Nuestra cultura de derecho codificado hace que los derechos humanos hayan tenido que ser reconocidos en las leyes, cuando en realidad sólo deben ser garantizados por el Estado.
Así lo señaló Manuel González Oropeza, durante la presentación de la tercera edición del libro Constitución y Derechos Humanos. Orígenes del control Jurisdiccional, de su autoría.
Apuntó que aún hay mucho que interpretar en los derechos que pueden estar implícitos en la Constitución, pues aunque fueron reconocidos desde 1971, es hasta la reforma de 2011 cuando se reconoce su progresividad.
El jurista y ex magistrado electoral se dijo convencido de que los derechos humanos no están ligados al principio de la legalidad porque son inherentes al ser humano, por lo cual su incorporación al marco jurídico no fue una concesión sino obligación del Estado mexicano.
Jorge Olvera García, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem), afirmó que los derechos humanos deben ser la razón para una continua transformación cultural y no pueden ni deben estar sujetos a las leyes.
En lo anterior coincidieron César Camacho Quiroz, presidente de El Colegio Mexiquense, A.C., y Rafael Estrada Michel, coordinador de la maestría en Gobierno del Instituto Universitario Ortega y Gasset, quienes compartieron la la convicción de que ninguna persona debe quedar fuera del reconocimiento de su dignidad y sus libertades, pues son inherentes a sus derechos fundamentales.
El libro, agregó Olvera García, señaló la pertinencia del texto ante el momento histórico que vive la entidad, pues se trabaja en una reforma profunda de la Constitución local, cuyos actores tienen el deber de observar los derechos que no se han garantizado y precisarlos.
Los derechos humanos no son una cuestión de moda, son una cuestión de vida; tenemos que cambiar la visión y asumir el respeto formal del reconocimiento de los derechos del otro, afirmó César Camacho Quiroz, presidente de El Colegio Mexiquense, A. C.
La aportación de González Oropeza, dijo, es que nunca se agotarán los mecanismos para defender los derechos humanos, por ello surgieron los organismos autónomos en los tres ámbitos de gobierno.
Precisó que la defensa de los derechos humanos debe ser una causa de todos frente a la evidente resistencia de algunos sectores, a veces explícita y otras disfrazada, para lograr un cambio actitudinal, de mentalidad y de visión para asumir el respeto.
Rafael Estrada Michel, destacó que la obra de Manuel Oropeza ilustra los variados campos del ordenamiento, tan importante o más, como la perspectiva de derecho comparado entre ordenamientos cronológicamente simultáneos.
“Es un deleite, en efecto, percatarse de que los derechos humanos no nacieron por concesión voluntarista de poder alguno ni aún por mera y supuesta vocación de progreso, en el largo y sinuoso camino de la civilización".