Al menos el 30 por ciento de la población en el país tiene alguna cicatriz que le afecta emocionalmente y puede provocar desde una depresión hasta un suicidio, señalaron especialistas en dermatología.
De acuerdo al presidente de la Academia Mexicana de Dermatología A.C., la cicatrización es un proceso de reparación mediante la formación de tejido conectivo fibroso y consta de tres fases.
“Toda cicatriz pasa por una fase inflamatoria, una fase proliferariva y de remodelación”, indicó el especialista.
Explicó que existen cicatrices atróficas, hipertróficas y queloides, por lo que reconocerlas cobra importancia si se inicia un tratamiento.
Actualmente al menos el 30 por ciento de la población, es decir tres de cada 10, tiene algún tipo de cicatriz; de estas, entre el 80 y 90 por ciento presentan en su mayoría cicatrices atróficas, que pueden ser incluso provocadas por acné.
Por otro lado, las cicatrices hipertróficas tienen una prevalencia de 32 a 72 por ciento de casos específicos generados por quemaduras grandes.
Lamentablemente, resaltó la también presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología A.C., una cicatriz puede impactar emocionalmente a tal grado que llega a provocar depresión y hasta suicidios.
Mencionó que por fortuna existen tratamientos y el manejo de los mismos dependerá del tipo de cicatriz, de la localización anatómica y el tamaño.
Entre algunos procedimientos destacó las plastias de la cicatriz, parques de silicón, corticoides intralesionales, enzimas recombinantes y el láser CO2 fraccionado.
“Aunque una cicatriz no se puede borrar, la combinación de diferentes métodos terapéuticos con evidencia científica logrará una mejoría importante en calidad de vida”, recalcó.
Finalmente ambos especialistas hicieron un llamado a la población para evitar remedios caseros y auto medicación en el tratamiento de las cicatrices.
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