Para el cardenal monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, la Iglesia no hace pactos con grupos criminales pero sí ha buscado contactos con líderes de grupos delictivos para tratar de hacerles ver la necesidad de cambiar de vida, de respetar personas y sus bienes y a su vez no generar más inseguridad y violencia.
El también obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, explicó que desde hace más de un mes, estuvo informado de que los obispos de Guerrero buscaban entrevistarse con los líderes de esos grupos criminales que operan en ese estado y parte del Estado de México.
"La intención no es hacer pactos de conveniencia personal", afirmó.
Reconoció que él mismo tuvo entrevistas con líderes delictivos locales del sur del Estado de México, para pedirles que cambien de vida y no sigan extorsionando.
Sin embargo, destacó que no hacen caso, pues lo que les importa es tener dominio sobre territorios y obtener dinero; dijo que lo que les importa no es su vida, ni su familia, ni su religión, sino el dinero.
"Los obispos intentamos hablar con estos líderes porque no podemos quedarnos sólo en quejas y lamentos contra el gobierno, que no ha logrado pacificar el país, sino hacer lo que más podamos", añadió.
Monseñor Arizmendi Esquivel insistió que les mueve otro interés que buscar el bien de la comunidad, sobre todo de tantos campesinos y pequeños comerciantes que no pueden ya soportar tanta extorsión.
"Muchos cierran sus negocios, huyen a otras partes, incluso a los Estados Unidos, por su propia seguridad", aseveró la autoridad eclesiástica.
Puntualizó que si el gobierno no protege debidamente a la gente, "nosotros debemos hacer lo que más podamos por la comunidad, pues para eso hemos sido llamados por Dios, a pesar de los peligros a que nos exponemos", finalizó el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
