/ lunes 24 de febrero de 2020

Talleres impartidos por la Edayo, cuna de emprendedores

Fernando Tapia descubrió su pasión por la cocina a través de estos cursos


Aprender gastronomía era el ingrediente que le faltaba a Fernando Nava Tapia para dedicarse a la organización de eventos.

¡Todo ha sido muy padre! Antes no cocinaba, ni nada, de hecho desde que llegué aquí, me nació cocinar”, señala.

Desde hace un año ingresó a la especialidad de gastronomía en la Escuela de Artes y Oficios (Edayo) de Zinacantepec, donde nació su pasión y amor por la cocina.

Llevo aproximadamente ocho meses preparando platillos, empecé con los platillos que el chef nos ha enseñado; se los he mostrado a mis clientes y les ha gustado”, indica.

Al igual que él, muchas personas ingresan en los talleres del Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo (ICATI), a fin de capacitarse en oficios como mecánica, repostería, bisutería, inglés, robótica o computación.


Más demanda y clientes

Fernando actualmente se desempeña como organizador de banquetes.

Antes se dedicaba a realizar trabajos de herrería, sin embargo, decidió dar un giro en su ocupación e incursionó en la organización de eventos sociales al rentar dos salones de fiestas en Toluca.

Él no se involucraba en la elaboración de alimentos, pero tras inscribirse al taller de gastronomía ha podido responder a las diversas peticiones culinarias de sus clientes.

Los menús que más le solicitan cuentan con tres tiempos, incluso prepara comida para personas veganas. Tras cursar el taller, su gusto por la gastronomía aumentó porque la especialidad comprende cocina nacional, internacional, bebidas, coctelería, bocadillos y repostería.

Él complementa su trabajo con su conocimiento en herrería, el cual le ha ayudado a colocar ornamentos en sus preparaciones de repostería, creando estructuras o bases para los pasteles y en las mesas de dulces.

Mencionó que su cartera de clientes ha subido y es variada, desde empresarios, escuelas hasta particulares, es el caso de bodas, bautizos, despedidas de soltera y XV años.

Empecé con pocos eventos, ahora cada fin de semana tengo uno, en un salón de fiestas para 600 personas y uno para 200 personas”, señala.

Sobre el ambiente vivido dentro de las aulas, destacó que es agradable, porque todos los alumnos colaboran en las prácticas tanto en la elaboración como en la compra de insumos.

Además, el instructor les resuelve todas las dudas, pues posee el suficiente conocimiento para ello.

Es bueno el instructor, se tiene el apoyo de los directivos y compañeros. Trabajamos en conjunto con grupos de cinco personas, todos aprendemos igual, no hay diferencias; las técnicas son para todos”, enfatiza.

Destacó que disfruta la clase y módulos porque aprende diferentes técnicas gastronómicas, así como métodos de cocción.

Ahí, dijo, aprendió la variedad de cremas, pastas, platos fuertes, guarniciones, ensaladas y postres.

En postres he podido ofrecer a los clientes el tradicional pastel de tres leches, el selva negra que es de chocolate con betún de queso bañado con un ganache de chocolate, y el pastel de frutos rojos; además de decoración de dulces y paletas de chocolate rellenas de rompope. Baileys, nutella, todo eso nos lo ha enseñado el chef”, recalca.

El emprendedor deseó continuar su preparación en el ICATI, pues ha visto resultados positivos y una vez terminado el ciclo poder especializarse en innovación gastronómica en alguna otra escuela.

Además dejar de rentar y tener su propio salón de fiestas.

Vengo empezando, tengo pocos meses preparando platillos, gracias a Dios tengo mucho trabajo cada ocho días, pero mucha gente aún no me conoce”, reconoce.


Imprimen sus ideas

Impresos con serigrafía, Jessica Liliana González Mejía y Margarita García González pueden apreciar en varios artículos los diseños que ambas elaboraron.

