Zinacantepec, México.- La vida en Raíces se detuvo la mañana de este miércoles. El frío caló hasta en los animales y la leña a penas pudo encender el fogón al que las familias se acercaron para alejar el invierno que ya viene.
“¡Nos congelamos! Pero así es la vida aquí”, expresa Marco Antonio Álvarez, habitante de la comunidad de Raíces, municipio de Zinacantepec, la más cercana a las faldas del volcán Xinantécatl.
Este miércoles la primera gran nevada de la temporada invernal sorprendió a las autoridades, pero no a los vecinos de Raíces, que nacieron en medio de lo crudo del invierno.
“Aquí puede continuar nevando todo el día y la noche, o de repente quitarse, ya sabemos las mañas de la naturaleza”, asegura el campesino. Aún así, le guardan respeto al coloso blanco, por lo que este día decidieron suspender toda labor.
La carretera Toluca-Temascaltepec cruza el pequeño pueblo donde habitan a lo mucho 120 familias. Desde allí se observaron tejados cubiertos por la sábana blanca del hielo que no dejó caer durante el día.
Un pequeño pueblo fantasma, donde ni los animales se atreven a salir a las calles. “Suspendieron las clases en la escuela para los niños, si no se enferman”, repite Antonio, hermano de Marco Antonio.
La familia entera desde que amaneció, se arrinconó a la hoguera de la chimenea. Aunque este día los rayos del sol no llegaron, se levantaron para continuar con la vida al interior de su hogar.
Al rincón de la casa está el fogón que prende con los leños secos que han guardado, una hoya de café y un par de sillas completan la estampa familiar. Los más pequeños lucen mejillas rojizas por el frío que los ha quemado.
La labor en el monte, por el momento se ha suspendido. Aunque eso implica perder las cosechas de papa y avena. Su único sustento.
“El frío no va a dejar cosechar, se va a perder la cosecha”, reprocha Marco Antonio. Es lo malo que trae consigo esa capa blanca que trastorna a los visitantes.
El panorama se repite en el resto de comunidades aledañas al Xinantécatl, donde aún sin comenzar el invierno, ya recientes sus estragos. Los habitantes ya se preparan, porque saben que la vida en el volcán, es así.