Luego de que el Covid-19 cerrara las puertas de los panteones durante el 2020, este año fue distinto para la gente de Valle de Bravo, quienes acudieron a los camposantos a venerar a sus difuntos.
Desde el 30 de octubre la afluencia de personas ha sido constante, por lo que la misma gente colaboró para que no se presentaran aglomeraciones al interior de los panteones, pues el riesgo de contagio de Covid-19 sigue latente.
"Desde hace cuatro días no ha dejado de venir gente a dejar sus flores, para sus muertitos, pero sí han sido bien respetuosos, si uno les dice que se pongan bien el cubrebocas, se lo ponen", explicó uno de los colaboradores del panteón de Guadalupe, quien prefirió la omisión de su nombre.
En las entradas de los panteones municipales fue colocado gel antibacterial que era repartido para quien deseara ingresar.
Asimismo, una serie de letreros explicaban las normas sanitarias al interior, como el uso obligatorio del cubrebocas, la sana distancia entre personas o evitar comer en las tumbas.
Esto permitió que la gente que visitaba a sus difuntos pudiera programar su estancia en el panteón, de tal modo que no coincidieron en los días y horas en donde se acostumbra a ir a visitar las tumbas.
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Los días de más afluencia fueron el 1 y 2 de noviembre, pues son las fechas que guarda la tradición católica para recibir a los seres queridos que se han ido al más allá.
"La verdad la gente ha sido bien ordenada, entran por donde deben de entrar, les ponemos gel, no abusan del uso de agua, solo vienen a dejar sus flores, veladores, a rezar un padre nuestro, eso ha sido bueno por que no tenemos a mucha gente adentro del panteón", refirió la fuente entrevistada.
Las familias que visitaban la última morada de sus propios familiares y amigos acudieron este 2021 con fe y alegría, pues reconocieron que, más allá de que en el 2020 no se dejó celebrar el Día de Muertos, el seguir vivos, gozando de salud en tiempos del Covid-19, se ha convertido en una bendición.
"Muy gustosos de estar visitando las tumbas de nuestros muertitos, de mis papás. Hace un año fue difícil, desde casa lo hicimos con nuestro altar, pero nada como venir a ver cómo están, en qué condiciones están las tumbas", declaró María Enriqueta Cruz, vecina de Valle de Bravo.
"Han sido tiempos difíciles, y a Dios gracias que seguimos aquí con la tradición que nos han enseñado", explicó Luz Cruz, acompañante de la señora María.
Es así como en los panteones municipales del Pueblo Mágico se llevaron a cabo las tradiciones inculcadas para conmemorar a los fieles difuntos, sin ningún incidente que reportar y cumpliendo las medidas sanitarias al interior de los panteones.