Zinacantepec, México.- Los días más crudos del invierno han pasado esta semana en el pequeño ejido de Agua Blanca, pero no la ayuda de autoridades. Eso no se vislumbra como el frío, recrimina María Guadalupe Orozco Corral, una de las habitantes del ejido que sobrevive a las faldas del volcán Xinantécatl.
—¡Aquí estamos como si fuera Acapulco! —bromea la campesina, soltando una risa, pero después sentencia con voz firme y seria que les han negado todos los programas y en el invierno los únicos que llegan a ayudarles son voluntarios. El gobierno nunca ha mirado al poblado, aclara.
La ayuda llegó a cuentagotas en diciembre, lamenta Gabriel Quintana Hernández, esposo de Guadalupe.
"Han venido personas a traer gorros, abrigos, cobijas para los niños pero por su propia voluntad, aquí el gobierno no se ha parado", sentencia el criador de borregos.
En la tercera semana de enero, el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional para la zona centro del país ha marcado temperaturas de 0 a -5 grados Celsius.
Comunidades como Agua Blanca, Loma Alta y El Capulín lo han resentido más que otras zonas.
Es un invierno de miseria y de poca ayuda para estas familias de Zinacantepec.
Guadalupe esta mañana se apuró para lavar trastes y un poco de ropa, ya que el frío dio tregua y dejó ver unos rayos de sol.
"Nos ha pegado duro, los niños se han enfermado de la gripa y tos", explica la abuela del pequeño Gabriel y Yostin.
La mujer permanece hincada rodeando su fogón en la cocina. Es el único lugar donde todo el día hay calor.
También luce sus manos reventadas por el frío, al igual que las mejillas de sus dos nietos, a quienes el frío les quemó con tono rojizo el rostro.
— ¿Y el presidente municipal nunca ha venido?
—Ahora nunca, sólo en campañas vino a pedir el voto, —recrimina Gabriel. Y Guadalupe le complementa diciendo que les han negado el programa de Piso Firme.
"Dirán los del gobierno que no necesitamos, sólo porque les reclamamos la vez que vinieron nos negaron el apoyo", alude la mujer.
Pese a las carencias evidentes, la falta de apoyos y las pesadumbres que trae consigo el invierno, esta familia de El Capulín no desiste y pasa los días sin reprochar el temporal.
Unos kilómetros atrás, en la misma ruta de Toluca a Texcaltitlán, a pie de carretera se ubican otras comunidades como Raíces y Loma Alta. En esta última, en el barrio de La Siervita, el invierno ha traído también el olvido de autoridades.
Allí Cecilia, María y Rosa, tres mujeres y madres de familia, aseguran que han tenido que sortear los últimos días con el frío.
El agua de las tomas potables se congela y el frío impide que se pueda cosechar los cultivos de papa.
"Hemos parado la cosecha de papa y avena porque el frío no deja", revela Rosa.
El pequeño asentamiento de 60 familias ve de frente el invierno y le tiene respeto porque ha sido intenso, pero continúan en su vida diaria.
