Con gran fervor, habitantes de San Cristóbal Huichochitlán, en Toluca, celebraron este tres de mayo a la Santa Cruz; cada barrio llevó su cruz adornada a la iglesia y, tras la tradicional misa, la colocaron en su ermita para su protección y luego pasaron a la fiesta.
Luego de un par de años sin festejos por la pandemia de Covid-19, pobladores de la zona norte de Toluca, con permiso de las autoridades eclesiásticas, retomaron los festejos del Día de la Cruz que inician desde el primero de mayo.
Al filo del medio día, los pobladores, divididos en mayordomías, acuden a la iglesia principal para participar en la misa, para ello cargan sus cruces ya adornadas y una vez que termina la celebración, con cohetes y música, las trasladan a la ermita correspondiente.
Juan González Romero, mayordomo de la Santa Cruz del Sagrado Corazón, explicó que hace muchos años sus ancestros instalaban una cruz en cada barrio como símbolo de protección de sus siembras y cosechas.
“Esa era una costumbre de nuestros antepasados, pero se nos quedó esa tradición y hoy día se sigue celebrando de la misma forma, y aunque ya no hay terrenos de siembra, ahora la cruz protege a los vecinos de la colonia o manzana de las grandes tempestades actuales”, detalló.
Dicha ermita, destacó, es la única en el pueblo que está a la intemperie y por decisión de los vecinos así se va a quedar, y es que la mayoría ya cuenta con una capilla construida por los mismos vecinos de la zona.
Esta festividad. dio a conocer el mayordomo. o “compi” como se hacen llamar en el pueblo, inicia desde el primero de mayo cuando se baja la cruz y se lleva a la iglesia para ser bendecida.
“Una vez que la Santa Cruz se lleva a la iglesia aprovechamos los vecinos para arreglar la base y tenerla presentable una vez que se regresa ya bendecida y adornada”, declaró González Romero.
Este tres de mayo, agregó, se va a la iglesia por la Santa Cruz y se trae con música y cohetones hasta la ermita donde pertenece, para volverla a colocar y de esta manera brindar protección a la zona de la comunidad.
“Una vez que la volvemos a montar la adornamos con flores y se regalan dulces a todos los vecinos, además de que se ofrece una comida, posteriormente por la noche hay quema de toritos, se regala atole y pan, y se nombra a los nuevos mayordomos que serán los encargados de repetir los festejos el año venidero”, aseveró.
Esta festividad, aseguró, es única y, por lo mismo, es una tradición que año con año se repite, con el afán de que la población se sienta protegida con la cruz colocada en cada ermita.
Festejos no deben quedar en fiesta, cohetones y las carnitas: Sacerdote
Durante la misa celebrada después del medio día en la iglesia de San Cristóbal Huichochitlán, el sacerdote señaló que la celebración de la Santa Cruz no debe quedar en lo superficial y lo mero celebrativo, es decir, no sólo debe quedar en fiestas, cohetones, música y carnitas.
“No nos podemos quedar en eso, hay que aprovechar que tenemos la imagen y reflexionar qué me deja de enseñanza esta fiesta, de tal suerte que cuando alguien es mayordomo debe de ir acompañado de un cambio y transformación”, subrayó.
Indicó que la cruz recuerda la victoria de Jesús sobre la muerte, pecado. Con esa cruz Jesús venció al demonio y así se ahuyenta al mal; quién no ha escuchado a la gente que dice “cruz, cruz, cruz, que se vaya el diablo y que venga Jesús”.
En San Cristóbal Huichochitlán, mencionó, hay muchas ermitas por todo el pueblo y con ellas éste debe sentirse seguro y protegido.
“Hoy hay asaltos y delincuencia en el pueblo, hay muchas cosas malas, y aunque Dios no tiene la culpa, pero una cruz ahuyenta al demonio y al pecado”, enfatizó el párroco.
Finalmente la autoridad religiosa hizo un llamado a los nuevos mayordomos o “compis” a encargarse de realizar un buen festejo el próximo 3 de mayo, es decir, dijo, “la fiesta sea como Dios manda”.