Con una importante afluencia de personas y sin importar la lluvia que cayó en el centro de Toluca, se llevó a cabo la 43 Procesión del Silencio y la Esperanza, organizada por la Arquidiócesis de la capital mexiquense.
Luego de dos años de no efectuarse este evento evangelizador de manera presencial por la pandemia del Covid-19, las 25 cofradías pertenecientes a la Arquidiócesis, vistieron las principales calles del centro de la ciudad con imágenes y vestimentas de diferentes colores: blanco, morado, café, azul, mostaza, rojo y negro, entre otros, para representar las diferentes etapas que vivió Jesús, desde el huerto, su aprehensión, crucifixión hasta su resurrección.
En punto de las 19:00 horas, una a una las cofradías fueron saliendo de la catedral, luego de escuchar la trompeta con la formalmente dio inicio esta procesión.
Al exterior de la catedral se pudo observar la presencia de un importante número de personas e incluso de familias completas, quienes cumplieron en todo momento con las medidas sanitarias para evitar nuevos contagios del Covid-19.
Entre las cofradías participantes, destacaron: las niñas nazarenas, así como las pertenecientes a las parroquias de Santiago Miltepec, del Carmen, de San Juan Chiquito, San José del Sagrario y Santa Ana Tlapaltitlán.
Al respecto, el padre Fernando Rodríguez Martínez, asesor de esta procesión, consideró que uno de los principales mensajes de la misma en el marco de este Viernes Santo fue reflexionar en el sentido de que Jesús murió por nosotros.
“Jesús dio su vida por cada uno de nosotros, por lo que esta expresión de la Procesión del Silencio, representa una oportunidad para que desde la mortificación analicemos nuestro actuar”, manifestó.
Indicó que en este evento religioso se pudieron contemplar a los diferentes participantes con los rostros cubiertos y pies descalzos, pero también a los ancianos y a los niños, quienes a través de su expresión buscaron llevar un mensaje de paz.
“Damos las gracias a quienes cada año hacen posible esta experiencia de encontrarnos. Hoy lamentablemente nos dimos cuenta que muchos de nuestros hermanos ya no pudieron caminar con nosotros –por la pandemia-, porque Dios los llamó a su presencia”, expresó.
Asimismo, pidió por los matrimonios que están atravesando por situaciones difíciles, por las personas que viven sumergidas en alguna droga o en el alcoholismo y quienes se han vuelto adictos a las nuevas tecnologías.
“Así como Jesucristo nos dio un hermoso ejemplo de vida, nosotros también podemos salir delante de nuestros problemas y erradicar las adicciones que lamentablemente nos esclavizan, quitándonos el gran regalo de la libertad”, apuntó.
Cabe señalar que el recorrido comenzó en la catedral de San José, sobre la avenida de Independencia, continuó por Nicolás Bravo hacia la calle de Miguel Hidalgo, avenida Juárez hasta Morelos, de ahí se dirigió a Humboldt hasta Lerdo para llegar por Rivapalacio y concluyó nuevamente frente a la catedral.
Derivado de lo anterior, las avenidas antes referidas permanecieron cerradas a la circulación de vehículos para seguridad de las personas que asistieron.
