Toluca, México.-Un mal embalsamamiento podría generar enfermedades infecciosastales como tuberculosis pulmonar, que inclusive se puede trasmitira la hora de que el familiar opta por despedirse de beso delcadáver, aseguró Jesús Hernando Imperial, embalsamador einstructor de embalsamamiento.
Explicó quedetrás del arte del embalsamamiento se esconden muchos mitos yfalacias, por lo que es necesario primero explicar que esta tarease traduce en la completa desinfección, preservación ypresentación del cuerpo humano, que se lleva a cabo a través deuna inyección vascular y de las cavidades del cuerpo consoluciones acuosas de productos germicidas químico soluble, loscuales pueden complementar con aplicaciones superficiales oinyección hipodérmica a los tejidos.
Uno de lospropósitos, indicó, es la higiene, lo que implica unadestrucción de microorganismos patógenos, es decir, agentes queson capaces de generar enfermedades infecciosas a todas laspersonas que estén en su entorno; esto incluye al embalsamador y asus asistentes.
De tal suerte,dijo, es muy fácil contaminarse con cadáveres que no sonembalsamados y eventualmente infectarse, “el embalsamador juegaun papel importante, pues se convierte en un agente sanitario parala protección de la salud pública de su comunidad, ya que mataráesos microorganismos que pueden enfermar a la población”,subrayó.
Uno de estosmicroorganismos, máxime los que al morir padecían de enfermedadesinfecciosas o contagiosas, señaló, es el bacilo que causa latuberculosis pulmonar, que es muy resistente a los líquidos paraembalsamar, para ello el responsable debe realizar su trabajo demanera correcta.
Además,estableció Hernando Imperial, existen microorganismos que sevuelven todavía más peligrosos en los tejidos de los cadáveres,esto quiere decir que el embalsamador debe estar preparado parasaber cómo atacar y matar a todos estos productores deenfermedades.
Cabe señalar,agregó el especialista, que en muchas regiones del país, losdeudos se despiden de su familiar fallecido dándole un beso antesde sepultarlo o cremarlo, por lo tanto, si los tejidos del cuerpohan sido químicamente higienizados no hay ningún riesgo detrasmisión alguna, pero si no fue debidamente embalsamado, elpeligro está latente y puede general un serio problema desalud.
Es por ello,finalizó Jesús Hernando, que el embalsamador se convierte en unautentico protector de la salud pública, al evitar con su laborque los microorganismos sigan vivos y causen algunaenfermedad.