"Independientemente de que haya contingencia o no, las fiestas de pueblo deben tener menos cohetones y más solidaridad", señaló el vicario general monseñor Guillermo Fernández Orozco, quien pide a los mayordomos reducir la quema de cohetes, toritos o castillos hasta en un 90 por ciento, es decir, “si van a quemar 100 que sólo sean 10”.
Explicó que los sacerdotes se han cansado de recomendar a los mayordomos no quemar pirotecnia; sin embargo no hacen caso y continúan ocurriendo accidentes además del daño ambiental.
“A mi me tocó ir a una comunidad y cuando llegue les pedí que dejarán de echar cohetes, pero no me hicieron caso, pues apenas estaba en la sacristía y se volvieron a escuchar. Tuve que salir y les dije a elementos del Ejército que sí no dejaban de tronar cohetes, se los decomisaran, pues tenían como 12 gruesas”, apunta el vicario.
"Los cohetes -subrayó Fernández Orozco- son válidos en las fiestas, pero si tiene que existir una reducción importante. La idea es que sean menos cohetes y más solidaridad", enfatizó
En este tema -señala- tiene mucho que ver la Sedena, pues son ellos quienes otorgan los permisos para esta actividad y aunque se sabe que muchas familias dependen de esta actividad, es necesario regularla.
“Los sacerdotes no se cansan de pedirle al pueblo que no quemen tanto cohete, pero no hacen caso y por lo mismo suceden accidentes fatales, tales como el ocurrido en San Pedro Zictepec, donde hace años al tirar un cohete se regresó con un cable de luz y provocó que varias gruesas explotarán y por lo mismo murieran varias personas”, añadió.
Considera como algo necesario que las autoridades respectivas lleven a cabo campañas para promover una educación ecológica integral, a fin de que los ciudadanos entiendan la importancia de tener un respeto a la naturaleza.
Finalmente también hizo un exhortó a quienes viven de esta actividad para buscar alternativas que aminoren la cantidad de humo que se expide en la quema de cohetones, castillos o toritos.