El confinamiento sanitario por la pandemia ocasionada por el coronavirus SARS-CoV2 ha puesto de manifiesto la aparición de terapias de reconversión encubiertas a través de plataformas digitales.
Así lo denunció Fernanda Santillán, activista y parte del movimiento YAAJ Mujeres Diversas, quien comentó que el permanecer en casa más tiempo ha permitido a los tutores de las adolescentes con preferencias sexuales diferentes estar más vigilantes.
“Los conservadores son muy listillos, se modernizaron rápidamente y evolucionaron en sus técnicas y formas para ejercer estos tratos crueles, inhumanos y denigrantes, las mal llamadas terapias de reconversión”, apuntó.
Invitada por la organización Fuera del Clóset en su 10º aniversario, la activista se refirió a las múltiples formas de violencia que enfrentan las mujeres de la diversidad sexual, a través de las mal llamadas “violaciones correctivas”.
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Éstas, junto con las terapias de reconversión representan una de las más agresivas formas de violar los derechos humanos de las mujeres diversas, pues no sólo lastiman su cuerpo sino laceran la psique y el espíritu de las personas que las padecen.
Llamó a los padres de familia y a los tutores a respetar el derecho que tienen a decidir sobre sus cuerpos, a su sexualidad, identidad de género y expresión de género.
Asimismo, envió un mensaje a las y los jóvenes de la diversidad sexual a tomar en cuenta a las organizaciones para recibir la orientación y el apoyo que necesitan para evitar la desesperanza, la angustia y la tristeza, pues ahí hay muchas personas que están luchando por los derechos de todos.
Indicó que estos son los resultados de una encuesta sobre impactos diferenciados de la Covid-19 en la población LGBT+, realizada por organismos nacionales e internacionales, gobiernos, federal y estatales con apoyo de académicos y especialistas en el tema.
Se recabaron, precisó, más de seis mil encuestas en las que participaron mujeres disidentes, transexuales, bisexuales, lesbianas, mujeres diversas todas, con la idea de que sus voces se hagan valer.
La participación de todas ellas, dijo, permitió generar un mini-modelo de cómo deberían ser otros espacios laborales, gubernamentales y sociales, donde todas las voces cuenten.
En este sentido, Fernanda Santillán expuso su convicción de no guardar silencio, pero de no tratar de luchar en solitario sino de unir esfuerzos con una mirada transversal que abrace con unión las causas de la comunidad.
Eso es lo que nos ha funcionado a las mujeres diversas, avanzar de la mano de aliados y aliadas y con la mentalidad fija de tomar todos los espacios y hacerlos suyos.
“Sin esperar a que nadie se los vaya a dar podemos fomentar amor, podemos fomentar unión y evolucionar lejos del odio y la separación, más cerca del mundo que deseamos, que soñamos, es lo que podría funcionar”, aseveró.
