.jpg "descarga (2).jpg")
Aurora Ramírez, derechohabiente del IMSS, tiene dos meses sin la insulina que requiere para su diabetes tipo 2 porque no hay en existencia.
El Instituto Mexicano del Seguro Social no ha comprado insulina isófana, ni glargina, desde diciembre de 2020, de acuerdo con los registros del portal gubernamental de compras Compranet, por lo que decenas de miles de pacientes corren riesgo de quedarse sin su medicamento.
De acuerdo con el Tablero de Control de Abasto de Insumos para la Salud del IMSS, la insulex tiene una demanda mensual de más de 80 mil unidades y actualmente la existencia en el almacén central de medicamentos del Seguro Social es de cero.
En la Clínica Médica Familiar de Coacalco y Tlalnepantla, donde se atiende a la mayor parte de pacientes diabéticos, la demanda mensual de este medicamento es de 233 unidades y el inventario también aparece en cero.
Decenas de derechohabientes tienen más de dos meses sin insulina en varias clínicas del IMSS en los municipios del valle de México, de acuerdo a denuncias hechas por derechohabientes en Coacalco.
Los afectados indican que, durante todas estas semanas, varios pacientes han acudido a las farmacias de las clínicas familiares para que les entreguen la insulina para controlar su diabetes, sin embargo, a la mayoría no se las ha dado.
En el Centro de Canje del Seguro Social ubicado en la Unidad de Tequexquinahuac, en Tlalnepantla, les dicen que no tienen fecha próxima para la llegada del medicamento, por lo que han tenido que buscar por sus propios medios la forma de adquirirla.
La insulina glargina es un medicamento de acción prolongada que se da a pacientes con diabetes y, a diferencia de otros tipos de insulina, ésta se aplica en una sola dosis al día, explica Jorge Cerrillo, otro de los pacientes afectados por la escasez.
A mediados de marzo, cuando comenzó la jornada de sana distancia por Covid-19, Cerrillo fue a la clínica en Tlalnepantla para surtirse y no tener que volver a salir por el resto de la cuarentena, sin embargo, le dijeron que no tenían insulina glargina y que llamara en 15 días a ver si había llegado.
Cerrillo dejó de tomar el medicamento por una semana, en la que sus niveles de glucosa subieron a 140 miligramos por decilitro de sangre, luego de haber estado controlado en 110 miligramos durante semanas, por lo que tuvo que comprar la medicina.
El nivel de glucosa normal de un paciente controlado de diabetes va de los 70 a los 140 miligramos por decilitro.
El 27 de mayo de este año la medicina seguía sin llegar, Cerrillo envió dos correos electrónicos a la dirección de la clínica, de los que no ha obtenido respuesta.
Los pacientes aseguran que al desabasto de insulina glargina se sumó el de la isófona, que tiene un precio comercial en las farmacias de 350 pesos.
