Almoloya de Juárez, México.- El llamado de la tierra que la vio nacer es el punto de origen y la principal motivación para María Martha Contreras Reyes, productora rural de auto consumo de esa localidad enclavada en el valle de Toluca.
Luego de vivir en la Ciudad de México el volver a la comunidad de Palos Amarillos, su lugar de nacimiento se convierte en una necesidad tras su jubilación, lo cual es parte de la narrativa de una familia dedicada durante varias generaciones al campo, particularmente a la siembra de maíz y de haba.
Del brazo de su madre en segundos recordó sus experiencias vividas en la zona alta de esa municipalidad en donde es difícil la dotación de agua tanto para consumo humano como para los cultivos lo cual se ha vuelto en un conflicto.
“Trabajé en la Ciudad de México y regresé a mi campo porque ahí esta el pan, ahí esta todo, están mis padres”.
Destacó que al concluir una etapa laboral retorna a la que siempre ha sido casa, pues ella junto con sus 13 hermanos- cinco mujeres y siete varones- quienes radican en diversas ciudades tanto del país e incluso del extranjero son recibidos por sus padres con los abrazos abiertos, como cuando eran niños y parecería el tiempo se detuvo.
Sin titubear y con la sonrisa franca de la gente de campo, sostuvo “me fui pensando en que iba regresar porque tengo: libertad, alimento diario si se sabe trabajar, porque nunca falta la tortilla y las verduras”.
Ademas, agregó, se asumió como afortunada de respirar a diario el aire fresco de Palos Amarillos.
Mencionó que cuentan con un pequeño huerto y un área de cultivo en donde enfocará su actividad económica principalmente el autoconsumo porque “sí se vive del campo, si se puede”.
Consideró que los apoyos e incentivos agropecuarios recibidos en los campos de cieneguillas por las autoridades gubernamentales son importantes para los pequeños productores o de autoconsumo.
Necesitamos de agua
Expresó que el agua es un recursos natural necesario para es ser humano y para la agricultura pero desgraciadamente muchas veces se encarece por diversas razones o circunstancias.
En la comunidad, expreso se ha detectado ese conflicto, el cual atribuye a la cuestión climatológica pues en la época de estiaje o de sequía se agudiza porque no hay pozos cercanos.
“Sí hemos tenido problemas van varias veces que nos prometen el agua porque estamos cerca de un cerro y el agua esta en el terreno de personas que no son conscientes de que el agua es de todos”.
Lamentó que el año pasado se trató de resolver el problema de la dotación de vital líquido por medio de una cooperación económica pero no funcionó.
Lo anterior, indicó los ha llevado a buscar otras alternativas y opciones es el caso de trasladarse a otras comunidades o pagar por el servicio de agua a través de pipas, pero “el gasto es de 600 pesos cada dos o tres meses, depende de la temporada”.
En esta época, añadió colectamos el agua de la lluvia la cual utilizan para el sanitario y para regar plantas.
Convivencia
Al retornar a esa localidad mexiquense busca además de vientos de libertad, la convivencia directa con sus vecinos que a veces no es posible en sitios como la capital de la República en donde laboró por años.
Informó imparte clases de gimnasia aeróbica para motivar en las mujeres pues existe sederantismo a raíz de varias causas, dichas sesiones regularmente se efectúan tres veces a la semana y sí las ha motivado en el aspecto anímico y físico.
Explicó que algunas de sus alumnas con poca clases han notado la diferencia en su corporalidad “muchas veces ya no podían ir cortar la hierba por lo pesado que resultaba pero ahora lo hacen, así como ir a cortar el maíz y cosechar”.
