor al virus era mayor, recordó David.

“La gente estuvo en casa, se suspendieron misas, fiestas, todo lo religioso. La fe estaba desde la casa; no hubo ese movimiento, la gente salía por necesidad”, detalló.

No obstante, con la apertura parcial y paulatina de las actividades de 2021 a la fecha, así como la inauguración del Parque Fundadores, el negocio de David se ha ido recuperando.

“¡Gracias a Dios! esto ha crecido y se ha vuelto a recuperar el negocio y trabajar en un 90 a 95%”, explicó.

Además, los dos jóvenes que trabajan con él retornaron a sus labores en la tienda de manera habitual, expresó.

“No nos podemos quejar, se reactivaron las ventas y ayudó los parques por la afluencia de gente”, señaló

También, gracias a ello, es posible que se organicen fiestas sociales y de sacramentos, y con esto se compran artículos religiosos para el recuerdo, añadió.

Apoyan a artesanos locales

El apoyo a artesanos locales y mexicanos ha sido uno de las máximas de “El Escapulario”, un negocio tradicional ubicado en Toluca.

Y es que este local evita vender artículos religiosos de origen extranjero.

"La historia de la tienda se hilvanó con la elaboración de escapularios bordados a mano, e incluso con canutillos de oro", comentó David Pichardo Gómez, propietario de ese comercio.

Entrevistado por El Sol de Toluca, David recordó que el emprendimiento surgió de su bisabuela, Petra Rodríguez, en la iglesia de la Virgen del Carmen, en donde colocaba una mesa con sus artículos.

“De ahí comenzó la tradición, mi madre conserva documentos que acreditan esta historia desde 1915”, explicó.

De ese punto de partida a la fecha, son cinco generaciones las que han continuado con el proyecto.

“Por la elaboración de escapularios, el negocio se llama así, lo inició mi bisabuela, siguió mi abuela, Luz Rodríguez; mi mamá, Bertha Gómez, luego nosotros y ahora también nuestros hijos", explicó.

Productos nacionales

En ese lugar es posible encontrar un sinfín de objetos religiosos, desde cruces, ceras, imágenes, rosarios, estampas de gran variedad de Cristos, santos, advocaciones de Vírgenes y de Jesús.

Pasando por hostias, manteles, mantillas, medallas, vino de consagrar, mortajas, libros, estandartes, casullas, banderas, mechas, milagros y marcos sobre medidas, entre otras.

“Es muy extensa la cantidad de productos que manejamos en una casa de artículos religiosos, desde mechas para las mayordomías de las iglesias de los pueblos, milagritos, veladoras y Biblias", apuntó.

Además de productos que no se ven o de mayor formato, los cuales se consiguen bajo pedido, expresó.

“Procuro ayudar al artesano nacional, es algo personal que he hecho, sólo introduzco de otro país cuando no lo encuentro o no lo hay, pero siempre compro lo elaborado en México”, aseguró.

Los artículos que comercializa están hechos en varios materiales: fibra de vidrio, resina, pasta o yeso.

En el local existen un sinfín de piezas religiosas, van desde las chicas hasta las grandes, en el caso de los cirios los hay delgados y de 40 kilogramos para iglesias grandes.

La mayor parte de su clientela proviene del valle de Toluca, aunque se ha abierto gracias a la operación del Parque de la Ciencia Fundadores, ubicado a un costado de la tienda.

“Tuvimos clientes de Sudamérica, de Colombia y Venezuela que se llevaron un recuerdito casual. Es turismo que es devoto de la Virgen de Guadalupe", finalizó.

Pese a ser considerado no esencial, durante la pandemia de Covid-19 "El Escapulario", uno de los negocios de artículos religiosos más longevos de Toluca, logró mantener su clientela con pedidos vía telefónica y WhatsApp.

De esta manera, con 122 años de vida, este local sigue en pie, a pesar de los embates que causó la contingencia sanitaria.

Sin embargo, David Pichardo Gómez, propietario del local, aseguró que durante la Jornada Nacional de Sana Distancia, en marzo de 2020, se pasó por un periodo complicado debido a las restricciones.

En ese periodo, aseguró, sus ventas cayeron hasta un 70%, pero a raíz de la reapertura económica, estas se han ido recuperando poco a poco.

Por otro lado, David señaló que durante la emergencia sanitaria creció la demanda de mortajas y cirios, debido a los fallecimientos de los pacientes de la Covid-19.