Las estudiantes del taller de artes gráficas de la misma Edayo graban efigies, tanto propias como replicadas en vasos, calendarios, playeras, tazas, azulejos, termos y demás productos comercializados al mayoreo o al menudeo.

Foto: cortesía | Gobierno del Edomex

Ponemos en práctica lo aprendido y salimos a vender, ya sea para eventos como XV años, bodas, pues abarca muchas más vertientes el oficio”, afirma García González.

La pasada temporada de Día de Muertos, González Mejía cubrió un pedido de 200 camisetas que tenían estampada una calavera multicolor, la cual diseñó.

Pero su experiencia no se limitó al autoempleo, pues también entregó 200 vasos ecológicos para el Ayuntamiento de Metepec, los cuales usan tintas a base de agua, que son amigables con el medio ambiente.

Ambas estudiantes reconocieron la importancia de la práctica diaria, la disposición de materiales, los conocimientos y la actualización, pues son herramientas que les han permitido ser más competitivas y continuar con el autoempleo.

Por separado, ellas tienen diversos pedidos en puerta, como son invitaciones, calendarios, playeras, además realizaron artículos para el pasado Día del Amor y la Amistad.

Lo que hemos aprendido en las clases lo ponemos en práctica, y al campo laboral para generar nuestro propio ingreso económico”, señala González Mejía.

Ambas coincidieron que los aprendido en cada trimestre en la Edayo, así como la práctica, les ha sido útil para autoemplearse y allegarse de recursos para solventar algunos gastos propios o del hogar.

También consideraron que de tener mayor demanda podrían comprar maquinaria y empezar un negocio.


Ganadoras de un concurso

Tras llevarse el tercer lugar en el Séptimo Concurso Nacional Gastronómico de los Institutos de Capacitación para el Trabajo (ICATI), las alumnas Giovanna Bravo Perdomo y Cinthia Rosales González buscan emprender un negocio o autoempleo, respondiendo a los preceptos establecidos por su institución educativa.

Junto al instructor José Padilla Álvarez, de la especialidad de gastronomía de la Edayo de Zinacantepec, ambas alumnas se llevaron dicho premio en la categoría Platillo de Rescate, en el evento realizado en Oaxaca.

Representando al Estado de México, su platillo “Ancas de rana en chilapazón” de origen mazahua reúne ingredientes como chiles anchos, un tamal agrio, hongos y una hoja de acelga. El guiso va acompañado de una ensalada de habas y hongos del monte, característicos de la temporada de lluvia, y acociles.

Quisimos rescatar las tradiciones culturales gastronómicas del Estado de México porque se ha perdido la gastronomía tradicional y han cambiado los ecosistemas”, comentan.

Las estudiantes narraron que para competir se dieron a la tarea de investigar y así tener bases para crear el platillo. Su labor la complementaron con trabajo de campo realizado en el municipio de Ixtlahuaca, donde habitan indígenas mazahuas.

Fue un trabajo en equipo de un mes de investigación para seleccionar los ingredientes lacustres, pues el platillo no existía y nosotros armamos la receta incluyendo la técnica e investigación”, dijo Bravo Perdomo.

Rosales González indicó que el éxito de su plato radicó en integrar insumos poco usuales, como los hongos de temporada llamados patita de pájaro y clavitos, además de quelites para la ensalada.

En total fueron 300 los participantes, provenientes de todo el país, quienes presentaron 27 platillos en dos categorías: Platillo de Rescate y Platillo de Creación.

Durante la entrevista, las estudiantes recomendaron a la población capacitarse en la Edayo o ICATI, porque gracias a la instrucción recibida les permitió representar al Estado de México en ese certamen nacional.

El platillo sólo lo hemos presentado a nuestro familiares, a quienes les explicamos la historia de los productos utilizados por nuestros ancestros y no hemos pensado exponerlo en otro lugar o registrarlo”, destacó Bravo Perdomo.

En ese sentido, el concurso fue una plataforma para mostrar la cultura mexiquense, además de obtener un logro institucional y personal.

