Además de adoptar la cultura de la captación de agua de lluvias como método alterno al suministro de agua para las actividades cotidianas dentro del hogar, hace falta impulsar mayor cantidad de obras públicas encaminadas a la retención e infiltración del líquido pluvial.
Lo anterior lo manifestó Ricardo Álvarez Herrera, presidente del Comité Técnico del Acuífero del Valle de Toluca (COTAS), quien puntualizó en el valle de Toluca se podrían construir presas de mampostería, de gavión, de llantas y geocostales, tales como las realizadas previo a la temporada de lluvias de 2020 en Amecameca y Tlalmanalco por la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) para mejorar las condiciones en las que se encuentra el acuífero que abastece ésta zona.
Y es que, pese a que el Sistema Cutzamala no abastece al 100% de agua a la capital mexiquense, su reducción en el caudal sí genera afectaciones entre la población.
“Lo más dramático que puede haber es que como este sistema alimenta al valle de México, la escasez que hay en la Ciudad de México y la zona metropolitana va a generar grandes problemas (de abastecimiento) si no se actúa rápido”, indicó Álvarez Herrera.
Presas para infiltración de agua
Previo al inicio de la temporada de lluvias de 2020, la CAEM construyó cerca de 25 presas de mampostería, gavión, geocostales y llantas distribuidas en Tlalmanalco y Amecameca.
Con este sistema de captación de agua pluvial se tiene la capacidad en conjunto, de almacenar hasta 6 mil metros cúbicos de agua.
La gran importancia de este tipo de sistemas es el aprovechamiento del agua de lluvia, pues de lo contrario los escurrimientos que bajan desde las zonas altas, terminan en los drenajes, lo que impide su aprovechamiento.
Un claro ejemplo es el agua que baja desde la zona alta del Nevado de Toluca que termina en el cauce del río Lerma, debido a la falta de infraestructura de captación, retención e infiltración de agua de lluvia.
Ampliación del Sistema Lerma no es la solución
En marzo pasado la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, informó que las obras de infraestructura hidráulica, así como la ampliación del Sistema Lerma, han contribuido en que los efectos de la sequía no sean tan severos para la población de la capital del país.
Al respecto, Ricardo Álvarez consideró que no es una decisión acertada, pues con el transcurso de los días se desconocen las condiciones del acuífero del valle de Toluca.
“El valle de la cuenca del alto Lerma tiene como única forma de abastecerse de agua a través de la filtración de lluvias al acuífero, y ésta es la gran preocupación que tenemos. Como COTAS estamos verdaderamente alarmados porque cada día desconocemos la capacidad que tenga el acuífero de absorción, de almacenamiento, no hay un monitoreo preciso de cómo se encuentra”, puntualizó Ricardo Álvarez.
Por lo anterior, dijo que se requiere eficientar el uso del recurso hídrico no sólo en las viviendas, sino también del que se utiliza para riego o actividades recreativas.
Recordó que se no tomarse cartas en el asunto, el valle de Toluca corre el riesgo de quedar sin líquido para abastecer a la población, pues no se cuenta con sistemas de aprovechamiento de aguas superficiales.
“Sin embargo, podemos decir que todavía tenemos la ventaja de que la precipitación que hay anual, es suficiente para recargar el acuífero, pero no se hacen trabajos de retención de agua de lluvias, y llega un momento donde todo se escurre a los drenajes y se pierde esa agua”, explicó el presidente de COTAS.
Datos del Comité Técnico del Acuífero del Valle de Toluca señalan que el acuífero del valle de Toluca presenta un déficit de 142 millones de metros cúbicos aproximadamente, pues se extraen 425 millones de metros cúbicos anuales y presenta una recarga estimada de 284 millones de metros cúbicos anuales.
El COTAS es un órgano auxiliar del Consejo de Cuencas Lerma-Chapala y su función es coadyuvar con la gobernanza del agua de la Cuenca alta del Alto Lerma donde se encuentra el acuífero del valle de Toluca.
Situación en acuíferos
Datos del Plan de Desarrollo Estatal vigente indica que seis de los nueve acuíferos que hay en la entidad mexiquense se encuentran sobreexplotados.
Entre estos se encuentra el del Valle de Toluca con una disponibilidad de -136.726245 millones de metros cúbicos anuales hasta el 2015, el Ixtlahuaca-Atlacomulco con -5.806951 y el Chalco-Amecameca con -21.625894 millones de metros cúbicos, según datos del Plan de Desarrollo Estatal.
Mientras que el acuífero de Texcoco cuenta con una disponibilidad de -111.775911 millones de metros cúbicos hasta el 2015 y el Cuautitlán-Pachuca con -58.374597.
Con muy baja disponibilidad se encuentran los acuíferos de Polotitlán con apenas 0.53163 millones de metros cúbicos y el Tenancingo con 0.156988; en tanto que el acuífero Villa Victoria-Valle de Bravo contaba con una disponibilidad de 1.018459 millones de metros cúbicos.
El único acuífero que no estaba sobreexplotado y se encontraba en óptimos niveles era el Temascaltepec con 5.859684 millones de metros cúbicos de agua disponible.
Por su parte el Programa Hídrico Integral del Estado de México (PHIEM) 2017-2023 indica que existe un déficit de 311.3 millones de metros cúbicos de agua en los acuíferos mexiquenses.
Lo anterior debido a que en conjunto cuentan con una recarga media de mil 515.5 millones de metros cúbicos, una extracción de mil 167.3 millones de metros cúbicos y una Descarga Natural Comprometida (DNCOM) de 659.4 millones de metros cúbicos.