Tras ocho meses de buscar a su hija desaparecida en Ocoyoacac, María Lucía Méndez Reyes logró encontrarla por lo que ahora busca que el presunto responsable reciba una condena alta.
María junto con su hija Mireya, son un rostro escondido detrás de lo que arrebata una desaparición forzada en el estado de México.
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"Fue horrible lo que le hicieron a mi hija", empaña sus lentes con lágrimas Lucía mientras llora y recuerda el caso de su hija frente a la Fiscalía Mexiquense. Lugar en el que este miércoles acudió para sumarse a otras familias de víctimas de desaparición forzada para protestar.
Es poco lo que se mira de su rostro detrás del cubrebocas, la capucha y unos lentes pero aún así, la rabia de la ahora activista se percibe y se trasmina.
Hay un relato que cuenta Lucía que pareciera inverosímil, y más similitud al de un guión de una serie: A su hija se la llevaron luego de imponerle una encrucijada vía redes sociales.
A su raptor lo conoció por redes sociales, era un sujeto que se hacía pasar como payaso.
Todo inició por una cuenta de Tik Tok donde un sujeto con el perfil de un payaso la enganchó. Entró a sus demás redes sociales, a la de sus familiares y amigos. De esta forma comenzó a arrebatarle su libertad.
Nos buscó a todos sus familiares en redes y le dijo que si no se iba con él, que nos haría daño
Lucía, madre de la niña.
Hechos
El 23 de enero de 2021 ocurrió la desaparición de Mireya en Ocoyoacac. No hubo rastros, no hubo mensajes de despedida, solo la ausencia. Como resultado de esto su madre inició su propia búsqueda y acudió a la Fiscalía.
Yo busqué en todos lados, pegaba su ficha en postes, iba a todos lados, pensando que ya no estaba viva.
Unos meses después recibieron unos mensajes vía redes sociales que en apariencia eran de la niña. "Nos decía que estaba bien, que no la buscáramos, pero yo sabía que no era ella", dice Lucía.
Los mensajes habían sido frecuentes. Fue con la ayuda de la Fiscalía que se pudo rastrear la cuenta de redes sociales y se detuvo al sospechoso.
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En agosto de 2021 Mireya fue localizada en Tecámac y regresó con su familia. Fue entonces que la familia supo lo que arrebata una desaparición forzada.
"Llegó muy cambiada, agresiva, era aún una niña pero muy diferente", revela Lucía.
Madre e hija, Mireya y Lucía, han comenzando un juicio para atraer justicia por al menos tres delitos cometidos en contra de la menor. Su proceso judicial sigue su curso. Aunque hasta el momento solo uno de los tres delitos mantiene preso al presunto agresor. Los otros dos juicios deberán aguardar.