La idea del ICATI es el autoempleo y emprender, nos hemos puesto de acuerdo en elaboración de productos de repostería, pero vamos poco a poco”, afirmó Rosales.


Oferta del ICATI

El año pasado, este instituto ofertó más de nueve mil 400 cursos, donde se inscribieron cerca de 190 mil personas, y egresaron poco más de 169 mil, comunicó Jaime Rebollo Hernández, titular de esta dependencia.

En la capacitación para el trabajo se puede acudir a varias opciones, la escolarizada, empresarial y la otorgada en comunidades. En la escolarizada, precisó, se matricularon 102 mil personas y egresaron 82 mil, la mayoría mujeres.

Apuntó que los talleres más demandados son cultura de belleza, corte y confección, y gastronomía.

Son en donde gente emprende más, tenemos conocimiento que alumnos o egresados de la Escuela de Zinacantepec se han dado a la tarea de abrir negocios o pequeñas iniciativas”, mencionó Rebollo Hernández.

Afirmó que las áreas de mayor apertura en el campo laboral o autoempleo son gastronomía, cultura de belleza y diseño innovador de prendas, las cuales ocupan el 50% de la matricula.

Mencionó que el ICATI busca capacitar a los egresados a través de la vinculación de instituciones de educación superior y con el Instituto Mexiquense del Emprendedor (IME), esto en cuestiones de finanzas, manejo de personal, impuestos y requerimiento del SAT.

En las alianzas con diversas instituciones para quienes quieren emprender, el ICATI les enseña el oficio y el IME los apoya en cómo emprender, expuso.

Queremos ayudarles y darles la mano, en los cursos les damos tema de costeo de sus productos”, expresó.

Recalcó que el instituto se ha modernizado al ofrecer otras opciones de conocimiento y adiestramiento, tales como robótica, barbería y otros. Además de capacitar a los instructores.

Nos importa el seguimiento a los egresados, qué hacen, qué van a hacer. Un tema importante es que la gente no tome el curso y se vaya a su casa, sino que pueda emprender un negocio o autoempleo formal”, concluyó.


Aprender gastronomía era el ingrediente que le faltaba a Fernando Nava Tapia para dedicarse a la organización de eventos.

¡Todo ha sido muy padre! Antes no cocinaba, ni nada, de hecho desde que llegué aquí, me nació cocinar”, señala.

Desde hace un año ingresó a la especialidad de gastronomía en la Escuela de Artes y Oficios (Edayo) de Zinacantepec, donde nació su pasión y amor por la cocina.

Llevo aproximadamente ocho meses preparando platillos, empecé con los platillos que el chef nos ha enseñado; se los he mostrado a mis clientes y les ha gustado”, indica.

Al igual que él, muchas personas ingresan en los talleres del Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo (ICATI), a fin de capacitarse en oficios como mecánica, repostería, bisutería, inglés, robótica o computación.


Más demanda y clientes

Fernando actualmente se desempeña como organizador de banquetes.

Antes se dedicaba a realizar trabajos de herrería, sin embargo, decidió dar un giro en su ocupación e incursionó en la organización de eventos sociales al rentar dos salones de fiestas en Toluca.

Él no se involucraba en la elaboración de alimentos, pero tras inscribirse al taller de gastronomía ha podido responder a las diversas peticiones culinarias de sus clientes.

Los menús que más le solicitan cuentan con tres tiempos, incluso prepara comida para personas veganas. Tras cursar el taller, su gusto por la gastronomía aumentó porque la especialidad comprende cocina nacional, internacional, bebidas, coctelería, bocadillos y repostería.

Él complementa su trabajo con su conocimiento en herrería, el cual le ha ayudado a colocar ornamentos en sus preparaciones de repostería, creando estructuras o bases para los pasteles y en las mesas de dulces.

Mencionó que su cartera de clientes ha subido y es variada, desde empresarios, escuelas hasta particulares, es el caso de bodas, bautizos, despedidas de soltera y XV años.

