Hasta un 70 por ciento de la población mexicana considera viable que la muerte asistida médicamente sea una realidad en el país, con lo cual se beneficiaría a pacientes que se encuentren en fase terminal de su enfermedad, reveló la segunda Encuesta Nacional de Opinión sobre el Derecho a Morir con Dignidad, realizada por la asociación civil Por el Derecho a Morir con Dignidad (DMD México).
De acuerdo con la doctora Amparo Espinosa Rugarcía, presidenta de la asociación DMD México, el Estado de México es la segunda entidad del país que tiene una mayor aceptación sobre la muerte asistida por parte de la población, mientras que la Ciudad de México ocupa la primera posición.
En México la eutanasia o suicidio médicamente asistido no es legal, pese a que varias entidades han legislado su propia Ley de Voluntad Anticipada para evitar que las y los médicos prolonguen la vida.
En el Estado de México fue promulgada la Ley de Voluntad Anticipada en el año 2013, sin embargo, el marco jurídico tuvo reformas en 2022 para garantizar, proteger, regular y respetar el derecho de las personas a decidir y planificar de forma anticipada, informada, libre, y en previsión de una futura incapacidad que le impida tomar decisiones por sí mismas derivados de una enfermedad o accidente, los tratamientos o procedimientos médicos que desea recibir o rechazar, cuando se encuentre en fase terminal.
Esta ley también garantiza el derecho de acceso de las personas con enfermedad terminal a la atención médica de cuidados paliativos, a través de personal especializado, tecnología e insumos para satisfacer la demanda, así como reconocer, respetar, promover y garantizar los derechos de las y los pacientes en fase terminal, así como, los derechos de sus familiares, previstos en la presente Ley.
Resultados de la encuesta
En la encuesta realizada en 2022 se reveló que el 73% de los encuestados se dijo a favor de la legalización de la eutanasia o suicidio médicamente asistido, con la finalidad de permitir que las personas enfermas reciban ayuda y acompañamiento médico para terminar con su vida si así lo deciden.
Con ese contexto, se pudo conocer que hasta un 68% de las y los encuestados manifestó que, de contar con una enfermedad en fase terminal, solicitarían ayuda a su médico tratante para adelantar su muerte.
La asociación civil Por el Derecho a Morir con Dignidad también reveló que hasta un 55% opinó que, de tener la posibilidad, solicitaría a su médico la aplicación de una dosis letal de medicamentos y un 39% optaría por tomarlos por sí mismo o misma.
Sobre el conocimiento y cuidados paliativos, el 79 por ciento manifestó estar de acuerdo con la aplicación de fármacos fuertes para calmar los dolores físicos insoportables a pesar de acortar la vida, mientras que un 78 por ciento de las personas están de acuerdo en que se utilice un tratamiento médico a base de sustancias como la morfina, el cannabis o la marihuana para calmar el dolor de los pacientes.
A los datos anteriores se adiciona que un 42% de las personas entrevistadas manifestó que casi nunca piensan en la muerte, el 38% lo hacen pocas veces (una vez al mes) y el otro 7% lo hace una vez a la semana.
Cabe mencionar que al hacer el comparativo de la aceptación de la muerte asistida, en las regiones urbanas es mayor (71.5%) que en la rural (57.1%), por tipo de religión que se profesa tiene mayor aceptación en quienes no cuentan (83.5%), en la católica es aceptada por un 66.9%, en la cristiana por un 64.3%) y de otras religiones en un 57.4%., respectivamente.
De acuerdo con los resultados dados a conocer este 1 de junio, en el mundo el suicidio médicamente asistido está permitido en Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, España, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Australia, Austria y Suiza, sin embargo, en algunos de ellos únicamente está permitido en determinados estados, aunado a contar con diversos criterios legales.