La práctica de pesca en la laguna de Palmilla es hoy prácticamente imposible, derivado de la gran cantidad de basura que hay en ésta.
Asimismo, la fauna, como patos, gallaretas, garzas, entre otras especies, no se asuma en el lugar producto de la sequía, la cual asfixia la zona como si tratara de extinguirla por completo.
A las orillas pueden encontrarse más de un centenar de llantas, tal y como si fuera un cementerio de neumáticos.
Pareciera que lo único que nutre dicha laguna son las aguas negras que desembocan del Mercado de Palmillas de la capital mexiquense, que se encuentra a escasos metros del lugar.