Empecé con pocos eventos, ahora cada fin de semana tengo uno, en un salón de fiestas para 600 personas y uno para 200 personas”, señala.

Sobre el ambiente vivido dentro de las aulas, destacó que es agradable, porque todos los alumnos colaboran en las prácticas tanto en la elaboración como en la compra de insumos.

Además, el instructor les resuelve todas las dudas, pues posee el suficiente conocimiento para ello.

Es bueno el instructor, se tiene el apoyo de los directivos y compañeros. Trabajamos en conjunto con grupos de cinco personas, todos aprendemos igual, no hay diferencias; las técnicas son para todos”, enfatiza.

Destacó que disfruta la clase y módulos porque aprende diferentes técnicas gastronómicas, así como métodos de cocción.

Ahí, dijo, aprendió la variedad de cremas, pastas, platos fuertes, guarniciones, ensaladas y postres.

En postres he podido ofrecer a los clientes el tradicional pastel de tres leches, el selva negra que es de chocolate con betún de queso bañado con un ganache de chocolate, y el pastel de frutos rojos; además de decoración de dulces y paletas de chocolate rellenas de rompope. Baileys, nutella, todo eso nos lo ha enseñado el chef”, recalca.

El emprendedor deseó continuar su preparación en el ICATI, pues ha visto resultados positivos y una vez terminado el ciclo poder especializarse en innovación gastronómica en alguna otra escuela.

Además dejar de rentar y tener su propio salón de fiestas.

Vengo empezando, tengo pocos meses preparando platillos, gracias a Dios tengo mucho trabajo cada ocho días, pero mucha gente aún no me conoce”, reconoce.


Imprimen sus ideas

Impresos con serigrafía, Jessica Liliana González Mejía y Margarita García González pueden apreciar en varios artículos los diseños que ambas elaboraron.

Las estudiantes del taller de artes gráficas de la misma Edayo graban efigies, tanto propias como replicadas en vasos, calendarios, playeras, tazas, azulejos, termos y demás productos comercializados al mayoreo o al menudeo.

Foto: cortesía | Gobierno del Edomex

Ponemos en práctica lo aprendido y salimos a vender, ya sea para eventos como XV años, bodas, pues abarca muchas más vertientes el oficio”, afirma García González.

La pasada temporada de Día de Muertos, González Mejía cubrió un pedido de 200 camisetas que tenían estampada una calavera multicolor, la cual diseñó.

Pero su experiencia no se limitó al autoempleo, pues también entregó 200 vasos ecológicos para el Ayuntamiento de Metepec, los cuales usan tintas a base de agua, que son amigables con el medio ambiente.

Ambas estudiantes reconocieron la importancia de la práctica diaria, la disposición de materiales, los conocimientos y la actualización, pues son herramientas que les han permitido ser más competitivas y continuar con el autoempleo.

Por separado, ellas tienen diversos pedidos en puerta, como son invitaciones, calendarios, playeras, además realizaron artículos para el pasado Día del Amor y la Amistad.

Lo que hemos aprendido en las clases lo ponemos en práctica, y al campo laboral para generar nuestro propio ingreso económico”, señala González Mejía.

Ambas coincidieron que los aprendido en cada trimestre en la Edayo, así como la práctica, les ha sido útil para autoemplearse y allegarse de recursos para solventar algunos gastos propios o del hogar.

También consideraron que de tener mayor demanda podrían comprar maquinaria y empezar un negocio.


Ganadoras de un concurso

Tras llevarse el tercer lugar en el Séptimo Concurso Nacional Gastronómico de los Institutos de Capacitación para el Trabajo (ICATI), las alumnas Giovanna Bravo Perdomo y Cinthia Rosales González buscan emprender un negocio o autoempleo, respondiendo a los preceptos establecidos por su institución educativa.

Junto al instructor José Padilla Álvarez, de la especialidad de gastronomía de la Edayo de Zinacantepec, ambas alumnas se llevaron dicho premio en la categoría Platillo de Rescate, en el evento realizado en Oaxaca.

