Sultepec, México.- A la altura del kilómetro 42.5 de la carretera Toluca-Sultepec, una excavación de la que sobresalen figuras talladas como jeroglíficos y dos altares religiosos roban la atención de los automovilistas. Están ahí desde hace unos 20 años, relatan los actuales propietarios del terreno.
“Mi suegro es quien empezó a perforar las cuevas, al principio era para usarlas como bodegas pero luego le siguió más y así nació la historia de los altares y ya se hizo más visitada”, explica Josefina Martínez Ángeles sobre la anécdota que resguardan las cuevas.
Las excavaciones ubicadas en la comunidad de El Varal fueron perforadas sobre tierra de tepetate, mezclada con piedra volcánica que resulta ser un suelo de los más duros para los mineros, sin embargo don Cesario Hernández Cabrera de manera inexplicable las perforó solo, usando picos y palas.
Pero su historia también radica en dos altares religiosos instalados al frente; uno dedicado al Cristo del Veneno o el Cristo Negro, mientras que el otro es a la Virgen de Guadalupe.
Cristina relata que ambos fueron obsequiados por una familia que se salvó en un accidente automovilístico ocurrido a unos metros de las cuevas. Desde entonces se levantaron los altares en agradecimiento.
“Una familia los puso para agradecer que se salvaron de morir, y cada diciembre vienen a realizarles misas, rezan y ponen flores”, recuerda Josefina.
Su esposo Martín Hernández rescató a las personas de sus vehículos y fue así que sobrevivieron. Desde entonces nacieron los altares a los que muchos automovilistas visitan durante el año.
“Cuando la gente se para y pregunta, siempre les contamos que el Cristo y la Virgen son por un milagro”, sostiene Josefina.
Las figuras miden cerca de 40 centímetros de alto y sus nichos fueron hechos de la misma tierra.
La cueva principal tiene una profundidad aproximada de cuatro metros por dos de ancho y está finamente tallada. Incluso al interior se divisan figuras que asemejan el lenguaje rupestre, aunque Martín Hernández, hijo de don Cesario, explica que son las capas de la tierra que han tomado esa forma.
“Lo que nosotros pusimos son los jeroglíficos mayas y egipcios para darle más atractivo, la intención es poner un restaurante y que los visitantes puedan recorrer las cuevas, siempre con la explicación de cómo surgieron y la historia de sus altares”, platica el propietario de las cavernas.
Las perforaciones en las cuevas aún continúan de la mano de Martín hasta que ambas se conecten y se haga pasaje para los visitantes, aunque están en la búsqueda de ayuda de las autoridades municipales para completar su proyecto.
“La intención es que se haga un recorrido turístico y que sea un museo con objetos antiguos hallados en las mismas cuevas”, añadieron los propietarios.
