Doña Victoria Virginia gran parte de su vida se ha desempeñado como empleada doméstica, su mayor orgullo radica en que ese labor ha sido sustento. Además de ser considerada una integrante más de la familia en donde prestó sus servicios.
En donde he trabajado me han tenido la mano, dijo, y les he correspondido de la misma manera.
“Me llaman a comer, usted se viene aquí haga de cuenta que es de la familia, no voy a decir que me han señalado o me han tratado mal, me han extendido la mano, y yo también a ellos”.
Sonriente durante la entrevista, Doña Vicky, como la nombran de cariño las personas que la conocen, comentó que actualmente ya no se dedica de lleno al servicio doméstico, sólo limpia las escaleras en un edificio de ocho departamentos y se dedica a la venta de nieve afuera de su domicilio.
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No obstante, recordó que desde los nueve años de edad comenzó a trabajar en las labores del hogar en diversas casas.
También estuvo en el área de limpieza en corporativos en Toluca y en el sistema Colectivo Metro de la Ciudad de México.
Incluso fue secretaria, pero este último oficio solo lo ejerció dos años y lo dejó por no sentirse a gusto, confesó.
Indicó que ha disfrutado de su trabajo por los quehaceres que realiza y la convivencia ya sea con las familias o personas que la contratan.
“No me gusta que digan la sirvienta porque se oye feo, es una empleada que da sus servicios a cambio de dinero como cualquier trabajo”, aclaró.
La rutina en hogar, narró, consistía en limpiar pisos y ventanas, barrer la calle, lavar el baño y la ropa.
Además de planchar prendas de vestir, sacudir muebles u objetos decorativos y salir a tirar la basura.
Contó algunas anécdotas de su ocupación y fuente de ingresos por muchos años en diversos hogares, ya sea de entrada por salida o de planta en una vivienda.
“Nunca he sido señalada por tomar cosas que no me pertenecen, incluso me encargaban el dinero del gas u otros servicios”.
Expresó que su trabajo le ha abierto la puerta de los hogares y la confianza de sus patrones pues nunca ha sido acusada de alguna mala conducta, actitud o delito.
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Afirmó que la buena relación con sus patrones, su desempeño y el buen ambiente son factores importantes, los cuales en su conjunto han logrado mantener una buena relación entre ambos.
Cuando sucede esto, reveló, me encariño con los señores y me llegan a considerar parte de la familia.
Una vez pasa eso, advirtió prefiere tomar distancia, aun cuando le han ofrecido su apoyo en situaciones complicadas.
“De tanto cariño ya no voy a verlos, siento feo dejarlos, mejor los abandono, porque siento van a sufrir por mí y yo sufro por ellos”.
Descartó haber sufrido alguna conducta violenta en cualquiera de sus tipos con su familia o en su empleo, mentiría si señaló o acuso a alguien.
“Nunca me han hecho de menos, si los señores comen fruta me dan, si comen dulces me dan, me invitan a la mesa a comer”.
Actualmente, se dedica a vender fruta afuera de su casa y para allegarse de recursos para su familia que se integra por su pareja o compañero como lo llama y dos menores a su cargo, recolecta latas de aluminio, papel y pet.
“Es cosa de buscarle, lo cual es preferible a robar o ver a quien le quitas la bolsa porque eso no es honrado”.
Madre de dos hijos, aun cuando desconoce que el 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer y que el próximo lunes se llevará a cabo por primera vez en el país la campaña nacional #UnDíaSinNosotras, consideró son dos fechas que honran a la población femenina.
De esta forma, dijo, las mujeres tienen la opción de descansar y ver su ausencia, es importante en los centros laborales porque ocupan una mayoría.
No obstante, ella al ser su propia jefa, trabajará como cualquier otro día del año.
“Trabajaré normal porque no hay quien me diga lo contrario, haga de cuenta que yo soy la empleada y debo de cumplir yo misma, voy a trabajar afuera de mi casa vendiendo mi nieve”.
Mencionó que mientras comercializa la nieve aprovecha para tejer o bordar servilletas de tela, esta última actividad es su pasatiempo.