Representando al Estado de México, su platillo “Ancas de rana en chilapazón” de origen mazahua reúne ingredientes como chiles anchos, un tamal agrio, hongos y una hoja de acelga. El guiso va acompañado de una ensalada de habas y hongos del monte, característicos de la temporada de lluvia, y acociles.

Quisimos rescatar las tradiciones culturales gastronómicas del Estado de México porque se ha perdido la gastronomía tradicional y han cambiado los ecosistemas”, comentan.

Las estudiantes narraron que para competir se dieron a la tarea de investigar y así tener bases para crear el platillo. Su labor la complementaron con trabajo de campo realizado en el municipio de Ixtlahuaca, donde habitan indígenas mazahuas.

Fue un trabajo en equipo de un mes de investigación para seleccionar los ingredientes lacustres, pues el platillo no existía y nosotros armamos la receta incluyendo la técnica e investigación”, dijo Bravo Perdomo.

Rosales González indicó que el éxito de su plato radicó en integrar insumos poco usuales, como los hongos de temporada llamados patita de pájaro y clavitos, además de quelites para la ensalada.

En total fueron 300 los participantes, provenientes de todo el país, quienes presentaron 27 platillos en dos categorías: Platillo de Rescate y Platillo de Creación.

Durante la entrevista, las estudiantes recomendaron a la población capacitarse en la Edayo o ICATI, porque gracias a la instrucción recibida les permitió representar al Estado de México en ese certamen nacional.

El platillo sólo lo hemos presentado a nuestro familiares, a quienes les explicamos la historia de los productos utilizados por nuestros ancestros y no hemos pensado exponerlo en otro lugar o registrarlo”, destacó Bravo Perdomo.

En ese sentido, el concurso fue una plataforma para mostrar la cultura mexiquense, además de obtener un logro institucional y personal.

La idea del ICATI es el autoempleo y emprender, nos hemos puesto de acuerdo en elaboración de productos de repostería, pero vamos poco a poco”, afirmó Rosales.


Oferta del ICATI

El año pasado, este instituto ofertó más de nueve mil 400 cursos, donde se inscribieron cerca de 190 mil personas, y egresaron poco más de 169 mil, comunicó Jaime Rebollo Hernández, titular de esta dependencia.

En la capacitación para el trabajo se puede acudir a varias opciones, la escolarizada, empresarial y la otorgada en comunidades. En la escolarizada, precisó, se matricularon 102 mil personas y egresaron 82 mil, la mayoría mujeres.

Apuntó que los talleres más demandados son cultura de belleza, corte y confección, y gastronomía.

Son en donde gente emprende más, tenemos conocimiento que alumnos o egresados de la Escuela de Zinacantepec se han dado a la tarea de abrir negocios o pequeñas iniciativas”, mencionó Rebollo Hernández.

Afirmó que las áreas de mayor apertura en el campo laboral o autoempleo son gastronomía, cultura de belleza y diseño innovador de prendas, las cuales ocupan el 50% de la matricula.

Mencionó que el ICATI busca capacitar a los egresados a través de la vinculación de instituciones de educación superior y con el Instituto Mexiquense del Emprendedor (IME), esto en cuestiones de finanzas, manejo de personal, impuestos y requerimiento del SAT.

En las alianzas con diversas instituciones para quienes quieren emprender, el ICATI les enseña el oficio y el IME los apoya en cómo emprender, expuso.

Queremos ayudarles y darles la mano, en los cursos les damos tema de costeo de sus productos”, expresó.

Recalcó que el instituto se ha modernizado al ofrecer otras opciones de conocimiento y adiestramiento, tales como robótica, barbería y otros. Además de capacitar a los instructores.

Nos importa el seguimiento a los egresados, qué hacen, qué van a hacer. Un tema importante es que la gente no tome el curso y se vaya a su casa, sino que pueda emprender un negocio o autoempleo formal”, concluyó.

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