Emanuelle, sentenciado a poco más de 10 años por un delito que no fue comprobado, fue cambiado de penal pese a que estaba a una firma de lograr su libertad, por lo que sus esperanzas de lograr abandonar las rejas se desvanecen debido a la burocracia jurídica de la defensoría de oficio, reclusorio y juzgado.
“Hace ya ocho años que mi hijo fue encarcelado y desde entonces sólo ha visto a sus hijos una vez. Su lucha por lograr obtener la libertad provisional o anticipada, no ha cesado, pero hasta el momento y pese a cumplir con todos los requisitos no lo ha conseguido”, relató doña Rosalinda madre de Emanuelle, actualmente preso en el penal de Tenancingo sur.
La madre platicó que la detención de su hijo taxista sucedió en agosto del 2014 cuando, por azares del destino, se encontró con un amigo de la misma base afuera de una tienda de conveniencia del municipio de Ecatepec. Al ser revisados por los uniformados, dijo, estos le encontraron en el teléfono de su amigo información que lo relacionaba con el delito de robo de vehículo y por lo mismo, su hijo que en aquel entonces contaba con 28 años de edad fue relacionado.
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Refirió que durante el juicio se logró demostrar que su hijo no tenia nada que ver con esta banda delictiva dedicada al robo de autos, pero lo sentenciaron y, al aceptar en un recurso de revisión que no había pruebas claras para confirmar su culpabilidad, la pena quedó en 10 años y meses; sin embargo, declaró que la insistencia de la familia y los recursos legales aplicados lograron que el juez redujera la pena a 8 años cinco meses y siete días, por lo que comenzó a cumplir la misma en el interior del penal de Texcoco.
Tras esto, declaró que debido a su buena conducta y con el afán de lograr la libertad anticipada, una vez que cumplió los cinco años y meses preso en este penal inició con el trámite de libertad provisional pero prácticamente después de cumplir los requisitos y a sólo una firma de lograr su sueño, lo cambiaron de penal.
“De buenas a primera y sin una justificación nos dijeron que mi hijo había sido cambiado al penal de Tenancingo Sur y ahí comenzó nuestro viacrucis, pues pese a que seguía ya un trámite, la respuesta de las autoridades del nuevo penal fue: aquí es otra cosa y se maneja de otra forma”, agregó doña Rosalinda.
Ante la falta de recursos para un abogado, detalló que todo quedó en manos de la defensoría de oficio, a la que nunca le interesó el caso y por lo mismo, pese a la solicitud de su hijo por obtener la libertad anticipada, nunca le dieron respuesta.
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“Anduve de un lado a otro buscando que le hicieran caso a la solicitud de mi hijo, pero nada. Derechos Humanos también revisó el caso, pero resulta que después mi hijo fue castigado. A la fecha, siguen sin dar respuesta a pesar de que mi hijo ya lleva casi el 80 por ciento de su sentencia cumplida, pero ya no sé a quién acudir”, aseveró doña Rosalinda.
Comentó que ya son más de 7 años los que ha estado tras las rejas y por lo mismo llamó a las autoridades respectivas a que atiendan su caso para que vuelva a recuperar su vida que le fue cortada al ser encarcelado por un delito que nunca le fue comprobado.
“Son ya más de siete años que no ha podido ver y abrazar a sus hijos, que actualmente ya cuentan con 19 y 16 años respectivamente, por eso ruego que dejen salir a mi hijo, ese es el sueño que tengo, pero no he podido cumplir. Yo no lo he visto desde diciembre del 2019”, finalizó la mujer vecina del municipio de Ecatepec.