“Algo que nos mantuvo económicamente estables durante la pandemia, desafortunadamente fue la venta de mortajas, ceras y cruces”, lamentó.

Ejemplificó que durante ese periodo vendía en promedio cinco cruces por día, cuando antes de la pandemia era sólo una.

Obras

Sumado a ese contexto de emergencia sanitaria, David explicó que también influyeron en las bajas ventas las obras de intervención del Centro Histórico de Toluca, en particular la edificación del Planetario y del Parque de la Ciencia Fundadores, pues era complicado el acceso a las avenidas de Santos Degollado y Plaza España, donde está ubicado su local.

“Se cerraron calles y negocios, se afectó todo el comercio en Toluca, fueron dos años que nos pegó bastante duro”, externó David.

Fe desde casa

En “El Escapulario” la venta central la llevan los objetos religiosos, pero estos no representaron un aliciente durante la pandemia para que los creyentes salieran de su hogar a comprar cirios, imágenes u otros, pues el temor al virus era mayor, recordó David.

“La gente estuvo en casa, se suspendieron misas, fiestas, todo lo religioso. La fe estaba desde la casa; no hubo ese movimiento, la gente salía por necesidad”, detalló.

No obstante, con la apertura parcial y paulatina de las actividades de 2021 a la fecha, así como la inauguración del Parque Fundadores, el negocio de David se ha ido recuperando.

“¡Gracias a Dios! esto ha crecido y se ha vuelto a recuperar el negocio y trabajar en un 90 a 95%”, explicó.

Además, los dos jóvenes que trabajan con él retornaron a sus labores en la tienda de manera habitual, expresó.

“No nos podemos quejar, se reactivaron las ventas y ayudó los parques por la afluencia de gente”, señaló

También, gracias a ello, es posible que se organicen fiestas sociales y de sacramentos, y con esto se compran artículos religiosos para el recuerdo, añadió.

Apoyan a artesanos locales

El apoyo a artesanos locales y mexicanos ha sido uno de las máximas de “El Escapulario”, un negocio tradicional ubicado en Toluca.

Y es que este local evita vender artículos religiosos de origen extranjero.

"La historia de la tienda se hilvanó con la elaboración de escapularios bordados a mano, e incluso con canutillos de oro", comentó David Pichardo Gómez, propietario de ese comercio.

Entrevistado por El Sol de Toluca, David recordó que el emprendimiento surgió de su bisabuela, Petra Rodríguez, en la iglesia de la Virgen del Carmen, en donde colocaba una mesa con sus artículos.

“De ahí comenzó la tradición, mi madre conserva documentos que acreditan esta historia desde 1915”, explicó.

De ese punto de partida a la fecha, son cinco generaciones las que han continuado con el proyecto.

“Por la elaboración de escapularios, el negocio se llama así, lo inició mi bisabuela, siguió mi abuela, Luz Rodríguez; mi mamá, Bertha Gómez, luego nosotros y ahora también nuestros hijos", explicó.

Productos nacionales

En ese lugar es posible encontrar un sinfín de objetos religiosos, desde cruces, ceras, imágenes, rosarios, estampas de gran variedad de Cristos, santos, advocaciones de Vírgenes y de Jesús.

Pasando por hostias, manteles, mantillas, medallas, vino de consagrar, mortajas, libros, estandartes, casullas, banderas, mechas, milagros y marcos sobre medidas, entre otras.

“Es muy extensa la cantidad de productos que manejamos en una casa de artículos religiosos, desde mechas para las mayordomías de las iglesias de los pueblos, milagritos, veladoras y Biblias", apuntó.

Además de productos que no se ven o de mayor formato, los cuales se consiguen bajo pedido, expresó.

“Procuro ayudar al artesano nacional, es algo personal que he hecho, sólo introduzco de otro país cuando no lo encuentro o no lo hay, pero siempre compro lo elaborado en México”, aseguró.

Los artículos que comercializa están hechos en varios materiales: fibra de vidrio, resina, pasta o yeso.

En el local existen un sinfín de piezas religiosas, van desde las chicas hasta las grandes, en el caso de los cirios los hay delgados y de 40 kilogramos para iglesias grandes.

La mayor parte de su clientela proviene del valle de Toluca, aunque se ha abierto gracias a la operación del Parque de la Ciencia Fundadores, ubicado a un costado de la tienda.

“Tuvimos clientes de Sudamérica, de Colombia y Venezuela que se llevaron un recuerdito casual. Es turismo que es devoto de la Virgen de Guadalupe", finalizó.

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